25 de agosto de 2017

Alerta. Roya Amarilla en Trigo


Sanidad en el cultivo de trigo

Se han detectado focos importantes de roya amarilla de trigo en el Sur de Santa Fe, Norte de Pcia. De Buenos Aires y Sudeste de Buenos Aires. El estado de trigo es comienzo de encañazón, Z3.2. 
Las variedades con focos de roya estriada hasta el momento monitoreadas son Algarrobo, Ceibo y Fuste en la zona Sur de Santa Fe y en el Sudeste de Bs. As. B750. 
Las localidades monitoreadas en Sur de Santa Fe son María Teresa, Teodelina, Villa Cañas, y Norte de Bs. As. Junín. En el Sudeste la detección se realizó en la zona de Necochea.
Summit Agro

Summit Agro
Foto 1 y 2. Roya amarilla o estriada. Estado Z 3.2 María Teresa. Gentileza Ing. Pablo Roitvain

Summit AgroSummit Agro
Foto 1 y 2. Roya amarilla o estriada. Estado Z 3.2 Teodelina. Gentileza Ing. Garro

Recomendaciones

1. Monitoreo semanal 
2. Diagnóstico seguro 
3. Control con fungicidas foliares a partir de Z3.2 si la incidencia supera el 6% 
4. Utilización de fungicidas que contengan estrobilurinas y triazoles con dosis completas. 
5. Recordemos que la roya amarilla o estriada se presenta en manchones o rodales y es una de las enfermedades más peligrosas del cultivo de trigo. 

Fuente: SummitAgro

22 de agosto de 2017

Balance de materia organica y capacidad de mineralización de nitrógeno de distintos suelos con fertilización continua.

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Resumen
En los últimos años se ha intensificado el uso agrícola del suelo y con ello la práctica de fertilización de los cultivos de granos. Con el objetivo de evaluar el efecto de los distintos regímenes de fertilización de largo plazo sobre: (a) los contenidos de materia orgánica de suelos (MOS) y nitrógeno potencialmente mineralizable (Nan) en el suelo y, (b) la relación entre Nan y MOS, se llevó a cabo la siguiente experiencia. Se analizaron las concentraciones de MOS y Nan en suelo de tres estratos de profundidad (0-5 cm, 5-10 cm y 10-20 cm) de cinco sitios de la Red de Nutrición CREA-IPNI de la Región Sur de Santa Fe instalados en la campaña 2000-2001. Estos ensayos se instalaron en siembra directa (SD) bajo dos sistemas de rotación, maíz trigo/soja (M-T/S) (Balducchi y San Alfredo) y maíz-soja-trigo/soja (M-S-T/S) (La Blanca, La Hansa y Lambaré), seis tratamientos de fertilización: testigo, PS, NS, NP, NPS y completo (NPS+micronutrientes). La fertilización con N, P y S provocó aumento en los contenidos de MOS (sólo en el estrato de 0-5 cm de profundidad) pero no afectaron a los contenidos de Nan en el suelo. Las rotaciones no afectaron a los contenidos de MOS y Nan. Se determinaron relaciones positivas entre el Nan y la MOS y sus variaciones fueron atribuibles a las diferencias en otras características además del contenido de MOS total entre los sitios. Se concluye que solo la MOS total no es un buen predictor de la capacidad de mineralización de N de los suelos.
PALABRAS CLAVE: Fertilización de cultivos – relación Nan: MOS - capacidad de mineralización de suelos.
INTRODUCCIÓN
La producción mundial de alimentos debe aumentar en un 70% en 2050 para seguir el ritmo de la creciente demanda (Bruinsma, 2009). Para alcanzar este objetivo, la fertilización surge como una herramienta para aliviar el efecto de la continua exportación de nutrientes, debido a su capacidad para reponer la fertilidad del suelo y mejorar la producción agrícola (Wu & Ma, 2015). Esa necesidad de producir más alimentos y el deterioro de la fertilidad natural de los suelos ha impulsado a la fertilización en forma continua por parte de los productores. En la agricultura Argentina también se ha intensificado el uso de fertilizantes para cultivos extensivos. El consumo de fertilizantes tuvo un gran aumento en los últimos 20 años, pasando de 300 mil toneladas en 1990 a más de 3 millones de toneladas en el 2013 (Fertilizar, 2014a).
La fertilización continua pareciera ser eficaz en el mantenimiento de la materia orgánica del suelo (MOS) (Wu et al., 2003) y enriquecimiento con carbono (C) principalmente de las fracciones lábiles (Yang et al., 2012). En el suelo se hallan dos fracciones de C con distinta dinámica de descomposición. Una fracción lenta o estable y otra fracción activa o lábil (Ciampitti et al., 2011b). A su vez, estos pooles actúan como fuente primaria de nitrógeno (N) para las plantas (Haynes, 2005). Las plantas toman nutrientes de la fracción lábil, la cual se renueva constantemente a partir de la fracción estable. Una forma de evaluar la fracción lábil de N en el suelo es midiendo el amonio liberado durante una incubación anaeróbica corta (Nan). Varios estudios mostraron que el Nan estuvo relacionado con la capacidad del suelo de proveer N a cultivos de granos (Sharifi et al., 2008; Genovese, 2009; Reussi Calvo et al., 2014). La posibilidad de contar con experimentos a largo plazo de fertilización con secuencias de cultivos en distintos sitios, pueden proveer de información valiosa para conocer el impacto del agregado continuo de nutrientes como fertilizantes sobre las concentraciones de la MOS y Nan.
En la campaña 2000-2001, la Región Sur de Santa Fe del movimiento CREA, en conjunto con IPNI y Agroservicios Pampeanos (ASP), instalaron una red de ensayos a largo plazo. Uno de sus objetivos comunes desde un principio fue determinar las respuestas directas y residuales de los cultivos a la aplicación de N, P y azufre (S) y así complementar a los métodos de diagnóstico de la fertilidad de suelos. En este trabajo se sintetizan los resultados obtenidos de análisis de suelos de tres estratos de profundidad (0-5 cm, 5-10 cm, 10-20 cm) después de 14 años de fertilización continuada. Los objetivos fueron evaluar el efecto de los distintos regímenes de fertilización de largo plazo en los distintos suelos y rotaciones de la región pampeana sobre: a. los contenidos de MOS y Nan y, b. la relación entre el Nan y la MOS.

