7 de marzo de 2018

Causas que provocan pérdidas de kilos en el ganado enviado a faena

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Parte I

Desconocer el comportamiento natural del bovino
“Muchachos, el secreto de arrear el ganado es que la manada nunca se dé cuenta de que se la está obligando. Que todo lo que el ganado haga, sea hecho voluntariamente”.
Del diario del vaquero Andy Adams, 1903.
La mayoría de los productores están convencidos de saber manejar su ganado y actúan utilizando las formas “tradicionales”, esto es perros, gritos, violencia, amontonamientos, etc. Este sería el punto de partida de los errores que tendrán consecuencias negativas en  el resultado económico de la venta para el productor y en la calidad y cantidad de la carne que será producida en la Planta Frigorífica.
A la tropa enviada se  le debe retirar, durante la faena y previo a la balanza,  las zonas de la carcasa que tienen hematomas. Eso genera un  descuento de kilos, que producirá un menor porcentaje de rinde de la res, situación que siempre genera reclamos y enojos entre las partes.
El miedo y el dolor
Los animales maltratados en origen sufrieron miedo y dolor, que también serán factores negativos para la maduración posterior de las medias reses. La carne toma un color muy oscuro, similar al que tiene el dulce de membrillo.
“Quedó paralizado por el miedo” se escucha decir con asiduidad para graficar las situaciones críticas que le ocurre a una persona, lamentablemente con alta frecuencia, en el día a día en nuestra sociedad. Este concepto se puede aplicar también al  manejo de los bovinos.
Le Doux, en 1994, afirma que el miedo es una emoción universal en el reino animal y que mueve a sus integrantes para evitar a sus depredadores. Todos los vertebrados pueden ser condicionados por el miedo.
También se puede expresar en  sentido positivo: todo vertebrado puede ser conducido por el buen trato.
El miedo se define como una experiencia emocional desagradable causada por un estímulo que el animal percibe como una amenaza.
Las bovinos emanan olores específicos llamadas feromonas para comunicarse entre ellos (el celo es un ejemplo normal de ello). En una situación violenta de manejo tradicional, basta que uno de ellos genere olores que se correspondan a una alarma por miedo extremo, para que se  extienda esa sensación a los otros animales del rebaño. Esos olores son producidos en glándulas cutáneas situadas entre las pezuñas
El miedo es el factor que impacta más negativamente en el comportamiento del  rodeo bovino cuando se utiliza el manejo tradicional, haciendo que asuman actitudes que generan un circulo vicioso. Los animales huyen asustados, el hombre de campo percibe que esta situación le genera una pérdida de tiempo, se enoja y utiliza a los perros, gritos, pechazos del caballo, etc., esto causa pánico entre los bovinos, que mas se alteran y profundizan su intención de huída.
Es imprescindible que los productores que se dedican a la cría y engorde de bovinos comprendan como es el comportamiento natural de sus animales, para que su trabajo se lleve a cabo respetando los principios del bienestar animal.
Algunas claves
En primer lugar es muy importante que sepamos que el animal es un “pensador” basado en imágenes y recuerdos vividos. Notoriamente los animales se comportarán más calmos  y con bajo nivel de miedo si pudieran asociar  recuerdos e imágenes agradables a su llegada al  complejo de toril, mangas, cepo y la presencia del hombre de campo. Por el contrario, utilizando los manejos tradicionales, hay más probabilidades de producir  asociaciones con imágenes negativas que les causarán nerviosismo y  por ende miedo a ingresar nuevamente a ese sitio en particular.
Válida es la comparación con  las vacas del tambo, que se acercan voluntariamente al galpón de ordeño, porque recuerdan que recibirán alimento y se les aliviará la presión de sus ubres, repletas de leche. Claramente un recuerdo placentero y por ende positivo.
Los bovinos nos avisan siempre de sus miedos…falta que el hombre los entienda.

