25 de febrero de 2015

La Agricultura Debe Cambiar. Afirma la FAO

El modelo de producción agrícola que predomina hoy en día no es adecuado para los nuevos retos de la seguridad alimentaria del siglo XXI, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
Aunque el número de hambrientos crónicos se ha reducido en 100 millones durante la última década, 805 millones de personas no tienen todavía lo suficiente para comer de forma regular, afirmó ante los ministros, científicos, agricultores y representantes de la sociedad civil reunidos en la capital francesa para un Foro Internacional sobre agricultura y cambio climático, organizado por el gobierno galo. 
El aumento de la producción se ha considerado siempre la vía natural para acabar con el hambre, pero hoy en día, a pesar de que el mundo produce alimentos suficientes para todos, el hambre sigue siendo un problema, advirtió Graziano da Silva.
El cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros
"Dado que la producción de alimentos –añadió- no es una condición suficiente para la seguridad alimentaria,esto significa que la forma en que estamos produciendo ya no es aceptable".
"Lo que tenemos hoy todavía es principalmente un modelo de producción que no puede evitar la degradación de los suelos y la pérdida de biodiversidad, y ambos son bienes esenciales, especialmente para las generaciones futuras. Este modelo debe ser revisado. Necesitamos un cambio de paradigma: los sistemas alimentarios deben ser más sostenibles, inclusivos y resilientes”, dijo el responsable de la FAO.

El cambio climático: un peligro claro y presente

Graziano da Silva explicó que el cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros. La agricultura tiene un papel potencial importante que desempeñar, no sólo para garantizar la seguridad alimentaria, sino también para aumentar la resiliencia ante los efectos del cambio climático y en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por el hombre.
"Las consecuencias del cambio climático ya no son una amenaza previsible.Ahora son una realidad totalmente clara ante nuestros propios ojos", advirtió, añadiendo: “el cambio climático no sólo afectará a la producción de alimentos, sino también a su disponibilidad y la estabilidad de los suministros. Y en una economía mundial interdependiente, el cambio climático hace que el mercado mundial de productos agrícolas sea menos predecible y más volátil".
En su intervención, el Director General de la FAO subrayó el importante papel que desempeñan los suelos sanos. "Los suelos –indicó- albergan al menos una cuarta parte de la biodiversidad del mundo y son clave en el ciclo del carbono. Nos ayudan a mitigar y adaptarnos al cambio climático”.
La Asamblea General de la ONU designó 2015 como el Año Internacional de los Suelos, siendo la FAO el organismo encargado de la coordinación de las actividades del año.

Un nuevo enfoque

La FAO alberga la Alianza Mundial por una agricultura climáticamente inteligente
Un nuevo enfoque prometedor, dijo Graziano da Silva, es lo que se conoce como "agricultura climáticamente inteligente": ajustar las prácticas agrícolas para hacerlas más adaptables y resilientes a las presiones ambientales, mientras que al mismo tiempo se reduce el propio impacto de la agricultura sobre el medio ambiente.
La FAO alberga la Alianza Mundial por una agricultura climáticamente inteligente, establecida en septiembre pasado por la Asamblea General de la ONU con una amplia coalición de partes interesadas, incluyendo gobiernos; agricultores y productores de alimentos, procesadores y vendedores; organizaciones científicas y educativas; actores de la sociedad civil; organismos multilaterales e internacionales y el sector privado.
La Alianza trabaja para promover el incremento sostenible y equitativo de la productividad agrícola y los ingresos; crear una mayor resiliencia de los sistemas alimentarios y medios de vida agrícolas; y lograr reducir o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en la agricultura.
El Director General de la FAO destacó también la "agroecología", como una forma prometedora para hacer avanzar la producción alimentaria de manera más sostenible. Este enfoque utiliza la teoría ecológica para estudiar y gestionar los sistemas agrícolas con el fin de hacerlos más productivos y que conserven mejor los recursos naturales.
El foro fue la primera de una serie de eventos preparatorios para la cumbre del clima que se celebrará en diciembre de 2015.
Durante su visita a Francia, Graziano da Silva se reunió con el presidente François Hollande y mantuvo igualmente reuniones bilaterales con Laurent Fabius, Ministro francés de Asuntos Exteriores y de Desarrollo Internacional y Stéphane Le Foll, Ministro francés de Agricultura, Alimentación y Bosques.
FUENTE: http://www.iagua.es/noticias