MATERIALES Y MÉTODOS
Se tomaron muestras de suelo de tres estratos de profundidad (0-5 cm, 5-10 cm y 10- 20 cm) de los cinco sitios de la Red de Nutrición del CREA de la Región Sur de Santa Fe (Tabla 1), durante la campaña 2013-2014. Las características de los ensayos son: dos sitios con rotación maíz-trigo/soja (M-T/S) (Balducci y San Alfredo) y tres sitios con rotación maíz-soja-trigo/soja (M-S-T/S) (La Blanca, La Hansa y Lambaré). Se evaluaron los seis tratamientos de la red: testigo sin fertilizar, NP, NS, PS, NPS y completo (NPS+micronutrientes). El diseño es en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones en cuatro sitios, y dos en San Alfredo. El tamaño de las parcelas es de 25-30 m de ancho y 65-70 m de largo. Se utiliza maquinaria del productor y labranza en siembra directa (SD) en todos los casos. La dosis de fertilización se estima a partir de los rendimientos esperados más un 5-10% de fertilización de enriquecimiento con P y S a la siembra de soja y, a partir de modelos zonales para cultivos de alto rendimiento en el caso del N. En la campaña 2013/2014 se aplicaron 30 y 18 kg de P y S respectivamente al cultivo de soja de primera en la rotación M-ST/S y, en la rotación M-T/S se aplicaron 102, 44 y 21 kg de N, P y S al cultivo de trigo (Boxler et al., 2014).
Se determinó el N potencialmente mineralizable (Nan) por incubación anaeróbica a 40ºC por 7 días, método descripto por Keeney & Bremner (1966) seguido de una colorimetría. La MO se determinó por la metodología propuesta por Walkley & Black (1934). Los resultados se analizaron mediante ANOVA, comparación múltiple de LSD y regresión. Los ANOVA de concentración de MOS y Nan se analizaron para cada estrato por separado. Las diferencias significativas fueron determinadas a un nivel de significancia del 95%. La relación entre Nan y MOS se analizó mediante regresión lineal. Se compararon las distintas regresiones mediante test de F y, en los casos en que no fueron diferentes, las líneas de regresión para esos tratamientos se representaron con una sola función.