Parte II
Desconocer cómo funcionan los sentidos del bovino
Cuando el personal vinculado con la ganadería recibe los primeros conocimientos en bienestar animal a través de una jornada de capacitación o por la lectura de material explicativo del tema, se plantea con toda lógica ¿por dónde se empieza para aplicar estos conceptos de manejo y recibir sus beneficios?
Esta coherente pregunta es la que me hacen con mayor frecuencia, a lo que respondo: tienen que empezar a saber en primer lugar cómo “piensan” sus animales.
Esto les genera cara de asombro, porque todos creen que eso ya lo saben desde hace años. En realidad nosotros los humanos pensamos que los animales tanto los de producción como nuestras mascotas perciben al entorno en donde viven de la misma manera que nosotros. Este concepto es totalmente equivocado. Para comenzar con la aplicación de los principios del bienestar animal en la especie bovina se parte del conocimiento de cómo piensan/reaccionan los animales ante nuestros requerimientos/deseos.
La visión
La visión es el sentido más importante del bovino, incluso más que su audición (Aimar y col. 2010).
Los bovinos poseen un tipo de visión muy diferente al humano, particularmente sensible a los movimientos bruscos y a los contrastes de luz y sombra. Aunque pueden mantener la visión del horizonte en forma continua, tienen dificultades para ver rápidamente objetos cercanos (Coulter y Schmidt, 1993), razón por la cual es frecuente observar que se rehúsan cruzar áreas de sombra o que brillan, como el reflejo del sol en un charco de agua o ante un elemento extraño tirado en el piso como un envase vacío. Esta falta de acomodamiento rápido de su visión de corto alcance, se soluciona dejando que los bovinos se muevan a su ritmo a medida que se desplazan dentro de los corrales y manteniendo el piso de éstos limpio. Esta situación no provocará ninguna demora operativa.
Las pupilas ranuradas como la de los bovinos proporcionan un campo visual más grande que la de sus predadores, percibiendo mejor los objetos verticales que  los horizontales. Los animales que pastorean se denominan “especies presas” (sujetas al ataque de los predadores) y su visión frontal está adaptada para vigilar la máxima área alrededor de él.  Sin embargo, a sus costados no tiene una visión de profundidad, lo que justifica que reaccione en forma brusca cuando alguien se le aproxima rápidamente. Además no pueden percibir los objetos situados por encima de la línea de su cabeza, a menos que esto se muevan (Aimar y col. 2010).
Por ello resulta recomendable que las paredes del toril y mangas están construidas de manera que imposibiliten la visión hacia fuera (ciegas) o mínimamente  posean una tabla ancha situada a la altura de sus ojos. Así se facilitará aún mas los movimientos de las tropas, porque evitan las distracciones que pueden provocarle miedo, incluso que salten fuera. Su construcción curva, hará que los bovinos crean y vean que su avance en esa dirección será para  “irse al campo nuevamente”. También de este modo se utiliza la tendencia natural del bovino a caminar en círculos (Grandin 1985).
En cuanto a la percepción de los colores, posee una visión dicromática (en colores, especialmente azul y verde) y una estructura celular de sus ojos que le permite tener una mejor vista nocturna. Es recomendable que las instalaciones estén pintadas de un solo color para evitar contrastes que puedan causar desconfianza y que la iluminación sea buena y homogénea. Los bovinos avanzarán siempre hacia las zonas mejor iluminadas, factor clave a tener en cuenta a la salida de la manga, más aún si estamos bajo techo. Una muy buena iluminación natural o artificial, le dará la sensación de escape al bovino.
Las instalaciones deben tener una orientación N-S o S-N para evitar que el sol quede de frente a ellos, porque esta situación los detendrá en su avance.
La recomendación para arrearlos es utilizar banderas hechas con las bolsas en desuso de las semillas colocadas en mástiles plásticos de 2 metros para trabajar en corrales. En cambio para las zonas de la manga y del cepo, la longitud apropiada es de un metro. La bandera nunca debe tocar al animal y la distancia entre él y el operador se relaciona con la zona denominada de fuga.
La zona de fuga se determina desplazándonos despacio hacia los animales. Cuando estos se dan vuelta para mirarnos, todavía no ingresamos a aquélla. Pero cuando lo hacemos efectivamente, los bovinos se darán vuelta y comenzarán a desplazarse. Para que los animales se mantengan en calma y se los pueda mover fácilmente, el operario debe trabajar en el borde de la zona de fuga: para hacer que se muevan, ingresará en la zona de fuga y para hacer que se queden quietos, saldrá de ella. 
La audición
Se sabe que los animales son sensibles a los sonidos de alta frecuencia como chiflidos, alaridos y ruidos metálicos, por eso a la hora de trabajar con ellos, se pueden utilizar sonidos suaves como las vocalizaciones amigables por parte del personal y no gritos ni resoplidos que en general cansan a todos los que están trabajando en el corral y solo asustan más a los animales pudiendo iniciar una serie de vocalizaciones de comunicación que estresen a todo el grupo inclusive antes de iniciar el trabajo (Grandin; Aimar y col) afirman que su capacidad para ubicar el origen del sonido no es buena, mas si son intermitentes, razón por la cual al oír ladridos o gritos se alteran.  
El Olfato
El sentido del olfato es mucho más agudo en el ganado que en los humanos y es dificultoso para los humanos imaginar la información ambiental que el ganado recibe a través del olfato.
El ganado tiene un órgano olfatorio accesorio denominado órgano vomeronasal localizado entre la boca y la cavidad nasal. Esta estructura capacita a los animales para hacer ultra finas discriminaciones entre olores que los humanos aún no pueden detectar. Cuando un  toro  realiza el fleming (olfatear la orina de la hembra para saber si está en celo y ensortijado de los labios) él inspira moléculas de olor dentro del órgano vomeronasal para su identificación. (Ana Petryna y G. A. Bavera. 2002.)
Estudios realizados por Grandin (1984) en cerdos y bovinos indicaron que las señales olfatorias pueden transmitir información sobre la especie, el sexo y la identidad del individuo, pudiéndole informar sobre el estado emocional del individuo. Estas se generan por la producción de olores corporales provenientes de secreciones glandulares que pueden permitir la identificación individual durante interacciones directas entre individuos, y por el depósito de olores en el entorno en forma de heces, orina y secreciones de glándulas perianales. Estas señales olfatorias persisten, permitiendo que una señal pueda comunicar informaciones durante los períodos de ausencia del emisor. Cuando en los alrededores de las mangas dejamos envases de productos veterinarios, estos generan olores que son fácilmente percibidos por los animales. Si nuestras tareas se desarrollaron con violencia, la próxima vez que transiten por allí, la sola percepción del olor les generará el mismo miedo y estrés. Por ello siempre debemos mantener en perfecto grado de higiene el sector, para que el cambio positivo en el trato no se vea perjudicado por el recuerdo dañoso de las malas prácticas.