23 de febrero de 2015

Manejo de la fertilización de la soja en regiones templadas

Autor/es: 

FUENTE: ENGORMIX
InItroducción
En cuanto a la nutrición mineral, la soja es el cultivo de más altas exigencias y el de mayor índice de cosecha de nutrientes, tal como puede observarse en el Cuadro 1. 
Cuadro 1. Requerimientos totales de nutrimentos e índices de cosecha para la soja, el maíz y el trigo (Tablas del IPNI, 2007).  
Los elementos que más limitan la producción de la soja en la zona pampeana de Argentina, son el nitrógeno (N), el fósforo (P), el azufre (S) y el calcio (Ca), y en menor medida, el molibdeno (Mo), y el boro (B).

FÓSFORO 
Niveles Críticos

Este elemento y su adecuada disponibilidad es crítica para lograr un rápido crecimiento y un desarrollo adecuado de la parte aérea, de las raíces, de los nódulos (número, ubicación y tamaño) y de una eficiente FBN (García, 2004). Las reducciones en los rendimientos como consecuencia de deficiencias de P se explican mayormente por reducciones en el número de los granos al afectar el área foliar y consecuente captación de la radiación en estadios tempranos de desarrollo del cultivo (Gutiérrez Boem y Thomas, 1999).

Para el eficiente manejo de la nutrición fosfatada del cultivo es conveniente estimar la capacidad del suelo para proveer este elemento recomendándose hasta el presente para las diferentes áreas agrícolas de Argentina, la determinación del contenido de P extractable de los suelos (método de Bray Kurtz 1) en la capa de 0 a 20 cm de profundidad.

Estudios realizados en Argentina para relacionar los niveles de P extractable de los suelos con la respuesta de soja a la fertilización fosfatada, concluyeron que los rendimientos en los tratamientos testigo (sin fertilización con P) eran cada vez más bajos en la medida que el P del suelo disminuía. Asimismo, es posible obtener respuestas que varían entre 175 y 690 kg/ha con el agregado de 30 kg/ha de P (equivalente a 150 kg/ha de superfosfato triple) en suelos con contenidos de P extractable inferiores a las 17 ppm (Fontanetto y col., 2008), como se aprecia en la Figura 1.  
Figura 1. Relación entre el nivel de P extractable del suelo (Bray 1) y el rendimiento relativo de la soja en suelos de la región central de Santa Fe.
 Una particularidad que presenta el agregado de P como fertilizante al suelo, es su residualidad. En este sentido experiencias realizadas en el área central de Santa Fe (con suficiencia de N y de S) en una secuencia trigo/soja 2a y en las que se aplicaron diferentes dosis de P al momento de la siembra del primer cultivo de trigo, arrojaron los siguientes resultados:
Figura 2. Residualidad de distintas dosis de fertilizante fosfatado para trigo/soja 2ª continua en la zona central de Santa Fe y aplicadas todas en el trigo 2003.

AZUFRE

El azufre (S) es requerido a razón de unos 7 kg/tn de grano producido (Tabla 1). El metabolismo de N y S están vinculados, por lo que deficiencias de S diminuyen la asimilación de N las hojas Los síntomas de deficiencia son similares a los de N (hojas amarillentas) pero se dan en las hojas superiores (más jóvenes) y no en las hojas inferiores o viejas. En Argentina, se reportaron síntomas de deficiencia de S y respuestas a su agregado en el centro y el sur de Santa Fe (Martínez y Cordone, 1998) y con menor frecuencia en el centro-norte de Buenos Aires y en Entre Ríos.

Las aplicaciones de fertilizantes azufrados provocan mayores rendimientos de la soja en lotes degradados (muchos años de agricultura) y en ausencia de deficiencias de P (Martínez y Cordone, 2000).