Tabla 1. Información de manejo y de sitio. Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe. Soja. Campaña 2013/14.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN
1. Concentración de MOS y Nan en el suelo
Los catorce años de fertilización continua con N, P y S tuvieron un efecto sobre la MOS sólo en el estrato de 0-5 cm de profundidad, mientras que en el resto del perfil no hubo diferencia entre los tratamientos de fertilización (Figura 1). La disminución de la concentración de MOS por no fertilizar (testigo) fue del 12% en la capa de 0-5 cm respecto del tratamiento completo Figura 1). La mayoría de autores han informado que los cambios en MOS se producen por efectos de manejo y por los años de agricultura (Fabrizzi et al., 2003; Reussi Calvo, 2013; Genovese et al., 2009). Sin embargo, nuestros resultados sugieren que la fertilización también puede ser un factor importante para la regulación de los contenidos de MO y por consiguiente para mantener la fertilidad de los suelos en el largo plazo. Se han visto disminuciones de los rendimientos con las pérdidas de MOS (Ladha et al., 2003), ya que son fuente importante de nutrientes y sustrato de la actividad microbiana. En este trabajo, las mayores concentraciones de MOS se vieron en el estrato de 0-5 cm en todos los sitios (Figuras 1 y 2) concordante con Wander (2004); Diovisalvi et al. (2008) y (Diaz Zorita, 1999).
San Alfredo y Lambaré presentaron los valores más altos de MOS en todo el perfil (promedio 31,5 g kg-1 y 30,2 g kg-1 respectivamente) y Balducchi fue el más pobre en MOS (promedio 23,5 g kg-1 )(Figura 2). Estas diferencias entre sitios son previas a la instalación de los experimentos en el año 2000 (Boxler et al., 2014) y se podrían atribuir a las diferencias en años de agricultura y a las diferencias texturales en los sitios (Tabla 1). La información de los sitios previo a la implementación de los ensayos indican que Balducchi tenía más de 60 años de agricultura continua mientras que Lambaré y San Alfredo tenían 12 y 8 años respectivamente (Tabla 1). Por lo tanto, los contenido de MOS y los años de agricultura en los sitios guardan relación inversa entre sí y, son visibles en el largo plazo (Genovese et al., 2009, Reussi Calvo et al., 2013 y Eiza et al., 2005; Divito et al., 2011). Por otro lado, Lambaré es el sitio más rico en arcillas y Balducchi el más arenoso. En cuanto a los contenidos de (arcilla+limo), Lambaré tiene un 97%, mientras que Balducchi posee un 68% de dicha fracción (Tabla 1). Está documentado que la fracción (arcilla+limo) guarda relación positiva con los contenidos de COT de los suelos (Galantini et al., 2004), porque en suelos más finos el tamaño pequeño de los poros del suelo protegen a la MO de la acción de los microorganismos (Van Veen & Kuikman, 1990). Hassink et al. (1993a) indicaron que en suelos arenosos, la presencia de grandes poros disminuye la capacidad de retener agua y de mantener la humedad para el crecimiento bacteriano. Los cuales explican las mayores concentraciones de MOS total en suelos de texturas finas y menos laboreadas en este estudio.
La fertilización con N, P y S durante 14 años no cambió el contenido de N potencialmente mineralizable (Nan) en ninguno de los tres estratos de profundidad (Figura 3). Fabrizzi et al. (2003) también informaron que el Nan no fue afectado por la fertilización con N en dos experimentos en el sudeste de la provincia de Buenos Aires, pero variaba con la MOS por efecto de los sistemas de labranza. Diovisalvi et al. (2008) también informaron que la fertilización no afectó los contenidos de Nan en un ensayo de largo plazo. Tang et al. (2006) vieron resultados similares en un ensayo de fertilización continua de 15 años en el norte de China, pero aplicaciones orgánicas aumentaban la MOS, y consecuentemente el N total y el N como amonio. Manna et al. (2007) también sugieren que se debe incrementar la MO si se desea aumentar la disponibilidad de N. En este estudio, el tipo de labranza homogénea (SD) en todos los sitios, y la ausencia de aplicación de N al cultivo de soja sumado a la alta frecuencia de este cultivo en las rotaciones pudo haber causado que las diferencias en los aportes de C al suelo entre los tratamientos no hayan sido lo suficientemente grandes como para provocar una diferencia en el Nan.
El Nan varió con la profundidad y con los sitios (Figuras 3 y 4). Los mayores contenidos de este nutriente se vieron en el estrato de 0 a 5 cm y disminuyeron con la profundidad (Figuras 3 y 4). Esto puede atribuirse a la incorporación de residuos con el sistema de SD cerca de la superficie, lo cual aumentó la MOS y consigo el Nan en este estrato. Según West & Post (2002) la SD generalmente incrementa la MOS en comparación con la LC y es más notorio en el estrato superficial. Los valores más bajos en los 3 estratos de profundidad correspondieron a Balducchi (promedio 33,85 mg kg-1 ) y Lambaré (promedio 65,13 mg kg-1 ) fue el más rico en concentración de Nan (Figura 4). Vale aclarar que los contenidos de COT siguen el mismo patrón (Figura 2, Tabla 1). Nuestros resultados sugieren que el Nan está relacionado con la MOS, ya que proviene de mineralización del N orgánico. Esto puede atribuirse a los contenidos de MO sumado a las condiciones ambientales favorables para la actividad microbiana que favorecieron a la mineralización y disponibilidad de N (Manna et al., 2007).
La secuencia de cultivos de ambas rotaciones tampoco afectó a las concentraciones de Nan (Figura 2), coincidiendo con lo reportado por Gregorutti et al. (2014) en varias rotaciones que incluyeron a los cultivos de soja, maíz y trigo. Las Figuras 3 y 4 incluyen valores de Nan entre 7,32 y 128,44 mg kg-1 . Estos valores son consistentes con aquellos reportados por Reussi Calvo et al. (2014) quienes mostraron valores de Nan entre 12 y 260 mg kg-1 siendo mayores en el este que en el oeste de la provincia de Buenos Aires. Benitende et al. (2007) también reportaron valores de Nan promedio de 183 mg kg-1 y 104 mg kg-1 para suelos Argiudoles ácuicos y vérticos de Entre Ríos. Fabrizzi et al. (2003) informaron concentraciones de Nan bajo el sistema SD en promedio de 61,5 mg kg-1 y bajo labranza convencional (LC) de 24,2 mg kg-1 , lo cual indica que tanto la MOS como el Nan son afectados por el manejo del suelo. Se han visto que las prácticas de labranza afectan principalmente al pool de N en el suelo (Sharifi et al., 2008), pero el agregado de N como fertilizante no tiene efectos sobre el Nan (Diovisalvi et al., 2008). Sin embargo, en situaciones de altos niveles de fertilización con N pueden ocurrir disminuciones de Nan debido al incremento del reciclaje de la MO sugiriendo pérdidas de N por inmovilización (Genovese et al., 2009) lo cual no ocurrió en este estudio. Por lo tanto, la estimación de Nan a partir de la MOS podría ser un indicador de la capacidad del suelo de mineralizar N que varía ampliamente en los suelos. En las evaluaciones del Nan se deben considerar otras características como las historias agrícolas de cada lote, sistema de labranza, fertilización, textura y cantidad así como la calidad de residuos de cosecha que se incorporan.

Figura 1: Distribución de la concentración de MOS a 0-20 cm en los tratamientos de la Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe, campaña 2013/2014. Los círculos encierran tratamientos que no son diferentes significativamente (p>0.05) y las barras son el error estándar. Los cambios de letra indican diferencia significativa entre estratos de profundidad.

Figura 2: Distribución de la concentración de MOS a 0-20 cm en los sitios de la Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe, campaña 2013/2014. Los círculos encierran sitios que no son diferentes significativamente (p>0,05) y las barras son el error estándar. Los cambios de letra indican diferencia significativa entre estratos de profundidad.

Figura 3: Distribución de la concentración de Nan a 0-20 cm en los tratamientos de la Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe, campaña 2013/2014. Los círculos encierran tratamientos que no son diferentes significativamente (p>0.05) y las barras son el error estándar. Los cambios de letra indican diferencia significativa entre estratos de profundidad.
 
Figura 4: Distribución de la concentración de Nan a 0-20 cm en los sitios de la Red de Nutrición CREA Sur de Santa Fe, campaña 2013/2014. Los círculos encierran sitios que no son diferentes significativamente (p>0,05) y las barras son el error estándar. Los cambios de letra indican diferencia significativa entre estratos de profundidad.

