22 de julio de 2019

CALIDAD DE AGUA. EFECTOS DEL AGUA CON ALTOS NIVELES DE ARSÉNICO Y FLUOR, SOBRE LA SALUD HUMANA Y ANIMAL

Publicado el: 22/7/2019 Autor/es: Aníbal Fernández Mayer1 1) Técnico de la EEA INTA Bordenave (CERBAS) (Bs As). Master Sc, y Doctor en Cs Veterinarias, (Univ. Agraria La Habana, CUBA). Especializado en Nutrición de bovinos. Esta revisión bibliográfica busca resumir las características, tolerancias y efectos sobre la salud humana y animal tanto del Arsénico como del Flúor en el agua de consumo. CARACTERÍSTICAS DEL ARSÉNICO Y FLÚOR Y SU ACCIÓN EN EL ORGANISMO Arsénico
(Tajamar en Chacharramendi) El Arsénico está presente de forma natural en niveles altos en las aguas subterráneas de varios países (Argentina, Chile, Brasil, México, EE.UU, entre otros). En nuestro país hay muchas regiones afectadas por este catión como Buenos Aires, San Luis, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa, etc. El Arsénico es un elemento químico muy tóxico en su forma inorgánica y sus sales son muy solubles en agua. Su mayor amenaza para la salud pública reside en la utilización de agua contaminada para beber, preparar alimentos y regar cultivos. La exposición prolongada al Arsénico a través del consumo de agua y/o alimentos contaminados puede causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes. Además de problemas durante el embarazo y mortalidad infantil. La presencia de Arsénico en el agua tiene 3 posibles orígenes: Contaminación natural del agua subterránea (geología de los suelos). Contaminación con agroquímicos. Contaminación por desechos industriales El Arsénico después de ser absorbido pasa al torrente sanguíneo y es distribuido en los diferentes órganos, depositándose principalmente en la piel, el pulmón, hígado, riñón, sistema nervioso y corazón. El hígado tiene la capacidad de transformar cierta cantidad de Arsénico a la forma orgánica que es menos perjudicial. La mayor parte de la forma inorgánica y orgánica se eliminan a través de la orina en pocos días, aunque un porcentaje variable puede permanecer durante meses. Otras vías de excreción menos importantes son heces, sudor, leche materna, piel y sus anexos pelos y uñas. Flúor El Flúor es esencial para mantener la solidez de los huesos y proteger el decaimiento dental, tanto en los seres humanos como en los animales. Se recomienda un consumo diario no mayor de 0.1 mg/l de Flúor1 a través de los alimentos y/o del agua para mantener los huesos y dietes saludables. Sin embargo, cuando se consume “agua” con exceso de Flúor se producen caries, osteoporosis (fluorosis esquelética)2, daños en los riñones, huesos, nervios y músculos. Además, afecta el metabolismo del calcio y fósforo, alterando el crecimiento de los huesos (destete y recría) provocando menor peso al nacer. También afecta a las vacas lecheras, especialmente durante el verano. El Flúor NO atraviesa la placenta ni puede llegar a la leche y el calostro, por ende, el ternero se puede afectar, solamente, cuando consume agua con altos niveles de Flúor. Niveles de tolerancia del “Arsénico” Consumo humano: 0,05 mg/l (0.05 ppm o 50 ppb) de Arsénico según el Consejo Hídrico Federal (COHIFE) de la Argentina. Mientras que, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció como límite máximo 0.01 mg/l (0.01 ppm o 10 ppb). Consumo animal: 0,2 mg/l (0.2 ppm o 200 ppb). Niveles de tolerancia del “Flúor”
Consumo humano o animal: La OMS recomienda como límite máximo 1,5 mg/l (1.5 ppm) de Flúor. Los valores de referencia (mínimos y máximos) están influenciados por la temperatura ambiente (Cuadro 1).
El moteado de los dientes aparece con concentraciones de 2 a 5 mg/l, pero el desgaste dentario se produce con dosis mayores. La intoxicación crónica aparece con consumos de Flúor en agua de bebida cercana a 15 mg/día, aunque los riesgos empiezan con una ingesta superior a 6 mg/día. En un valioso trabajo realizado Pérez Carrera, A. y Fernández Cirelli, A. pertenecientes al Centro de Estudios Transdisciplinarios del Agua de la Facultad de Ciencias Veterinarias (Universidad de Buenos Aires) sobre los Niveles de Arsénico y Flúor en agua de bebida animal en establecimientos de producción lechera (Córdoba)2-3, encontraron que el sudoeste de esta