Parte III
Fallas en las instalaciones de manejo y de carga/descarga
En la generalidad de las profesiones y oficios, el lugar en donde se realizan los  trabajos económicamente más significativos, es el  que mayor mantenimiento recibe. Este se focaliza hacia  el mejoramiento de su funcionalidad y de  la seguridad, a través de la adquisición y aplicación de los últimos adelantos tecnológicos,  de manera de generar una mayor eficiencia y eficacia en las tareas que allí se desarrollarán.
Esto nos llevaría a pensar lógicamente, que las instalaciones rurales también estarían alcanzadas plenamente por estos principios. Un ejemplo acorde con este pensamiento, sería definir a una explotación dedicada al engorde de novillos como a una empresa dedicada a la producción eficiente de carnes bovinas de calidad.
Este  ganadero-empresario no descuidaría  el manejo adecuado de su capital de trabajo (los bovinos) cuando son llevados a las instalaciones  rurales de su empresa (corrales, embudo, manga, el cepo, etc.) para realizar las tareas culturales y sanitarias planificadas o para la carga de una tropa con destino de faena.
Esto parece una aseveración obvia, pero lamentablemente, se convierte en la característica diferencial entre el ganadero- empresario y el propietario de un campo con  vacas. Este último, no sabe ni valora las consecuencias del daño causado en las carnes de sus animales. Ese daño es producido principalmente por los golpes generados a causa del mal mantenimiento de las instalaciones y/o por tener un diseño  inadecuado.
Además, está convencido que la rudeza  que reciben sus bovinos en la manga, es la forma tradicional correcta de trabajo con los animales (así lo heredó).
Las inversiones realizadas en la compra o en el mejoramiento del diseño de las instalaciones rurales tienen una amortización conveniente (relación costo-beneficio positiva), debido a que los materiales  utilizados son de muy larga duración.
La inversión de mantenimiento también resulta mínima, en relación a su baja frecuencia de reparaciones.
Un cargador-descargador que hoy tiene demostrado su mejor funcionalidad, es aquel que  alarga el piso, a partir de su vértice superior, al menos unos tres metros  en forma paralela al suelo. De esta manera queda nivelada con el piso de la jaula del transporte. El animal subirá-bajará sin darse cuenta en donde comienza el piso del camión y el del cargador/descargador. También las paredes deben ser ciegas, es decir que no permitan que los animales vean hacia los laterales, situación que también favorece el movimiento.
Siempre deben tener una curvatura que  le permita ver solamente el equivalente a dos animales y medio por delante de él. Esto provoca en el animal la  sensación de que está saliendo hacia el campo nuevamente y por consiguiente avanza confiado.
La ausencia de instalaciones adecuadas o sin el debido mantenimiento no es una rareza en nuestro país.  Amparados en falsos argumentos, como el tamaño pequeño del establecimiento, lo caro de las instalaciones, etc., muchos establecimientos ganaderos  trabajan  en condiciones que, no sólo generan pérdidas de carne por los golpes recibidos o pérdidas de ganancia de peso por el sufrimiento causado, sino también se corren altos riesgos para la seguridad física de las personas que allí trabajen.
Recomendaciones para tener instalaciones adecuadas
Las rampas y los corrales deben estar en buen estado de mantenimiento y tener pisos antideslizantes. La observación de centenares de instalaciones indica que el problema número uno en ellas es el piso resbaladizo, que hace que el ganado se caiga. En las instalaciones nuevas, conviene que el piso de concreto tenga surcos cada 20 cm, con un diseño romboidal o cuadrado, y que esos surcos tengan perfil en V con 3 cm de profundidad. Las superficies resbaladizas en las instalaciones existentes pueden ser mejoradas mediante una máquina que abra surcos en el piso de concreto, o con una malla metálica hecha con barras de 2 a 3 cm de diámetro, sobre todo en las zonas de mucho tráfico animal. Las mallas deben estar soldadas de modo que no haya barras ni puntos que sobresalgan, y deben tener un diseño en damero con 30 cm de lado. Otras formas de hacer que el piso sea antideslizante son cubrirlas de arena o adosarles placas de caucho (Grandin). Cuando los establecimientos rurales son de carácter básico, las instalaciones, preferentemente, deben estar construidas en terrenos altos. El barro será un factor muy problemático para el manejo de los bovinos. Las calles deben estar bien mantenidas, limpias de objetos extraños (latas, plásticos, etc) y niveladas para un buen drenaje de las lluvias. Los alambrados serán lisos y no debe haber salientes que produzcan lesiones a su paso. Se deben eliminar en lo posible las calles en ángulo recto, porque el bovino las ve como callejones sin salida y se detendrá. Los cambios de dirección deben ser con curvas suaves para eliminar ese efecto en la mente de los animales.
Las rampas
 Hay que evitar que las rampas sean excesivamente empinadas. La pendiente recomendada es de 20 grados. Se pueden usar además escalones o listones. En las rampas de concreto, si los escalones tienen 10 cm de altura, se recomienda un largo de 30 cm. Si se usan listones, se debe dejar un espacio libre de 20 cm entre ellos, para que se adecuen a la longitud del paso de vacuno. Los pasillos o mangas usados para descargar ganado funcionan mejor si tienen un primer tramo horizontal de 3 a 6 metros de largo como ya se ha expresado. Este tramo horizontal sirve para que el ganado, si está descontrolado, salte directamente del camión a la rampa. Se recomienda que estas rampas sean anchas, para que la salida del ganado no encuentre obstáculos. Para embarcar ganado en camiones cuya puerta trasera es de 76 cm de ancho, las rampas más funcionales son las de ese mismo ancho, para que los animales vayan en fila india. El error más común es hacerlas demasiado anchas, lo que permite que los animales se amontonen en vez de mantenerse en fila. Los acoplados de remolque bajos pueden ser cargados y descargados sin necesidad de rampas. Sólo hay que usar rampas cuando los vehículos son más altos que estos acoplados.  Está más allá del alcance de este artículo proveer información detallada para el diseño de rampas de embarque y desembarque. La información que aquí se aporta sólo responde algunas de las preguntas más frecuentes sobre el tema.
Las puertas, paredes y demás instalaciones deben estar libres de bordes agudos o piezas rotas que puedan lesionar al ganado o dañar los cueros. Las lesiones suelen producirse cuando el animal choca contra un objeto pequeño, tal como el borde de una plancha metálica acanalada.
Tener instalaciones ganaderas adecuadas y en correcto estado de uso de acuerdo a los principios del bienestar animal, son características que revelan la seriedad y responsabilidad que el empresario ganadero tiene a la hora de decidir sus inversiones.