2. Relación entre Nan y MOS
La Figura 5 muestra la relación entre el Nan y la MOS (p<0.01). Fabrizzi et al. (2003) afirmaron que el C de la MOP está altamente relacionado con el Nan, sus resultados sugieren que el Nan proviene de la mineralización de la MOS. Otros autores también han reportado la asociación entre MOS y el Nan (Sharifi et al., 2008; Genovese, 2009; Reussi Calvo et al., 2014). Contrariamente, Sainz Rosas et al. (2008) estudiaron 26 suelos de tipo Argiudol típico y Paleudol petrocálcico (3 sitios) en Balcarce e informaron que el COT no se relacionaba con el Nan, por lo cual indicaron que el COT no sería un indicador sensible de la capacidad de mineralización de N del suelo. Nuestros resultados también muestran que existe diferencias en la relación Nan: MOS entre los sitios. Pese a que los sitios más ricos en MOS fueron San Alfredo y Lambaré (Figura 2) no se vieron los mayores contenidos de Nan en San Alfredo, sino sólo en Lambaré (Figura 4). Lo cual se refleja en la relación Nan: MOS en la Figura 5, donde Lambaré tuvo los mayores valores de la relación Nan:MOS, Balducchi los valores menores y los otros 3 sitios presentaron relaciones Nan:MOS intermedias y estadísticamente no distintas entre sí. Estos resultados sugieren que el contenido de MOS no es un indicador suficiente para predecir la capacidad de proveer N disponible en los suelos. Existirían otros factores como la textura, pH, y el contenido de MO lábil que juegan papeles importantes en la mineralización de la MOS más allá de los contenidos totales de MOS (Baath & Anderson, 2003). Petersen et al. (2013) mostraron una relación positiva y muy estrecha entre el Nan y la biomasa microbiana en el suelo. Por otro lado, Diovsalvi et al. (2010a) reportaron que existe menor asociación entre el Nan y la MOS en suelos de textura fina. Sin embargo, nuestros resultados indican lo contrario, Lambaré pese a ser un sitio de textura fina mostró mayor correlación entre el Nan y MOS (Figura 5, r2 : 0,46). Esto podría ser explicado por las condiciones favorables para la actividad microbiana en Lambaré más allá de su riqueza en MO. Además, Kanazawa & Filip (1986) también informaron que la mayor parte de los microorganismos se acumulan en la fracción arcillo+limo.
Los regímenes de fertilización con N, P y S no afectaron a la relación entre el Nan y la MOS (Figura 5). Esto podría ser explicado porque no hubo grandes efectos de la fertilización sobre los contenidos de MOS. Esto sucedió sólo en el estrato de 0-5 cm, donde el testigo fue inferior en MO (Figura 1), dicho efecto no fue significativo sobre la relación Nan:MOS. Está documentado que los cambios más notables en contenido de MOS y Nan se pueden ver por efectos de manejo y años de agricultura (Genovese et al., 2009, Reussi Calvo et al., 2013 y Eiza et al., 2005; Divito et al., 2011), por el contrario no hay reportes de los efectos puros de la fertilización sobre la MO y por consiguiente sobre el Nan. En este estudio, el sistema de labranza fue SD en todos los sitios y la frecuencia del cultivo de soja en las rotaciones pudieron haber impedido las diferencias significativas del contenido del Nan con los tratamientos. Por lo cual, coincidimos con lo que afirmaron Marriott & Wander (2006) y Sainz Rosas et al. (2008) que el Nan no es una fracción que varía en paralelo con los contenidos de MOS, sino que existe diferencias dependiendo de las potencialidades de mineralización de los suelos y condiciones favorables para la biomasa microbiana. Por lo cual no se pueden predecir la capacidad de un suelo de mineralizar N sólo a partir de los análisis de MOS total.

Figura 5: Relación entre concentración de Nan y la MOS. La línea verde corresponde a la función de Nan:MOS en Lambaré, la línea negra a San Alfredo, La Blanca y La Hansa, y la línea azul corresponde a Balducchi.


CONCLUSIONES
Las fuentes de variación evaluadas en estos experimentos (i. e. fertilización con N, P y S) mostraron diferencias en los contenidos de MOS sólo en el estrato de 0-5 cm de profundidad. Sin embargo, no afectaron a los contenidos de Nan en el suelo. Las rotaciones no afectaron a los contenidos de MOS y Nan.
Se determinaron relaciones positivas entre el Nan y la MOS y sus variaciones fueron atribuibles a las diferencias en otras características además del contenido de MOS total entre los sitios. Por lo tanto, solo la MOS total no es un buen predictor de la capacidad de mineralización de N de los suelos.

AGRADECIMIENTOS
Se agradece especialmente a F. Permingeat por la colaboración en el muestreo a campo de los ensayos y la recolección de muestras. La financiación del presente trabajo provino de UBA, CONICET y ANPCYT.

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17 de agosto de 2017

El 31 de Agosto vence la DDJJ de Siembra de Trigo

El próximo 31 de agosto vence el plazo para la presentación de la Declaración Jurada de siembra de Trigo, avalando la procedencia de la semilla y su variedad, de acuerdo a las diferentes resoluciones de INASE, siempre que su facturación anual supere en 3 veces el monto de la máxima categoría del monotributo, independientemente de que se encuentren  inscriptos o no en el régimen de monotributo.
Cumplimentado el paso anterior, si usted reserva semilla para uso propio, deberá presentar antes del 31 de enero la Declaración Jurada de cosecha, donde detallará la cantidad de semilla guardada y el lugar donde se encuentra la misma. Esto le permitirá obtener un certificado de uso propio, para poder declarar la siembra en la próxima campaña.

Carga de Autogestión
Como primer paso debe dar de alta el Servicio de Autogestión del MINAGRO en la página del AFIP, ingresando con su Clave Fiscal. Aquí les dejo el INSTRUCTIVO
Seguidamente se debe descargar la Explicación pdf a modo de guía para completar su declaración jurada con la
información requerida en el Servicio de Autogestión del Ministerio agroindustria.
El trámite es GRATUITO y OBLIGATORIO para todos aquellos productores alcanzados en el primer paso, para cumplimentar con lo solicitado en las Resoluciones INASE Nº 187/15 y 149/16.