provincia es una de las zonas más afectadas de la Argentina por los altos niveles de Arsénico y de Flúor en las agua subterránea. En este trabajo, se evaluó la calidad del agua de bebida animal en 32 establecimientos lecheros de la zona (62º 33´ - 62º 57´ long. oeste y 32º 12´ - 32º 50´ lat. sur), cuya fuente principal es subterránea. El 40% proviene de perforaciones de la capa freática (3-15 m de profundidad) y el 44% de perforaciones semi surgentes (80-150 m de profundidad). Las concentraciones de los aniones mayoritarios (sulfatos, cloruros, carbonatos, etc.) se encuentran dentro de los límites recomendados. Sin embargo, los niveles de Arsénico y Flúor superan las tolerancias establecidas por la OMS y COHIFE. Los mayores niveles fueron encontrados en la capa freática. Del total de las muestras evaluadas el 52,6% para Arsénico y un 84,2% para Flúor superaron los límites máximos recomendados para agua de bebida de bovinos. En tanto, las aguas provenientes de perforaciones semisurgentes, sólo un 5,6% de las muestras resultó no apto en relación con su contenido de Arsénico y Flúor. De acuerdo con los resultados obtenidos en este trabajo, las concentraciones de Arsénico en hígado y riñón son, en todos los casos, menores a las halladas en agua subterránea proveniente de la capa freática y de pozos semisurgentes de la zona de estudio. Esto demuestra que, a diferencia de los contaminantes orgánicos, que pueden bioacumularse en los tejidos animales, en general, los niveles de metales encontrados en los órganos humanos y animal son menores que los detectados en el agua de bebida o alimentos. Los niveles de Arsénico en riñón e hígado fueron superiores a los hallados en músculo y glándula mamaria. La concentración en muestras de riñón fue superior a las muestras de hígado. Este resultado estaría de acuerdo con el hecho de que la mayor parte del Arsénico ingerido es excretado a través de la orina. En el total de las muestras analizadas las concentraciones de Arsénico estuvieron muy por debajo del límite máximo considerado por el Plan Nacional de Control de Residuos e Higiene en Alimentos (CREHA-SENASA). Hasta el momento, los estudios realizados a nivel nacional o internacional vinculan la aparición de signos de intoxicación con Arsénico con el consumo, principalmente, de agua de bebida con altos niveles de este elemento aunque no puede descartarse que se detecten efectos por consumo de alimentos contaminados. A continuación se presentan los síntomas que aparecen cuando hay consumo de agua o alimentos con altos niveles de Arsénico o Flúor. Sintomatología ocasionada por exceso de consumo de Arsénico Los primeros síntomas de la exposición prolongada (5 años) a altos niveles de Arsénico inorgánico en aguas y/o alimentos se observan en la piel (cambios de pigmentación), lesiones cutáneas, durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis). Cuando esto ocurre puede terminar en cáncer de piel, de vejiga y de pulmón. Depresión. Falta de apetito. Debilidad y dificultad para trasladarse. A la Necropsia se observa lesiones en el intestino, rotura en los vasos sanguíneos, hepatitis, congestión pulmonar, endocarditis. Sintomatología ocasionada por exceso de consumo de Flúor Los animales jóvenes son más afectados que los adultos. Entre los síntomas característicos se destacan: menor tamaño, forma, color y caída de los dientes. Se observa falta de crecimiento y pérdida de estado corporal. Hueso: Osteomalacia, Osteoporosis, por una alta movilización del Calcio y Fósforo para compensar las pérdidas de Flúor por orina. El organismo expuesto a una fluorosis esquelética ocasionado por el consumo de agua o alimentos contaminados tiene mayor riesgo de fracturas óseas. Prevención y control Existen diversas opciones para reducir los niveles de arsénico en el agua potable: Sustituir aguas contaminadas por otras con bajos niveles de este elemento. Mezclar agua con bajos niveles de Arsénico con agua de concentración más elevada a fin de conseguir más cantidad de agua con un nivel de concentración aceptable. Instalar sistemas de eliminación del Arsénico, entre ellas se destacan la oxidación, la coagulación-precipitación, la absorción, el intercambio de iones y diversas técnicas de membranas.