Parte IV
Ausencia de criterios de bienestar animal  en el Establecimiento.
Implementar el bienestar animal traerá beneficios laborales, porque facilitará nuestro trabajo adosándole seguridad y eficiencia. Desde el punto de vista económico mejorará la calidad de la carne producida, ya que está claramente demostrada su relación. Y desde la ética, porque nuestros actos no deben generar dolor y sufrimiento en los animales.
1-La buena alimentación
 La  prolongada  ausencia de alimentos/agua generará en los bovinos un cuadro de estrés que tendrá un efecto negativo en su estado de bienestar. En situaciones climáticas severas esta situación se presenta, razón por la cual saberlo nos ayudará a tomar acciones que suavizarán sus efectos.
También cuestiones tan básicas como la abundante presencia de barro en las cercanías de las aguadas les generará dificultad  en el acceso  y también le provocará estrés, aunque de menor grado.
2- Buen alojamiento para su confort.
Pensar que los animales en producciones extensivas como en nuestro país no lo necesitan, resultan erróneos. La temperatura ambiental es un factor a tener en cuenta. Los bovinos soportan mejor el frío intenso que el calor. Por encima de los 22 grados, el vacuno  necesita compensar el exceso de calor. En el campo resulta clave la presencia de sombra y reparos mediante árboles para ambos efectos climáticos. También mejorarán los momentos de rumia y de descanso tan necesarios.
La sombra natural de los árboles es muy superior a la proporcionada por materiales del tipo empleado para techar edificios o por media sombra, pero esta es siempre preferible a la falta de sombra. Se debe recurrir a ella cuando resulte práctica y no exista sombra natural. Al construir sombra artificial, los techos se deben colocar a una distancia de 3 a 3,7 m del suelo para que los animales reciban menos radiación calórica, circule aire y puedan tener un ambiente fresco. Si la altura es superior a los 3,7 m, los animales permanecerán sobre un suelo caliente a medida que cambia la posición del sol. Deben proveer una superficie sombreada de 5,6 mpor animal adulto. Si el techo se hace con heno, debe tener una construcción sólida, ya que el heno, cuando está húmedo, se hace muy pesado. Una lluvia de 50 mm incorpora 50 Kg. por mde techo.
Forestaciones en cortinas próximas a los corrales proveen reducción de la incidencia del viento en climas fríos y lluviosos o muy ventosos o incluso como oferentes de sombra.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta la ubicación y las características de la masa arbórea. Los árboles de hoja perenne deben evitarse en las barreras al este y al norte, los de hoja caduca serían los indicados para esos sectores ya que voltean las hojas en invierno y no limitan en ingreso de energía solar en esa época. Los lados sur y suroeste y oeste pueden protegerse con árboles siempre verdes que representan una barrera permanente a los vientos del sur, fríos y frecuentes en invierno (Bavera, 2005).
El barro es muy perjudicial también para el confort del descanso., De existir potreros con lomas, serán una solución para estas situaciones.

Parte V
Manejo inadecuado del ganado al momento de la carga
Tener el personal capacitado y entrenado para respetar los procedimientos basados en el  bienestar animal durante la carga, generará un clima de calma, altamente beneficioso. De esta manera los animales tranquilos son más fáciles de cargar  y trasladar. Si por cuestiones impredecibles, los animales entran en un estado de excitación, es recomendable aguardar aproximadamente 30 minutos para que se vuelvan a tranquilizar.
El mugido o balido intenso (vocalización) dentro de la manga o del cepo es frecuentemente una señal clara de malestar causado por un manejo rudo por parte del personal y/o profesional que están realizando su tarea. Cuando se reducen los mugidos es un indicador positivo que tendrá impacto en la calidad de la carne del ganado (Warris-1994).
Aunque las instalaciones de carga y descarga estuvieran en  condiciones ideales, si el personal asignado a esta parte del proceso, no está claramente capacitado en el correcto manejo de los bovinos, el resultado será igualmente malo en relación a la calidad futura de las carnes. Parecerá imposible que se rompa con una tradición ancestral de gritar y silbar para el arreo de los animales, pero es necesario que ello no ocurra porque, como dijimos al comienzo, el vacuno tiene un oído muy sensible y se alterará si se lo acosa de esta manera.
La milenaria relación entre el hombre y el perro es impresionante, quizás la más intensa y profunda entre humanos y animales.Todos los ejemplos que podemos presentar en este sentido, quedan sintetizados en la histórica frase“el perro es el mejor amigo del hombre”, asignándole a la palabra amistad todas sus cualidades. Pero cuando tratamos el tema de bienestar animal en los bovinos, la frase antes mencionada cambia radicalmente, al punto de poder afirmar: el perro no adiestrado es  principal enemigo de los bovinos”.
Recordemos que el bovino es un animal de manada, por lo tanto se sentirá  presa ante el accionar del perro no adiestrado en el rol de  un depredador (cazador). Por esta razón, tratará  primero de huir, moviéndose en forma anárquica y luego si la situación es “sin salida” tomará una actitud de defensa-ataque, especialmente si tiene cría al pie. El hábito de trabajar con perros no adiestrados debe ser eliminado por completo, debido a que no distinguen por sí solos entre agredir y la situación de dominar sin maltratar a los bovinos. Esto genera nerviosismo en los animales que desatienden a nuestra intención de trasladarlos por un determinado camino, dando lugar a indeseables prácticas adicionales como golpearlos con el caballo y al uso de los arreadores con consecuencias nefastas en la carne (hematomas).
La picana eléctrica es un elemento infaltable en los transportes de hacienda y en las mangas de los establecimientos agropecuarios y  plantas frigoríficas. Su presencia resulta natural  y su ausencia llamativa, porque como dirían sus usuarios “sin ella es imposible mover a la hacienda”. Este paradigma es absolutamente falso. Para la movilización adecuada de los animales se recomiendan elementos con una finalidad equivalente, como lo son los plumeros,  banderas  y  sonajeros. Los primeros se elaboran con palos en cuyo extremo se colocan flecos plásticos a modo de un plumero o directamente un trozo plástico como una bandera. Los  sonajeros pueden construirse a partir de una botella plástica de gaseosa, colocándole en su interior algunas piedras. La picana eléctrica debe usarse solo en casos muy esporádicos y con personal entrenado. Esta indicada su eventual aplicación en  la base de la cola,  dos segundos,  y sólo cuando el animal pudiendo avanzar y por razones que se desconocen, no lo hace. 
La zona de fuga y el punto de balance
La Dra. Grandin desarrolló los conceptos de zona de fuga y punto de balance para el movimiento correcto de los animales. Se puede determinar la zona de fuga desplazándonos despacio hacia los animales.  Cuando estos se dan vuelta para mirarnos (“nos miran de frente”), todavía no ingresamos a la zona de fuga. Pero cuando lo hacemos efectivamente, los bovinos se darán vuelta y comenzarán a desplazarse.
La zona de fuga: para que los animales se mantengan en calma y se los pueda mover fácilmente, el operario debe trabajar en el borde de la zona de fuga: para hacer que se muevan, ingresará en la zona de fuga, y para hacer que se queden quietos, saldrá de ella.