Ante cualquier duda o inquietud en la presentación de la DDJJ , puede comunicarse con este Registro de
Usuarios de Semilla (ex RUSSyT)  al 0800-362-4684 o (011) 3220-5454/5455
HORARIO DE ATENCIÓN: DE LUN A VIE DE 10 A 13 HS. Y DE 14 A 16 HS.
Por correo electrónico a: productores@inase.gov.ar / rus@inase.gov.ar

Agronomía en La Pampa
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15 de agosto de 2017

Micotoxinas en granos y subproductos

Micotoxinas en los granos y subproductos. La prevención a campo, en la cosecha y durante el almacenamiento son determinantes.
Publicado el: 04/04/2017
Autor/es: Ing. Agr. Rubén Roskopf (E.E.A. INTA Pergamino); Ing. Agr. Leandro Cardoso (E.E.A. INTA Balcarce); Ing. Agr. Juliana Iglesias e Ing. Agr. Daniel Presello (E.E.A. INTA Pergamino. Buenos Aires. Argentina

INTRODUCCIÓN
Las micotoxinas son metabolitos producidos por algunas especies de hongos durante su crecimiento que, aún en muy bajas concentraciones, tienen elevada toxicidad tanto para el hombre como para los animales. El consumo de granos o sus derivados contaminados con micotoxinas, afectan la salud de los organismos vertebrados con efectos sobre el desarrollo embrionario, la reproducción, los sistemas nervioso, respiratorio e inmunitario, entre otros, pudiendo llegar a ser fatales.
Las especies fúngicas, pertenecientes a los géneros Aspergillus, Fusarium, Penicillum o Diplodia, son patógenos naturales de los cultivos y colonizan el grano a campo o en las siguientes etapas de almacenamiento, procesamiento y elaboración de alimentos. Si se dan las condiciones ambientales adecuadas, estos hongos producen algunas micotoxinas altamente nocivas para la salud como las aflatoxinas, fumonisinas, tricotecenos o zearalenona, entre otras.

CONSIDERACIONES DE IMPORTANCIA

La presencia de hongos no necesariamente implica la producción de micotoxinas, sin embargo puede que haya persistencia de micotoxinas aún en ausencia de hongos. Cada género de hongo puede generar diferentes tipos de micotoxinas, de la misma forma que un determinado tipo de micotoxina puede ser producida por diferentes especies de hongos.
Una vez producida la contaminación, las micotoxinas son muy estables y de difícil eliminación por lo que se deben tomar medidas preventivas a fin de producir granos y alimentos aptos para el consumo y reducir el impacto económico en la cadena de producción.

PREVENCIÓN EN LA PRODUCCIÓN A CAMPO

Los hongos productores de micotoxinas tienden a invadir los tejidos menos vigorosos o que han empezado un proceso de deterioro, por lo que las buenas condiciones del cultivo logradas mediante el ajuste de la fecha de siembra, densidad, fertilidad o irrigación crearán un ambiente poco propicio para el desarrollo de micelio y reducirán la probabilidad de que ocurran focos de contaminación. Además, las buenas prácticas de cultivo minimizan la probabilidad de ocurrencia de estrés severo en las que algunos hongos responden produciendo altos niveles de micotoxinas.  

Las plantas tienen mecanismos de defensa que les permiten reaccionar ante la presencia del patógeno disminuyendo los niveles de infección. Las variedades disponibles en el mercado tienen diferentes niveles de reacción a la enfermedad. Mientras algunas de ellas son severamente afectadas por hongos de grano y espiga, otras sembradas en las mismas condiciones son afectadas levemente sin que la enfermedad afecte el rendimiento y manteniendo bajos niveles de contaminación. La elección de los cultivares menos susceptibles a las infecciones fúngicas es una de las medidas más efectivas para el manejo de enfermedades fúngicas y contaminación con micotoxinas en granos. Durante los últimos años, INTA ha evaluado la resistencia en la mayor parte del germoplasma disponible en maíz y trigo, dicha información puede ser consultada AQUI . 

El daño ocurrido en los tejidos de protección del grano, como los que ocurren por ataque de insectos Lepidópteros facilita la entrada del hongo al grano generando focos de contaminación. El uso de variedades con resistencia a insectos, ejemplo cultivares Bt, junto con otras medidas de manejo integrado de la plaga reducirán el daño de insectos y los niveles de contaminación.

Los tratamientos con fungicidas reducen los niveles de hongos en grano y espiga de algunos cultivos como los cereales de invierno y no son tan efectivos en otros, como es el caso de maíz. La eficiencia de los tratamientos con fungicidas puede mejorarse aplicando el fungicida en los momentos de mayor probabilidad de ocurrencia de infecciones determinado mediante sistemas de pronóstico.  

El sistema de pronóstico para fusariosis de la espiga de trigo desarrollado por el INTA para trigo se halla disponible online y pueden ser consultado diariamente para conocer la necesidad de aplicar fungicidas. Además, estos sistemas producen mapas de probabilidad de contaminación con micotoxinas que pueden ayudar a predecir los niveles de contaminación en determinada región y ayudar a la toma de decisiones sobre medidas de manejo o destino que se le dará a los granos.
PREVENCIÓN DURANTE COSECHA

Los granos quebrados son de fácil colonización para los hongos e insectos por lo que mantenerlos enteros, sin roturas visibles o fisuras, ayuda para minimizar el desarrollo de hongos y la contaminación con micotoxinas. Para mantener sin daño mecánico los granos se debe regular adecuadamente el sistema de trilla de acuerdo a la humedad de los granos. Si el cultivo está seco, la separación del grano del material no grano, se realiza fácilmente por lo que se debe disminuir las RPM del cilindro o rotor de trilla y aumentar su separación con el cóncavo.  Estos elementos de trilla se deben cambiar si están desgastados evitando extender su vida útil a costa de regulaciones más agresivas que elevan notablemente el daño mecánico al grano.
Las cosechadoras axiales en general provocan menor daño mecánico a los granos.