13 de julio de 2019

La Chinche de Cuernitos está cambiando de menú... ahora le gusta el Maíz!!!!

Investigan plaga que provoca cada vez más daños en maíz. Fecha de Publicación: 13/07/2019 Fuente: Pablo Roset Prensa y Divulgación de CyT Facultad de Agronomía (UBA) Hasta hace algunos años, la chinche de los cuernos sólo atacaba la soja. Hoy también causa pérdidas de rendimiento en el segundo cultivo más sembrado del país. Un estudio de la FAUBA indagó cómo el insecto lo elige y qué interacciones ocurren en el ataque. Por: Sebastián M. Tamashiro Tanto en la Argentina como en Brasil, Uruguay y Paraguay se conoce a la chinche Dichelops furcatus porque provoca pérdidas de rendimiento en la soja. Hoy, los productores están preocupados porque los ataques de esta plaga están aumentando sensiblemente en el maíz. En este marco, un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) indagó de qué manera el insecto elige las plántulas de maíz para alimentarse. Los investigadores determinaron si la chinche es capaz de diferenciar distintos híbridos comerciales y qué interacciones se desencadenan tras el ataque. “Hasta hace algunos años se nombraba a la chinche de los cuernos —Dichelops furcatus— como una plaga de la soja, principalmente. Pero en la última década, su población creció mucho y empezó a dañar de forma significativa las plantas jóvenes de maíz. Este insecto es nativo de la Argentina y también representa un problema en el sur de Brasil, donde se produce soja y maíz bajo siembra directa, como en nuestro país”, explicó Jorge Zavala, docente de la cátedra de Bioquímica e investigador del instituto INBA (Conicet-UBA).
“Los ataques están muy relacionados con la rotación de cultivos. El alimento favorito de las chinches son los granos de soja, de los cuales obtienen numerosos nutrientes. Durante el ciclo de este cultivo pueden desarrollar hasta tres generaciones. Luego de la cosecha, los insectos se esconden en los restos vegetales que deja la siembra directa y así logran resguardarse del contacto directo con los insecticidas. Apenas sube la temperatura, salen con hambre y si encuentran plántulas de maíz, las pican”, señaló Vanesa Jacobi, docente de la cátedra de Genética de la FAUBA y también investigadora del instituto INBA. En este marco, los investigadores estudiaron el comportamiento y las preferencias de la plaga, y cómo interactúa con el cultivo de maíz. “Observamos que la chinche ataca al cultivo no sólo porque es lo primero que encuentra, sino porque lo reconoce y lo elige. Además, nuestros resultados indican que D. furcatus es capaz de diferenciar entre híbridos comerciales de maíz, y que lo hace a través de los distintos compuestos volátiles u ‘olores’ que emite cada material vegetal”, resaltó Vanesa.
De chinches, aromas y defensas Jacobi indicó que los insectos que se alimentan de biomasa vegetal —o fitófagos— reconocen las plantas por medio de una combinación de estímulos sensoriales y se refirió al caso que estudió: “Los compuestos volátiles son comunes en muchas plantas. Cada una posee combinaciones y concentraciones particulares. Nosotros registramos que cada híbrido de maíz emite diferentes volátiles y que la chinche los distingue. Cuando comparamos dos genéticas, una ‘tropical’ y otra ‘templada’, el 80% de D. furcatus optó por alimentarse de los maíces adaptados a climas templados”. “Cuando un herbívoro ataca una planta, sus volátiles cambian. A su vez, las plantas de alrededor perciben esa modificación como una advertencia y preparan sus defensas para evitar el daño”, explicó Zavala, y agregó que analizaron cómo el ataque de la chinche provocó la variación tanto de los ‘aromas’ de los maíces como de sus defensas. “Detectamos que el híbrido templado tenía menores defensas que el tropical, pero que aumentaron mucho tras la picadura. Es interesante entender la cadena de reacciones que se dispara cuando D. furcatus pica. Para pensar cómo combatir la plaga, hay que comprender los procesos que están involucrados en la interacción insecto-cultivo”. El investigador dijo al sitio de divulgación Sobre la Tierra que hoy en día no se puede controlar a la plaga de forma sencilla debido a la escasa efectividad de los insecticidas. “Por ese motivo, para planificar estrategias contra D. furcatus también estudiamos cómo se comporta y de qué se alimenta en los lotes”. Suplemento de malezas En un principio, los investigadores supusieron que la chinche elegía al maíz porque de allí obtenía los nutrientes que requería para desarrollarse. Sin embargo, encontraron que necesita alimentarse de otras especies vegetales para completar su ciclo de vida. Por esta razón, están estudiando de qué malezas se alimenta. En este sentido, Jacobi destacó que entre los alimentos preferidos de D. furcatus se encuentran las gramíneas —plantas de la misma familia botánica que el maíz—, y que la detectaron en malezas como sorgo de alepo (Sorghum halepense) y pata de gallina (Eleusine indica). Incluso, la hallaron en algunas plantas de la familia Compuestas, como la cerraja (Sonchus oleraceus). “En los cuatros años de estudios a campo observamos los movimientos, los hábitos y los escondites de las chinches en distintas épocas del año. Pasamos mucho tiempo ‘cuerpo a tierra’, ya que se camuflan muy bien”.
La docente, quien expuso sus resultados en el Taller sobre Problemas Especiales ‘Producción agropecuaria y Ambiente‘ de la Escuela para Graduados de la FAUBA, afirmó que cuando se conoce en qué plantas puede estar el insecto, se hace más fácil monitorearlo. “También podríamos usar estas malezas para atraer a D. furcatus y alejarlo de las plántulas de maíz”. Zavala contó que en Brasil, varios grupos de investigación estudian esta plaga desde un punto de vista productivo. “Aplican insecticidas de preemergencia y prueban diferentes líneas de maíz sin defensas y con defensas transgénicas, pero sin buenos resultados aún”, y concluyó: “Nosotros, con un enfoque más ecológico, buscamos entender las interacciones entre el maíz y la chinche, los volátiles que la atraen y las malezas que necesita para crecer. Los impactos negativos de este insecto van en aumento y creemos que nuestro trabajo es un aporte a la solución del problema” FUENTE: ENGORMIX .