Las mejores posiciones son las indicadas en el siguiente diagrama: 
El operario debe evitar el punto ciego detrás de la cola del animal. También debe abstenerse de penetrar profundamente en la zona de fuga. Los animales se perturban cuando alguien se mete en su espacio propio y no tienen la posibilidad de alejarse. Cuando se arrea al ganado en los corrales por un callejón y los animales se dan vuelta y corren hacia atrás, sobrepasando al jinete, lo más probable es que éste haya penetrado demasiado en su zona de fuga. Los animales se dan vuelta en un intento por alejarse del operario. Si el ganado comienza a darse vuelta, el jinete debe retroceder y aumentar la distancia entre él y los animales. Este retroceso debe hacerse a la primera señal de que el ganado comienza a darse vuelta. Si un grupo de animales se frena de golpe ante una sombra o un olor, hay que tener paciencia y esperar que los animales que encabezan el grupo atraviesen el obstáculo; el resto de los animales los seguirá. Si los animales retroceden en una rampa de embarque, hay que retroceder, no tocarlos o golpearlos. Ellos retroceden con la intención de alejarse de uno, y normalmente se calmarán si uno se aleja antes.
El punto de balance es la línea imaginaria vertical que pasa por  la cruz del animal. El ganado avanzará si el operario se ubica detrás de ese punto, y retrocederá si se ubica delante de él. Muchos operarios cometen el error de quedarse parados delante del punto de balance mientras tratan de que el animal avance por la manga. El ganado tiende a avanzar por la manga sin necesidad de que se le aplique la picana eléctrica, si el operario camina hacia atrás, pasando los puntos de balance de los sucesivos animales. No hace falta darle un toque de picana a cada uno de los animales: si ellos se están moviendo solos por la manga, hay que dejar que lo sigan haciendo por sí mismos. Muchos científicos coinciden en afirmar que lo “novedoso” es altamente estresante para el ganado, de modo que una rutina, como tiene el ganado lechero, resulta facilitador del manejo en los bovinos productores de carne. Se recomienda hacer que el ganado se acostumbre a ser trabajado serenamente por gente a pie, a caballo y en vehículos, con el fin de impedir cualquier excitación por “novedosa”.  Los animales temen a lo novedoso y se amansan y habitúan a las tareas llevadas a cabo en calma y que se realicen de rutina.
Temperatura ambiente al momento de la carga y del traslado es un factor de alta incidencia en la calidad final de las carnes. Un golpe de calor es la principal causa de carne oscura, que tiene un pH superior a 6.3. El estrés calórico es altamente negativo para los animales por transportar, por lo que, en lo posible, la carga y posterior traslado deben realizarse de noche o a la mañana bien temprano.
Cuando en verano despachamos hacienda con destino a la faena sin respetar la densidad de carga en la jaula, también generaremos mucha incomodad por calor. Esto se agrava  si el camionero se detiene varias veces por las más diversas causas, siendo la más común ingerir alimentos. Si deja la jaula  al rayo del sol, por no saber del problema o por no  poder ofrecerles algo de sombra, las temperaturas pueden llegar a valores insoportables que pueden llevar a la muerte (mas de 45 grados de sensación térmica).
Muchos camioneros saben de esto y lo evitan muy bien, pero cuando llegan a la planta frigorífica de destino, se encuentran  al sol, con extensas colas  para descargar  . La temperatura ambiente,  al momento de la carga y del traslado es también un factor de alta incidencia en la calidad final de las carnes. Los bovinos tienen mayor resistencia al frío. No obstante, hay que considerar que cuando un camión circula a 80 Km/h con una temperatura ambiente de -5 ºC, la sensación térmica por efecto del viento es de –30 ºC. Las lluvias bloquean la capacidad de aislamiento térmico del vacuno. Ante esa eventualidad, es recomendable que el conductor de una jaula detenga su marcha y busque un lugar reparado.
El productor, en general, no controla las formas de cargar, la densidad ni por que ruta viajarán los animales. Los animales se deben preparar de acuerdo a las horas de duración del viaje y a las condiciones climáticas. Se recomienda un tiempo de descanso previo en un potrero ubicado en las cercanías del lugar de carga, para que los animales repongan  apropiadamente sus reservas energéticas y para la observación de su estado de general de salud. La cantidad de horas de descanso previas al inicio del transporte depende de si los animales llegan al lugar por arreo desde una distancia considerable o si provienen de un potrero cercano. Teniendo en cuenta estas consideraciones, se recomienda un tiempo mínimo de descanso de 12 horas hasta un máximo de 72. El potrero debe dar la posibilidad de que los animales se echen a la sombra  protegidos del calor o al reparo de los vientos fríos con cortinas de árboles y/o refugios naturales o artificiales. La provisión de agua deberá ser permanente y la alimentación se debe suspender en las 6 horas previas al embarque. Para evitar peleas, prescindir de la mezcla de tropas de distinta procedencia en el corral pre embarque. Cuando los animales se cargaron, hay que esperar unos minutos para que se acomoden, tras lo cual dejan de producir ruidos dentro de la jaula. Es recomendable acordar con el conductor  la ruta elegida mas apropiada para llegar al frigorífico. Esta será la que permita un viaje más cómodo para los bovinos. También hay que evitar que se produzcan golpes con la puerta al descargar la guillotina en el lomo o en el cuadril del animal (uno de cada diez animales que va a faena tiene golpes de guillotina y eso significa una pérdida promedio de 3 kilos por cada res).
El conductor debe conocer los conceptos de transporte en condiciones de bienestar animal, asegurando que el camión tenga adecuadas paredes y pisos, divisiones funcionales, doble rodillo a la salida de la puerta y que la carga respete la densidad de carga adecuada para el número y categoría de animales.
 Debe tener los medios para estar comunicado con el propietario de la hacienda  para avisar ante un problema imprevisto.
 Animales no aptos para la carga y traslado. Se podría expresar un concepto general que diga que la condición física del animaldebe corresponderse al tiempo de duración del traslado. Pero hay otras situaciones que escaparían a este concepto, como cargar distintas categorías (vacas y terneros)o distintos estados fisiológicos (hembras en celo o en lactación y toros). A continuación se hará un listado de situaciones por los cuales los animales no estarían aptos para ser cargados por causarles efectos no deseados:
a) Hembras en su última etapa de gestación (90 días para parir)
b) Hembras con menos de 4 días de paridas
c) Animales caquécticos (débiles)
d) Animales con trastornos locomotivos graves
e) Animales de distintas categorías
f) Animales con síndrome febril manifiesto
g) Hembras en celo junto a machos
h) Terneros recién nacidos (con cordón sin cicatrizar)
i)       Animales con pesos significativamente distintos
j)       Animales con neoplasia ocular (cáncer de ojos) que haya invadido el                         tejido facial.
k)      Animales con cirugías recientes (menos de 7 días)
Fuente: ENGORMIX