Durante la cosecha, la tolerancia de grano partido no debería ser solamente la norma de comercialización para cada grano, si no la mínima posible que me permita realizar una cosecha eficiente con bajas pérdidas manteniendo la integridad del grano.

En trigo con fusariosis de las espiga es conveniente iniciar el trabajo con una humedad de grano de 17 a 18 %, de forma tal de lograr una mayor diferencia en el peso específico entre el grano sano, entero y con mayor humedad y el grano atacado por Fusarium sp, (más seco y liviano). En la limpieza de la cosechadora se debe aprovechar esta diferencia de peso regulando el ventilador con mayor caudal de aire (trabajar en el rango desde los ¾ de velocidad hasta el máximo) de manera que los granos con fusarium salgan por la cola de la máquina (monitoreando que no se pierdan granos con valor comercial).  Hay que tener en cuenta que esta recomendación exige que el grano sea inmediatamente secado a 14 % de humedad luego de la recepción en el acopio y previo al almacenamiento.

PREVENCIÓN DURANTE EL ALMACENAMIENTO

El almacenamiento de los granos secos, por debajo de la humedad de recibo y a baja temperatura, son las principales herramientas para minimizar el desarrollo de hongos y la consiguiente producción de micotoxinas en esta etapa. Una consideración especial es el girasol que debe almacenarse más de 3 puntos por debajo de su humedad de comercialización para evitar serios problemas en el almacenaje. 

Tabla 1. Humedad segura de almacenaje de granos correspondiente a una temperatura de 17 °C. (Fuente: ASAE D 245.5) 

Granos
% humedad *1
   Girasol
   8
   Maíz
   14,1
   Soja
   12,9
   Sorgo
   15,6
   Trigo
   14
*1 (si la temperatura de los granos es mayor, la humedad segura de almacenaje debe ser menor) 

Adicionalmente, la fuente inicial de inoculo fúngico puede disminuirse eliminando las partículas pequeñas de granos y materias extrañas a través de la limpieza mecánica o neumática del grano al ingreso a la planta. Si el grano ya se almacenó en el silo, es recomendable realizar el “descorazonado”. Esta técnica consiste en extraer aproximadamente el 3 % del grano contenido en el silo lleno (invertir el "copete") y de esta manera eliminar la columna central del granel en la que normalmente se concentra el material fino que entorpece el paso del aire, facilita el desarrollo de insectos, hongos y producción de toxinas. El grano descargado puede ser pasado por la limpieza y regresado al silo o enviado para la venta, pero nunca se debe recircular porque no tiene efecto la práctica del descorazonado.

En el caso del almacenamiento en silo bolsa es determinante mantener la hermeticidad y realizar un llenado uniforme para evitar sectores con aire en la bolsa. Para ello se debe realizar el llenado dentro del límite de estiramiento de la bolsa, reparando inmediatamente cualquier rotura para evitar la entrada de agua. Nunca confeccionar la bolsa directamente sobre el rastrojo y siempre en lotes altos para evitar los anegamientos luego de una lluvia torrencial.
Cuando se determina la presencia de micotoxinas en un lote de granos, la única medida natural para contrarrestar su efecto, sin el agregado de químicos, es el mesclado con distintas partidas de granos para reducir el promedio de contaminación de todo el granel.

SISTEMA DE MUESTREO PARA DETECTAR LAS MICOTOXINAS EN GRANOS

La distribución de las micotoxinas en el grano es en general muy heterogénea, por lo cual el muestreo debe realizarse mediante la extracción de varias submuestras para confeccionar una muestra compuesta. Si, por ejemplo, las normativas para análisis comercial indican la extracción de 3 submuestras en un chasis y 5 en acoplado de un camión (8 submuestras en 30-35 t de grano), la cantidad mínima requerida para un análisis de micotoxinas es prácticamente el doble. Las muestras deben ser conservadas en freezer hasta su evaluación en laboratorio.
Fuente: ENGORMIX

10 de agosto de 2017

Fosfito de Potasio. Una "vacuna" para los Cultivos

Ante la necesidad actual y futura de producir alimentos cada vez más sanos, afectando de la menor manera posible los recursos agroecológicos, se vienen desarrollando esta nueva tendencia de productos BIO, basados en microorganismos, metabolitos, fertilizantes orgánicos, etc., con una actitud más defensiva o previsora y menos curativa (la vieja escuela agronómica).

En la actualidad, me encuentro desarrollando un producto BIEN PAMPEANO: el INDUKTOR de la Empresa Agile Agro.
Se trata de una solución enriquecida en Fosfito de Potasio, Zinc y otros microelementos.
El producto está muy recomendado no sólo en fruticultura y horticultura, sino también en cultivos extensivos tales como Soja, Girasol, Maíz, Trigo, Sorgo, Algodón y Alfalfa.
Como bien lo explica en este video de AgroTv, el fitopatólogo de la FAUBA, Marcelo Carmona, los fosfitos actúan sobre las plantas de dos maneras:

1) Activando los mecanismos de defensas naturales de los cultivos frente al ataque de diversos fitopatógenos (RSA- Resistencia Sistemática Adquirida).
2) Actuando como un potente instrumento nutricional, aportando fósforo, potasio, zinc, manganeso, magnesio, cobre, calcio, etc.
Por todo lo dicho, se trata de un ESTIMULANTE DE LA RESISTENCIA VEGETAL y un PROMOTOR DEL CRECIMIENTO Y DESARROLLO VEGETAL.

Actualmente estoy comenzando ensayos con INDUKTOR en Trigo. Uno con tres aplicaciones: A la Siembra, Macollaje Temprano y Fin de Macollaje. Y dos ensayos con aplicaciones en macollaje; en todos los casos lo pruebo asociado a la aplicación de Azospirillum y fertilizantes convencionales.
El producto además, puede mezclarse con los tratamientos normales de herbicidas y también (muy recomendado por su efecto sinérgico) con fungicidas.