En algunos sitios la necesidad de fertilización con S podría determinarse por contenidos de S-SO-- 4 del suelo, recomendándose su agregado en lotes con niveles extractables de S-SO-- 4 inferiores a 10 ppm o si se han encontrado deficiencias generalizadas en la región (Messick, 1992). Resultados informados en la región templada de argentina mostraron que parte de las variaciones en la respuesta al agregado de S serían explicadas por diferencias en la capacidad de mineralización de los suelos (Díaz Zorita y col. 2002). Asimismo, experiencias realizadas por Fontanetto (2004) demostraron que a medida que la capacidad de mineralización de S del suelo aumenta, las respuestas de la soja de primera al agregado de este nutriente son cada vez menores, sobre todo cuando se superan los 20 ppm de S mineralizado (Figura 3).
Figura 3. S-SO4 mineralizado durante dos campañas agrícolas y respuesta de la soja de 1ª a la fertilización azufrada. INTA Rafaela (2004).
Varios estudios muestran que tanto el P como el S aplicados en cultivos de trigo tienen efectos residuales de importancia sobre la soja de segunda y cultivos siguientes. En la Figura 4 se presentan los efectos de la fertilización con N, P y s en trigo/soja con dos secuencias de cultivos distintas (trigo/soja: T/S y maíz-trigo/soja: MT/S).
Figura 4. Rendimientos de trigo y soja de 2a con diferentes fertilizantes y secuencias de cultivos. Unidad Demostrativa Agrícola Bernardo de Irigoyen (2001 al 2004).
En general se detectaron mayores rendimientos del trigo y de la soja en la secuencia M-T/S que en la T/S, por ser la primera de menor consumo de agua y de nutrientes. Para el trigo no fue muy marcado el efecto de la secuencia, pero sí lo fue para el caso de la soja de segunda.

Al evaluar dosis de S en la zona central de Santa Fe en suelos sin limitantes de P (> a 25 ppm, Bray 1), se verificó una alta respuesta de la soja hasta dosis de S12, donde se alcanzaron las mayores producciones. Asimismo, la respuesta fue distinta de acuerdo a los grupos de maduración ensayados y los mayores incrementos se obtuvieron con los materiales más precoces, sobre todo los del Grupo IV (Figura 5).

Los incrementos de producción fueron de 767 kg/ha (grupo IV), de 514 kg/ha (grupo V), de 425 kg/ha (grupo VI) y de 452 kg/ha (grupo VII).


Figura 5.
 Respuesta a dosis crecientes de S de cuatro grupos de maduración de soja de de primera. INTA Rafaela (campaña 2005/06).

CALCIO

La soja es un cultivo altamente demandante en calcio (Ca), requiriendo unos 16 kg/tn de grano producido (Tabla 1). Respecto a la influencia del Ca sobre la producción del cultivo de soja, la misma estaría dada por incrementar los niveles del nutriente disponible en el suelo y no tanto sobre la modificación del pH que podría efectuar, ya que lo que se observa en la región oriental de la pcia. de Santa Fe es una disminución de los niveles de Ca dentro del complejo de intercambio del suelo. Por lo tanto, este efecto se lograría utilizando una fuente de carbonato de calcio (CO3Ca) en dosis menores a las requeridas para un “encalado” del suelo y que entonces al reaccionar con agua libera el catión Ca++ enriqueciendo la solución y también la saturación de bases del suelo.

Vivas y Fontanetto (2004) reportaron respuesta al agregado de Ca, de P y de S para la zona de Videla (Santa Fe). Los resultados mostraron la respuesta positiva al agregado de Ca y la misma se debió a su efecto como nutriente (no como enmienda del suelo), ya que el % de Ca del complejo de intercambio era de 58 %, nivel considerado bajo por diferentes investigaciones realizadas en otros países (Thomas and Hargrove, 1984). Experiencia efectuadas en la campaña 2007/08 (Fontanetto et al., 2008) sobre suelos con niveles de Ca de intercambio inferiores a 57 %, demostraron que las dosis mínimas de Ca para lograr altas producciones de soja de 1ª fueron de 100 a 120 kg/ha .

MICRONUTRIENTES

Las deficiencias de micronutrientes son menos impactantes que para el N, el P y el S en la región pampeana Argentina, pero experiencias realizadas en diferentes regiones del país mostraron resultados positivos para el caso del Mo, el B, el Mn y el Zn (Ferraris et. al, 2005).

Para la región central de Santa Fe Fontanetto et al (2006) determinaron el efecto positivo de la aplicación de Co y Mo combinados con la inoculación de semillas. La nodulación fue afectada por los tratamientos de inoculación y fertilización y en promedio se determinó mayor cantidad de nódulos en los tratamientos inoculados que en los sin inocular. Además, la fertilización con CoMo también provocó incrementos en la nodulación (Figura 6).  