Creep Feeding. 5/5


Creep Feeding. 4/5


Creep Feeding. 3/5


Creep Feeding 2/5


Creep Feeding. Una herramienta fundamental para los Criadores

Considero la practica de Creep Feeding como una herramienta muy valiosa para los criadores; posible de ser implementada en cualquier tipo de explotación.
Para mejorar el peso al destete, emparejar el ternero cola de parición, aliviar la vaca, mejorar los índices de reproducción, llegar con mejor peso al servicio (en los campos que se realiza entore anticipado), enseñar a comer a terneros para destetar precozmente... la lista es larga.

Hay una muy buena disertación a cargo de Carolina Viñoles Gil del INIA, Uruguay, publicada en Engormix, donde podrán ver el resumen de 9 años de trabajo midiendo una buena cantidad de parámetros; se las recomiendo:
https://www.engormix.com/MA-ganaderia-carne/videos/creep-feeding-tecnologiaaumentar-peso-al-destete-t50342.htm?utm_source=campaign&utm_medium=email&utm_campaign=0-0-0

Y de FORORURAL les dejo en 5 entregas, videos con las cuestiones prácticas y buenas imágenes de lo que se trata el CREEP FEEDING en realidad.
Les dejo un cordial saludo.

Ing.Agr.: Sergio La Corte

20 de febrero de 2018

Mosca de los cuernos (Haematobia irritans) (biología, importancia económica, aspectos epidemiológicos y tendencias estacionales en el área central de la Argentina, control)

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Biología básica:
La mosca de los cuernos (Haematobia irritans) es un díptero que parasita a los bovinos en pastoreo, alimentándose de la sangre y desarrollando las fases larvales y pupas en la materia fecal de estos. El tamaño de los adultos es de aproximadamente la mitad de la mosca doméstica (Figura 1), ambos sexos son hematófagos y permanecen constantemente sobre los bovinos al cual abandonan solamente para colocar los huevos en la materia fecal fresca.


Los huevos eclosionan dentro de las 24 hs dando lugar a las larvas (tres estadíos larvales) las cuales se alimentan en la materia fecal y en menos de una semana dan lugar a las pupas. La pupación se realiza en la materia fecal o a pocos centímetros bajo la superficie del suelo y luego de un período variable de 8 a 40 días, dependiendo mayormente de la temperatura ambiente, se transforman en insectos adultos los que inmediatamente buscan un nuevo bovino para comenzar a alimentarse y reiniciar el ciclo (Figura 2). Para el área central de la Argentina, en verano todo el ciclo puede llegar a completarse en aproximadamente 10 a 14 días, en otoño comienza a enlentecerse y en el invierno, parte de la población de H. irritans puede entrar en diapausa bajo la forma de pupa (esperando las temperaturas más favorables de primavera para emerger como adultos) pero otra parte de la población puede continuar en desarrollo.


La disrupción de la materia fecal por el pisoteo de los animales o por medios mecánicos interfiere con el ciclo por lo cual es un parásito que se observa en condiciones extensivas o semi-extensivas. Sobre los bovinos, los insectos adultos adoptan una característica posición con la cabeza hacia abajo plegando sus las cuando se alimentan (Figura 1). La mosca de los cuernos prefiere alimentarse sobre los animales adultos (con preferencia sobre los pelajes oscuros) y dentro de esta categoría, las mayores cargas parasitarias se observan en los toros siendo común en estos hospedadores poblaciones que superan las 2.000 moscas por animal (Figura 3).


En ausencia de bovinos o cuando existen poblaciones numerosas, H. irritans puede parasitar también a los equinos sobre los cuales se la puede observar en formas agregadas o de racimos compactos que generalmente no superan una carga de 200 a 300 insectos por equino pero que pueden ocasionar dermatitis y úlceras superficiales y pruriginosas ( Figura 4).


Importancia económica
Los hábitos de alimentación de la mosca de los cuernos producen manifestaciones defensivas de los bovinos (como por ejemplo,movimientos bruscos y constantes de la cabeza y la cola, patadas) ocasionando estrés, irritación severa, pérdidas de energía y la disrupción del pastoreo que pueden causar disminución en la ganancia de peso o en la eficiencia en la conversión del alimento. Algunos bovinos presentan fenómenos alérgicos frente a la saliva de la mosca de los cuernos y en ocasiones el prurito y el rascado excesivo resultan en úlceras. Las dermatitis producidas también afectan la calidad de los cueros ocasionando pérdidas para la industria curtidora nacional (Figura 5). 
El nivel o umbral de daño con el cual comienzan estas pérdidas económicas no está determinada con precisión y es motivo de controversias. No obstante, existe consenso para considerar que la disminución de la eficiencia productiva es de mayor importancia en animales altamente sensibles a cualquier tipo de estrés como por ejemplo, las vacas en lactancia. En este contexto se considera que poblaciones mayores a 100 y de 200 insectos por animal pueden afectar respectivamente la producción de leche o la ganancia diaria de peso en otras categorías como por ejemplo vacas secas, vaquillonas o novillos. La importancia de H. irritans como vector de virus, bacterias u otros parásitos es relativamente escasa aunque recientemente ha sido incriminada en la transmisión de mastitis por Stafilococcus aureus en vaquillonas así como en dermatitis que pueden resultar en atresia de pezones.