Información Técnica
INDUKTOR
Fertilizante Líquido a base de Fosfito de Potasio + Microelementos (Zinc, Cobre, Calcio, Magnesio y Manganeso)
Densidad: 1.42 g/ml
Fósforo Asimilable: 13% p/p
Potasio Soluble: 16% p/p
Grado: 0  -  13  -  16 + microelementos
Grado Equivalente:  0   -   30  -  20  + microelementos
Dosis:
Tratamiento a la Siembra:  250 cc/100 kg de semilla
Vegetativo Temprano: 250 - 500 cc/ha (según recomendación técnica)
Reproductivo Temprano: 250 - 500 cc/ha    "          "                    "

9 de agosto de 2017

Suelos Compactados: ¿Ahora qué hago?

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En las últimas campañas, la ocurrencia de condiciones climáticas excesivamente húmedas asociadas, en muchos casos, a la presencia de napas cercanas a la superficie, generó innumerables situaciones donde la cosecha de soja y maíz se realizó en condiciones de baja transitabililidad y capacidad portante, provocando problemas de compactación superficial y subsuperficial en gran cantidad de lotes de la región. 

Resulta necesario definir estrategias para la recuperación de la capacidad productiva de los lotes afectados, para lo cual analizaremos aspectos relacionados al tránsito de maquinarias y sus efectos sobre el suelo y los cultivos.

Efectos del tránsito de maquinarias sobre el suelo y los cultivos 

Si bien el uso extensivo de la siembra directa (SD) en la región pampeana permitió reducir los procesos erosivos, la degradación física provocada por el tránsito en húmedo asociada al monocultivo de soja se convirtió en el factor de mayor riesgo en estos sistemas. La degradación física se manifiesta como una pérdida de la porosidad de los suelos y está asociada a la textura, contenido de materia orgánica y al peso y presión de la maquinaria utilizada (Jorajuría, 2005). Por otra parte, con el avance tecnológico de la agroindustria metalmecánica, se incorporaron al mercado equipos de mayor capacidad de trabajo con un incremento de su peso. Esto sumado a un mayor número de pasadas asociados a tratamientos de fertilización y protección del cultivo contra malezas, plagas y enfermedades, generalizó el problema. 

La superficie transitada por los rodados de los equipos agrícolas, en soja de primera, supera el 60% del área total en cada campaña, considerando la maquinaria usual en el sur de la provincia de Santa Fe (G. Gerster, datos inéditos). La siembra y aplicación de fitosanitarios para el control de malezas, requieren que el suelo posea niveles de humedad elevados, coincidiendo en muchos casos con el intervalo de máxima susceptibilidad a la compactación. A su vez, el desplazamiento de cultivares de soja de ciclo largo (grupos de maduración VI y VII) por cultivares de ciclos más cortos (grupos III y IV) produjo un adelanto de la cosecha concentrándose en el mes de marzo, coincidiendo con un periodo de abundantes lluvias. 

Cuando un rodado se desplaza sobre un suelo desnudo produce efectos diferentes a los generados en uno cubierto. La presencia de una abundante cobertura de rastrojos amortigua parcialmente el efecto del tránsito, dado que el esfuerzo mecánico se realiza sobre un intermediario, que disminuye sus efectos negativos sobre el suelo. En lotes destinados a monocultivo de soja en cambio, la escasa cobertura agrava el problema. La ausencia de gramíneas en la rotación, sumada a la escasa actividad biológica de estos sistemas contribuyen a que los sectores compactos generados por el tránsito perduren varios años. 

Gerster y Bacigaluppo (2004), trabajando en argiudoles típicos sobre huellas generadas por el paso de tolvas autodescargables, observaron que los sectores transitados presentaban un incremento en la densidad aparente, reducción de la infiltración básica, menor exploración de raíces y una disminución en los rendimientos de soja y maíz de un 28% y de 15%, respectivamente, respecto a zonas sin tránsito. También observaron una merma en la presencia de nódulos en las raíces del cultivo de soja, tanto en su peso como en su cantidad. 

Algunas alternativas para reducir o limitar los efectos negativos del tránsito, consisten en utilizar maquinarias de menor peso por eje y/o adecuar los rodados para reducir su presión específica sobre el suelo. Respecto al primer aspecto, es preocupante la tendencia de los últimos años a la utilización de cosechadoras y tolvas con mayor capacidad de trabajo y mayor peso, por lo cual, el uso de neumáticos de mayor superficie de apoyo aparece como la alternativa para reducir o limitar los efectos negativos del tránsito de maquinarias. La ventaja de este tipo de rodados consiste en que permiten reducir la presión específica sobre el suelo ya que distribuyen la carga en una mayor superficie de contacto. 

Con el objeto de evaluar el uso de rodados alternativos en tolvas auto-descargables, Gerster y Bacigaluppo (2012) realizaron un experimento sobre un suelo argiudol típico serie Armstrong, con más de veinte años de agricultura y ocho años en siembra directa continua, comparando el tránsito con rodados convencionales y radiales. Algunos resultados observados luego del paso de ambos rodados, mostraron que el rodado convencional presentó valores más elevados de resistencia mecánica a la penetración en estratos superiores del perfil del suelo (10 - 20 cm), mientras que con el rodado radial los valores más elevados se encontraron a mayor profundidad (20 - 30 cm). Estas observaciones coinciden con las realizadas por Voorhess et al. (1986) y Jorajuría (2005), quienes determinaron que superficialmente el efecto negativo del tránsito está asociado a la presión ejercida por el neumático, mientras que a nivel sub-superficial depende más del peso total del equipo utilizado. 