Figura 6.
 Efecto de la inoculación y del Co-Mo sobre la nodulación de la soja en el estado R2 de la soja para tres sitios experimentales. Campaña 2004/05.
Los rendimientos de grano promedio para los tres sitios mostraron diferencias por los tratamientos de fertilización y de inoculación y sin interacciones significativas entre los mismos. Para Rafaela las producciones fluctuaron entre 2.886 y 4.488 kg/ha, para San Carlos entre 2.996 y 4.626 kg/ha y para Videla entre 2.683 y 3.886 kg/ha, arrojando diferencias significativas para el tratamiento con CoMo. Es necesario destacar que los micronutrientes recién se están comenzando a investigar y que para abordar en forma seria y responsable un estudio sobre los mismos se debería cumplir con las siguientes acciones:
a- Conocer con seguridad los síntomas de deficiencia y monitorearlos durante los primeros estadíos del crecimiento
b- Conocer las condiciones de suelo donde las deficiencias son más probables de ocurrir.
c- Realizar análisis de suelos y de tejidos vegetales y determinar los niveles críticos para cada micronutriente mediante estudios sistemáticos.
d- Conocer los niveles de pH del suelo que pueden ocasionar “bloqueos” o “no disponibilidad” de micronutrientes.
e- Realizar franjas exploratorias mediante ensayos simples y con pocos tratamientos.
f- Realizar eventos científicos que arrojen más información en este aspecto.
g- Consultar con especialistas de otros países.

CONSIDERACIONES FINALES
-Nitrógeno, fósforo, azufre y calcio son los elementos que más limitan la producción de la soja en la región templada de Argentina, existiendo diferentes áreas en cuanto a la fertilidad química de los suelos las que provocan diferente respuesta de los cultivos a la fertilización.
-La inoculación eficiente permite abastecer gran parte de las demandas de nitrógeno del cultivo y se verificaron aumentos en los rendimientos por la práctica de la inoculación y la información disponible respecto a la fertilización nitrogenada es muy escasa y sin una tendencia definida aún.
-El diagnóstico y recomendaciones para el caso del P se basa en los resultados de los análisis del contenido de P extractable (0-20 cm) edáfico por Bray Kurtz I, con respuestas cuando los valores son inferiores a 14-17 ppm.
-Las deficiencias de azufre son cada vez más generalizadas y reiteradas en suelos con tenores de materia orgánica inferiores al 2 %, en los de texturas arenosas o francas, con elevada historia agrícola sin el agregado de este elemento y donde se logró optimizar el agregado de N y de P. Se recomienda su corrección empleando fuentes azufradas directamente en el cultivo de soja o en los cultivos previos que integran las secuencias o rotaciones, dada la residualidad encontrada.
-Para realizar una fertilización eficiente de la soja se deben tener en cuenta diferentes parámetros: el análisis químico de los suelos y el rendimiento objetivo, los que se complementarán con otras características relevantes como historia del lote, cultivo antecesor, intensidad de las secuencias de cultivos, sistema de manejo, fuente y método de aplicación de nutrientes, etc.
-Otro elemento limitante de la producción es el Ca y en menor grado, el CoMo, el B, el Zn y el Mn.
-Finalmente, el análisis del suelo es el punto de partida para decidir cualquier manejo nutricional de los cultivos de la rotación