Aspectos epidemiológicos y distribución en el área central de la Argentina
Desde su introducción en 1991 en la Argentina a través de Brasil o Paraguay este insecto colonizó rápidamente el área de producción bovina del NEA y el NOA dispersándose luego sobre todo el país y alcanzando actualmente hasta la Patagonia norte. Una muestra del importante potencial biótico de H. irritans se observó en Santa Fe donde los hallazgos de los primeros adultos de este insecto se documentaron durante noviembre de 1991 en departamentos del centro norte y en febrero- marzo del 1992 ya se habían extendido hasta el límite sur de la provincia. En el área central de la Argentina, la mosca de los cuernos comienza a constituir poblaciones de importancia hacia Octubre-Noviembre y disminuye drásticamente con las primeras heladas. Estudios poblacionales llevados a cabo en la EEA Rafaela durante los primeros años de la aparición del insecto (1992 a 1999) mostraron la presencia de dos picos poblacionales , el primero hacia fines de la primavera y el segundo hacia principios del otoño.

Control
La permanencia constante de la mosca de los cuernos sobre los bovinos ha permitido el desarrollo de diversas alternativas químicas y métodos de aplicación (baños de inmersión y aspersión, inyectables, “pour on”, caravanas insecticidas, autoaplicadotes etc) que controlan en forma eficiente a este insecto.
Sin embargo, la simple presencia de la mosca de los cuernos no implica la necesidad de realizar tratamientos insecticidas y los bovinos pueden tolerar cierto número de insectos sin que se produzcan pérdidas productivas. Así, la primera de las alternativas que debería considerarse es la posibilidad de no tratar.
En el caso de utilizar insecticidas se recomienda adoptar una actitud expectante y demorar la aplicación de los mismos hasta que se observen promedios de aproximadamente unas 100 moscas por lado de los bovinos o que estos muestren signos de marcada irritabilidad. Por otra parte e independientemente de razones económico-productivas, la instauración de los tratamientos específicos podrían estar indicados en situaciones en las cuales el bienestar animal se encuentre comprometido. Los principales grupos químicos actualmente disponibles en nuestro país para el control de la mosca de los cuernos y las formas de administración de estos insecticidas son presentados en la Tabla 1. Algunas de esta alternativas (por ejemplo fenilpirazoles y lactonas macrocíclicas) no son utilizadas únicamente para el control de la mosca de los cuernos sino que tienen como objetivos a otros parásitos, pero presentan también actividad adicional contra este insecto.
En todos los casos deben seguirse estrictamente las recomendaciones de marbete sobre el período de espera entre los tratamientos y el envío de los bovinos a faena, que en formulaciones de lactonas macrocíclicas de larga acción o fenilpirazoles (fipronil), pueden llegar a los 50 días y 100 días respectivamente.


Control químico y consideraciones sobre resistencia: la aplicación “pour on “ de insecticidas piretroides , mayormente cipermetrina, fue durante la década posterior a su ingreso a la Argentina, el método para el control de este insecto más utilizado debido a su practicidad y eficacia (Figura 6). En general, y hasta inicios del año 2000, el período de protección de esta alternativa resultaba en un control eficiente por aproximadamente 60 días. Sin embargo, y como ha ocurrido en todos los países con producción bovina extensiva , el desarrollo generalizado de los fenómenos de resistencia a los piretroides obligó en la mayor parte del área central de nuestro país al reemplazo de estos insecticidas por otros grupos químicos como por ejemplo, los fosforados. Actualmente, este último grupo químico es sin dudas el más empleado para el control de las poblaciones de H. irritans resistentes a los insecticidas piretroides. En general los insecticidas fosforados resultan de mayor toxicidad para los animales y el hombre que los piretroides y por lo tanto requieren de un uso más cuidadoso de estos productos.


Entre las alternativas evaluadas en la EEA INTA Rafaela utilizando productos fosforados, las más adoptadas actualmente en la producción bovina de carne de la región centro de nuestro país son : a) la aplicación “pour on” de fosforados o b) la aplicación de caravanas insecticidas conteniendo este mismo grupo químico. En la Tabla 2 se sintetizan las principales ventajas y desventajas de ambas opciones. Hasta la publicación de la presente guía (Noviembre de 2010) no ha sido documentada la presencia de poblaciones de H. irritans con resistencia a insecticidas fosforados en nuestro país.