También se observó que la presencia de densificaciones superficiales por tránsito con rodado convencional limitó el crecimiento de raíces en todo el perfil. Con rodado radial, en cambio, hubo un mejor enraizamiento en profundidad incluso en estratos con valores más elevados de resistencia mecánica a la penetración. Sin dejar de tener en cuenta que el área sin tránsito, siempre presentó mayor abundancia de raíces en todo el perfil. Si bien los neumáticos radiales favorecieron el desarrollo radical de los cultivos (en relación a los convencionales), su efecto para atenuar la degradación física del suelo es limitado, ya que generan densificaciones a mayor profundidad que los neumáticos convencionales. Su uso continuo podría generar compactación más profunda y difícil de revertir, aspecto que requiere la realización de estudios complementarios.

Efectos de la rotación de cultivos sobre el suelo 

La siembra anual de un solo cultivo de verano y el uso de barbechos químicos que mantienen el área libre de malezas el resto del tiempo, genera una sub-utilización de los recursos disponibles (agua, radiación, nutrientes), ya que durante el barbecho no es aprovechada la energía solar para generar moléculas orgánicas. La inclusión de un cultivo invernal permite utilizar en forma más eficiente estos recursos, que además de producir granos, genera con los residuos un efecto de cobertura y contribuye a mejorar el balance de la materia orgánica del suelo. Las gramíneas de invierno, como el trigo, normalmente encuentran durante su implantación el suelo húmedo por periodos prolongados, teniendo, por lo tanto, mayores posibilidades de crecer en los sectores compactados. Este hecho está asociado a las características de las lluvias otoñales que al ser de baja intensidad y de larga duración permite humedecer todo el perfil, incluso los sectores compactos. Este aspecto tiene ventajas sobre el cultivo de maíz que no siempre se desarrolla con buenas condiciones de humedad en el perfil, si bien presenta la capacidad de generar poros de mayor diámetro, que son los que contribuyen a lograr una mayor velocidad de infiltración de agua. 

Estas características explican por qué los suelos bajo SD, con una adecuada rotación de gramíneas, mediante el efecto de las raíces y de la actividad biológica, asociado a procesos de humectación y desecamiento, tienen la capacidad de recuperar la estructura. Este proceso, que depende de las características de cada lote (cobertura, materia orgánica, etc.), puede demorar varios años. 

Los suelos de nuestra región adecuadamente manejados bajo SD, son capaces de recuperar la estructura y porosidad afectada por el tránsito. La intensificación con gramíneas con una adecuada fertilización, constituye un sistema que permite mantener altos niveles de cobertura y porosidad mejorando el balance de materia orgánica y nutrientes. 

Resulta necesario reducir el impacto de la compactación mediante una estrategia que combine el tránsito controlado y el uso de rodados de mayor superficie de apoyo y menor presión especifica. Para la remediación de lotes ya afectados por el tránsito, es recomendable la siembra de gramíneas, tanto de invierno como de verano, a los efectos de que sus raíces permitan recuperar la estructura de los suelos.

Bibliografía 

Gerster, G., y S. Bacigaluppo. 2004. Consecuencias de la densificación por tránsito en Argiudoles del sur de Santa Fe. Actas XIX Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo – Paraná. 
Gerster, G., y S. Bacigaluppo. 2012. Manejo del suelo. Capítulo 9. El cultivo de soja en Argentina. Ed. Agroeditorial, 175-188. 
Jorajuría, D. 2005. Compactación del suelo agrícola inducida por tráfico vehicular. Reología del suelo agrícola bajo tráfico. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad Nacional de la Plata: 39-56 
Vorherss, W., W. Nelson, y G. Randall. 1986. Extend and persistence of subsoil compaction with heavy axle loads. Soil Science Society of America Journal, Madison. 50: 428-433

8 de agosto de 2017

Diferencias impositivas entre contratos de pastoreo y de pastaje

Registran disparidades en el tratamiento del IVA y de Ingresos Brutos

Es frecuente que los ganaderos no consideren las diferencias existentes entre un contrato de pastoreo y uno de pastaje. Para aquellas personas no familiarizadas con las disparidades legales entre uno y otro, el hecho de copiar algún texto genérico podría ponerlas en riesgo de ser sancionadas por el Fisco por omisión en el pago de impuestos. Ambos contratos son accidentales, pero la incidencia impositiva es diferente.








Contratos por pastoreo
  • En este caso, una empresa ganadera traslada la hacienda para engordar al campo de otra persona física o jurídica por un lapso breve de tiempo.
  • Por ese engorde, el titular de la hacienda abonará un precio en pesos.
  • Este contrato no estará alcanzado por el impuesto al valor agregado. Por lo tanto, deberá abonarse el valor pactado entre las partes sin el monto del impuesto.
  • En el Impuesto a los Ingresos Brutos, la tasa será idéntica para el alquiler de un inmueble rural que se aplica en cada provincia.
Contratos por pastaje
  • El titular del inmueble no cede el uso y goce del predio; sólo recibe los animales por un lapso de tiempo establecido, percibiendo como retribución por cabeza y tiempo, una suma de dinero.
  • Se trata de una prestación de servicios alcanzada por el impuesto al valor agregado con la alícuota general del 21%. Muchas veces, esta alternativa es utilizada por el propietario que brinda el servicio para reducir los saldos a favor técnicos de IVA que tuviere por su propia actividad agrícola ganadera. En cuanto al Impuesto sobre los Ingresos Brutos, tratándose de un servicio, la tasa será que establece cada provincia.
Conclusiones
Dada la diferencia fiscal entre uno y otro contrato, equivocarse en su tipificación –por ejemplo que la empresa titular del predio facture pastoreo cuando en realidad es pastaje- implicaría que no declara un importante valor de IVA y una diferencia de Impuesto sobre los Ingresos Brutos. Por lo tanto, si fuese detectado por una inspección, se deberá abonar la diferencia impositiva de IVA y de Ingresos Brutos más los intereses y multas correspondientes.

Fuente: Alejandro Larroudé. Barrero y Larroudé