BIBLIOGRAFIA
  1. Díaz Zorita, M., F. García y R. Melgar (coord.). 2002. Fertilización en soja y trigosoja: Respuesta a la fertilización en la región pampeana. Resultados de la red de ensayos del proyecto Fertilizar del INTA. Campaña 200/01 y 2001/02. INTA, 43 pp. 
  2. Ferraris, G. ; L. Couretot y J. Ponsa. 2005. Utilización de molibdeno, cobalto, boro y otros nutrientes. Agromercado, SOJA. Nº 107: 16-18. 
  3. Fontanetto, H., H. Vivas, R. Albrecht y J. Hotian. 2003. La fertilización con N, P y S y su residualidad en una secuencia agrícola de la región central de Santa Fe: Efecto sobre los rendimientos de granos. INPOFOS Cono Sur, Simposio “El fósforo en la Agricultura Argentina”, Rosario (Arg.), 91-93. 
  4. Fontanetto, H. ; M. Diaz-Zorita y H. Vivas. 2004. EFECTO DE LA INOCULACION Y FERTILIZACION CON FOSFORO Y AZUFRE SOBRE LA NODULACION Y LOS RENDIMIENTOS DE SOJA. XIX Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. Paraná, 22 al 25 de junio de 2004. Resúmenes: 143. 
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  6. Fontanetto, H. ; O. Keller ; D. Giailevra ; L. Belotti y C. Negro. 2008. Fertilización fosfatada del cultivo de soja en suelos de la región central de Santa Fe. IRespuesta física del cultivo, eficiencia de uso del P y niveles críticos en el suelo. XXI Congreso de la AACS. Resúmenes: 3-12:184. 
  7. García, F. 2004. Soil Fertility management for soybean in Argentine. VII World Soybean Research Conference; IV International Soybean Proceeding and Utilization Conference; III Congresso Mundial de Soja (Brasilian Soybean Congress). Proceedings: 392-399. 
  8. Gutierrez Boem F.H. y G.W. Thomas. 1999. Phosphorus nutrition and water deficits in field-grown soybeans. Plant and Soil 207:87-96. 
  9. Martínez, F., G. Cordone. 1998. Fertilización azufrada en soja. En: UEEA INTA Casilda, Jornadas de Azufre, Casilda (Sta.Fe, Argentina). 
  10. Martínez, F., G. Cordone. 2000. Avances en el manejo de azufre: novedades en respuesta y diagnóstico en trigo, soja y maíz. En: INPOFOS Cono Sur, Jornada de Actualización Técnica para Profesionales “Fertilidad 2000”, 28- 30. 
  11. Melchiori, R.J.M., O.P. Paparotti y P.A. Barbagelata. 2002. Fertilización fosfatada en soja: 
  12. Messick, D.L. 1992. Soil test interpretation for sulphur in the United States, an overview. Sulphur in Agriculture 16: 24-25 
  13. Vivas, H. y H. Fontanetto. 2004. Phosphorus, sulfur and calcium on soybean grain yield in the eastern area of Santa Fe. VII World Soybean Research Conference. Documentos 228, C083:204.

14 de enero de 2015

Chinche Diminuta en Girasol

Este año se ha vuelto a presentar la pequeña chinche de la familia Lygaeidae en girasoles, generalmente presente sobre el cultivo desde antes de botón floral y hasta la floración e incluso formación de aquenios, en distintas zonas del país, fundamentalmente sur de Córdoba, este de La Pampa y oeste de Buenos Aires, así como también en la provincia de San Luis y sur de Córdoba. Su presencia no es generalizada, sino en algunos lotes.













                                                                  
   
        A esta chinche le gustan los tejidos meristemáticos del girasol como el caso del botón floral, e incluso tejidos embrionarios de la semilla en formación. O sea que puede dañar al girasol en botón floral, floración, antesis, y formación de granos hasta endurecimiento de los aquenios. Cuando se presentan en un lote suelen verse en cantidad sobre las estructuras reproductivas, y cuando aparecen previo a botón floral suelen observarse sobre hojas y parte del tallo cercano y alrededor del tejido apical.










        Si bien no hay estudios del impacto de esta plaga en la producción de girasol, es dable advertir que puede ser más importante desde antesis y fundamentalmente en la formación de la semilla, ya que inyectan saliva para la dilución de los tejidos y luego absorben los jugos, dejando zonas o puntos necróticos por la saliva tóxica que inyectan. En este sentido, ni que decir sobre la inferencia de su importancia en girasol para semilla.

       








 Los tratamientos químicos contra esta plaga mediante los productos y dosis usados para el control de chinches tradicionales funcionan muy bien, e incluso también a dosis menores si se realiza una adecuada aplicación. 