a) aplicación “pour on” de insecticidas : en general, las formulaciones para uso “pour on” de fosforados sobre los bovinos (ethion, diazinon, chlorpyrifos, fenithrotion etc) otorgan un control químico eficiente (> 80 %) por el término de aproximadamente 18 a 25 días post aplicación. Para evitar problemas de toxicidad, las dosis máximas deben respetarse estrictamente; especialmente en toros en donde puede existir una tendencia a sobredosificar. Especial cuidado debería seguirse también con biotipos índicos (particularmente Brahmann) que pueden presentar una idiosincrasia especial a estos insecticidas. Actualmente, la casi totalidad de estas formulaciones “pour on” disponibles en nuestro país se presentan como mezclas que incluyen también junto a los fosforados, insecticidas piretroides, mayormente cipermetrina a los cuales se les adiciona el butóxido de piperonilo como sinergista. El uso combinado de dos grupos químicos con diferente modo de acción, como fosforados y piretroides podría ser de utilidad para demorar el desarrollo de resistencia en áreas o establecimientos en donde aún no se presentan estos problemas o en casos donde se desconoce el status de susceptibilidad o resistencia de las poblaciones del insecto.
Sin embargo y dada la resistencia generalizada de la mosca de los cuernos a los piretroides en el área central de la Argentina, es dudoso que la incorporación de cipermetrina pueda mejorar la eficacia de estas mezclas y por el contrario, continúar con su uso, implica aumentar la resistencia a este grupo químico.
En el 2009 se incorporó al mercado veterinario argentino una formulación de uso “pour on” que incluye el imidacloprid ( un insecticida que hasta ahora no había sido utilizado para el control de la mosca de los cuernos) y con un período de eficacia en el control de aproximadamente 30-35 días. Este nuevo producto “pour on” se presenta como una mezcla que incluye también a la cipermetrina en su formulación y las objeciones sobre el uso de este tipo de combinación expresada en el párrafo anterior, son extensivas a este caso.
b) caravanas insecticidas: las caravanas insecticidas con fosforados, consisten básicamente en una matriz de un polímero, generalmente P.V.C., conteniendo diazinon, ethion o clorpirifos (o combinaciones) en concentraciones que varían generalmente entre 20 al 40 %. Las caravanas son diseñadas para que con el acicaleo y el frotado de los bovinos, el insecticida se distribuya sobre el pelaje de los animales en cantidades pequeñas y por un tiempo prolongado, facilitado por la liposolubilidad de estas drogas y por la habilidad de migrar a través de la lanolina de los pelos. Estas caravanas se colocan entre los dos pliegues del cartílago auricular utilizando las pinzas conocidas como "sistema Allflex" empleadas habitualmente para caravanas identificatorias (Figura 7).


De acuerdo a evaluaciones efectuadas en la EEA INTA Rafaela y en bovinos expuestos a poblaciones de campo con antecedentes de resistencia a insecticidas piretroides, la actividad de las caravanas comienza a manifestarse al día siguiente a su aplicación para hacerse máxima en los 7 a 10 días posteriores. A partir de aquí y por un período mínimo de 15 a 16 semanas y de 18-19 semanas de máximo, se observan con estos insecticidas fosforados, reducciones del número de insectos que oscilan entre el 99 % al 80 % cuando se comparan con animales no tratados. Debido a su practicidad y prolongada persistencia, esta tecnología de polímeros con insecticidas fosforados constituye una valiosa alternativa para el control de poblaciones de este insecto. Presentan también una mayor seguridad relativa cuando se considera la posibilidad de accidentes por derrame o ingestión con respecto a otras alternativas como pueden ser la aplicación de insecticidas líquidos.)
Sin embargo, y como con cualquier uso de insecticida que se administre sobre los animales, siempre deben utilizarse guantes no permeables y en ningún caso la aplicación de las caravanas puede realizarse a manos desnudas. (Figura 8)


Algunas personas pueden ser muy sensibles a los principios activos de las caravanas y es necesario también, luego de finalizado el trabajo, lavarse las manos con agua y jabón para eliminar cualquier resto de insecticida que pudiera haber quedado y evitar la transferencia del mismo a boca, ojos u otras partes del cuerpo. Recientemente, una caravana conteniendo un nuevo grupo químico, el endosulfan , ha sido evaluada en la EEA INTA Rafaela frente a poblaciones de la mosca de los cuernos con reconocida resistencia a los piretroides El endosulfan es un insecticida perteneciente a la familia de los ciclodienos, utilizado comúnmente en la agricultura y recientemente registrado en E.E.U.U. para uso veterinario en caravanas insecticidas para bovinos de leche y carne. En las experiencias desarrolladas en la provincia de Santa Fe, la aplicación de una caravana por animal conteniendo endosulfan al 30 % mostró una eficiencia máxima que osciló entre el 96 % y el 80 % durante un período de 12 semanas y representa otra alternativa en áreas con resistencia generalizada a los piretroides. El registro de estas caravanas para su uso comercial se encuentra aún en evaluación por el SENASA. Debido a sus diferente modo de acción, estas caravanas con endosulfan o las formulaciones pour on conteniendo imidacloprid, podrían también formar parte de un programa de rotación en establecimientos en los cuales es habitual el uso de insecticidas fosforados para el control de H. irritans.
Otras alternativas de control: otras metodologías que son utilizadas actualmente en forma relativamente común en bovinos de leche, como la autoaplicación por bolsas aspersoras de insecticidas (mayormente fosforados), no han sido adoptados para el control de este insecto en bovinos de carne de nuestro país. En tambos, estas bolsas con orificios en su parte inferior, se colocan suspendidas inmediatamente a la salida de la sala de ordeño para aprovechar el paso forzado de las vacas, las que al contactar con las mismas se autoaplican el insecticida en polvo sobre la cabeza, columna vertebral y flancos. Si bién fundamentalmente constituyen una alternativa práctica y económica para vacas lecheras en el período de lactancia, existe también la posibilidad de adaptar las mismas en ganado de carne al utilizar el paso forzado de los animales como por ejemplo el ingreso en aguadas (Figura 9).


El uso de formulaciones larvicidas (neurotóxicos como los fosforados o reguladores del crecimiento de insectos como el diflubenzuron o el metoprene ) están disponibles comercialmente en el mercado veterinario argentino (por ejemplo metoprene) o en vías de registro y sujetos a la aprobación por el SENASA. La administración de estos productos puede hacerse a través de la auto incorporación de los mismos como aditivos en la ración, el agua o incluso en forma forzada con bolos intra-ruminales. Estos químicos pasan por el tubo digestivo sin ser absorbidos y son eliminados con la materia fecal. Por lo tanto actúan en la materia fecal matando las larvas o interfiriendo con la formación de pupas, pero no presentan actividad contra los estadíos adultos de H. irritans. En este contexto, pueden formar parte de un programa de control pero su eficacia es limitada cuando son utilizados como única alternativa ya que no pueden evitar el desarrollo de poblaciones provenientes de la migración de insectos desde establecimientos vecinos.

Bibliografía
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FUENTE: ENGORMIX