 Ing. Nicolás Iannone
Coord. Sistema de Alerta



Fuente: CIALP

24 de noviembre de 2014

GESTION DEL AGUA EN PRODUCCIONES VEGETALES EN SECANO

DeInstituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA





INTRODUCCION
Uno de los principales desafíos que presenta la humanidad es producir suficientes cantidades de alimento para la población con recursos hídricos cada vez más limitados. En el siglo XX, el consumo global de agua aumentó seis veces, más del doble de la tasa de crecimiento de la población, con un valor promedio de 1.243.000 litros por habitante por año y un amplio rango de variación entre países/regiones. Esta tendencia parece no ser preocupante para un país como Argentina que anualmente exporta unos 50 mil millones de m3 de agua virtual. Sin embargo el país presenta graves problemas de distribución, y en muchos territorios la disponibilidad y calidad de agua constituye el principal condicionante del desarrollo. Las producciones agrícolas y ganaderas son las principales consumidoras de agua, representando más del 70% del agua utilizada. Es decir que una parte importante de la Huella Hídrica se produce “tranqueras adentro” de los sistemas de producción. Según estimaciones de la FAO, se espera que para 2030 la producción agrícola se incremente un 49% en áreas de secano y un 81% en aquéllas bajo riego (Alí y Talukder, 2008), lo que representa un importante problema para la gestión del suelo y de los recursos hídricos dado que dicha expansión será, en gran parte, sobre tierras menos aptas para soportar la agricultura (Hillel, 2011). En virtud de ello, resulta creciente la preocupación por los efectos que la actividad antrópica está generando en los recursos naturales y el ambiente. Estudios recientes (Viglizzo et al., 2009) muestran que la dinámica hidrológica puede ser afectada tanto por la hidrogeología de la región como por el uso de la tierra. No obstante, a pesar de los importantes cambios estructurales y funcionales que ha experimentado la pradera pampeana por el intenso proceso de agriculturización (Viglizzo et al., 2001), las relaciones entre el uso de la tierra y su hidrología han sido poco estudiadas (Jobbagy y Santoni, 2006). Asimismo, la intensificación ganadera estaría modificando sustancialmente la dinámica y balance de nutrientes, agua, materia orgánica, e incrementando los riesgos de contaminación. Durante las últimas dos décadas en La Argentina, 13 millones de hectáreas destinadas a ganadería han modificado sustancialmente su uso consuntivo y dinámica hídrica en general al pasar a una agricultura prácticamente continua. De esta manera, las pasturas han sido desplazadas a regiones y/o ambientes con mayores limitaciones productivas. 
La identificación, jerarquización y categorización de los principales factores que condicionan la productividad física y económica del agua y su integración disciplinaria a modelos conceptuales sistémicos resulta prioritario al momento de elaborar y articular estrategias de manejo del recurso a distintas escalas decisorias.
La biodisponibilidad de agua (agua útil, AU) y su eficiencia de uso no sólo es influenciada por las precipitaciones (climosecuencia), sino que también resulta dependiente de aspectos genéticos de los suelos determinantes de la capacidad de retención de agua (CRA), del cultivo (ciclo, índice de cosecha), profundidad efectiva de raíces (PER)) y del manejo (sistema de labranza, cultivo antecesor, barbecho, cobertura, fertilización). El régimen hídrico también puede ser influenciado por la presencia de la napa freática (profundidad, ascenso capilar, contenido y composición de sales) y por factores que condicionan la captación (infiltración, conductividad hidráulica) el almacenaje y la eficiencia de uso del agua (EUA). Si bien todos los factores mencionados pueden ejercer algún grado de influencia sobre la producción, el peso relativo de los mismos normalmente varía entre sitios, siendo necesario reconocer en los mismos las mejores combinaciones genotipo-ambiente manejo. En la Figura 1 se muestra un esquema de cómo por variaciones en la granulometría y espesor de los suelos varía la capacidad de retención de agua, lo cual sumado al gradiente de precipitaciones (efecto climosecuencia) resultan principales determinantes de la disponibilidad hídrica.
Figura 1: Esquema simplificado de variaciones en la capacidad de retención de agua por efecto de variaciones en el espesor y granulometría de los suelos, sumando el efecto gradiente de precipitación.
Por otra parte, frente a determinada disponibilidad hídrica, diferencias en la eficiencia de uso del agua por parte del cultivo pueden condicionar el rendimiento (Ritchie y Basso, 2008). Se ha comprobado que el sistema radical es un importante factor que condiciona el rendimiento y calidad en años secos o en áreas con deficiente distribución de las precipitaciones. Un mayor desarrollo de raíces puede incrementar la productividad de los cultivos en suelos profundos, especialmente bajo condiciones de estrés hídrico (Zheng et al., 2009). Es así que algunos cultivares de cebada, con un sistema de raíces más desarrollado, presentaron un crecimiento inicial más rápido, mayores rendimientos y mejor calidad de malta (Streda et al., 2011). Coincidentemente, Saks et al. (2012) registraron diferencias significativas en la abundancia y profundidad de raíces de diferentes genotipos de maíz. El material de mayor PER (180cm) presentó mayor rendimiento y mayor respuesta e incremento en eficiencia de uso del agua por efecto de la fertilización nitrogenada que el genotipo de menor PER (130cm).
Tal como lo muestra la Figura 2, la multiplicidad de factores que inciden sobre la eficiencia de uso del agua requiere de enfoques cada vez más sistémicos que disciplinarios (normalmente reduccionistas) y plantean la necesidad de una nueva agenda técnica y científica, orientada no solamente al conocimiento de factores que condicionan la productividad física (kg/mm) sino también aquellos que inciden sobre la productividad económica del agua ($/mm). Este último indicador puede mejorarse ya sea por un incremento en la productividad física del agua que lleve a producir más kg de grano/ha.mm como por la producción de cultivos de más elevado valor.
Figura 2: Esquema que representa la dinámica hídrica, considerando las precipitaciones y escurrimiento (1), el agua almacenada en perfiles de distinta textura y profundidad efectiva de raíces (2), distintas eficiencia de barbechos (3) y distintas relaciones transpiración/evaporación (4) que van a condicionar tanto la productividad física (PFA) como la productividad económica del agua (PEA).
Nielsen et al. (2005), compararon diferentes sistemas de producción de las llanuras centrales de EEUU, concluyendo que la intensificación de la producción resulta beneficiosa cuando se tiene en cuenta el valor de los productos. Aplicando esta metodología, se ha encontrado que en los sistemas de producción agrícola de la región semiárida pampeana, las oleaginosas tienen EUA considerablemente inferiores a las gramíneas, pero cuando se tiene en cuenta su valor de mercado, la EUA por unidad de superficie incrementa considerablemente hasta casi igualar la de maíz, en el caso de girasol (Noellemeyer et al., 2013).
En la EEA INTA Anguil, La Pampa, se están llevando a cabo ensayos en los que se evalúa el comportamiento de distintos cultivos y cultivares, tanto tradicionales como alternativos, con el objetivo de identificar aquellos que brindan la mejor productividad económica del agua (PEA). En la Tabla 1 se presenta la EUA y PEA para la campaña 2012, de algunos de los cultivares de cebada, trigo (calidad industrial 1 y 3), cártamo y colza, en un suelo de textura franca con tosca a 1m. Mientras en la Tabla 2 se muestran los resultados de un ensayo similar, para el mismo año pero en un suelo arenoso franco profundo y con presencia de napa a 2 m de profundidad.
Tabla 1: Productividad física y económica del agua en cultivos de invierno, establecidos sobre Ustol franco de la región semiárida pampeana con presencia de tosca a 100 cm.
Tabla 2: Productividad física y económica del agua en cultivos de invierno, establecidos sobre un Ustipsamente arenoso franco, con presencia de napa a 200 cm, en la región semiárida pampeana.
Estos estudios que deben considerarse preliminares, serán continuados durante los próximos años para evaluar alternativas en cultivos de invierno y de verano, en suelos con limitaciones de zonas marginales para la producción de granos. Varios autores señalan la necesidad de aumentar la productividad económica del agua, especialmente en estas áreas donde el recurso agua es escaso y hacia donde se expandirá la agricultura en los próximos años (Aldaya et al., 2009; Molden et al., 2009; Ali y Talukder, 2008). Sera necesario incorporar este indicador económico a nuestros estudios (Figura 3), dado que la mayor parte de los avances para optimizar la combinación genotipo-ambiente-manejo se han realizado considerando exclusivamente los factores que condicionan la productividad física del agua.
Figura 3: Esquema que muestra los posibles efectos de distintos factores sobre la productividad física (PFA) y económica (PEA) del agua.

BIBLIOGRAFÍA
  1. Aldaya, M.M., Martinez-Santos, P., Llamas, M.R. 2009. Incorporating the water footprint and virtual water into policy: reflections from the Mancha Occidental region, Spain. Water Resource Management.doi 10.1007/s11269-009-9480-8.
  2. Ali, M.H., Talukder, M.S.U., 2008. Increasing water productivity in crop production – A synthesis. Agric. Water Manage. 95:1201-1213.
  3. Jobbágy, E.G.; Santoni, C. 2006. La (nueva) agricultura y la hidrología en la llanura chaco pampeana: Desafíos para las próximas décadas. XXII Reunión Argentina de Ecología, agosto de 2006, Córdoba.
  4. Hillel, D. 2011. An overview of soil and water management: the challenge of enhancing productivity and sustainability. En: Hatfield, J.L.; Sauer, T.J. (eds.) Soil Management: Building a Stable Base for Agriculture. Am. Soc. Agron., Soil Sci. Soc. Am., Madison, Wisconsin, USA. pp. 3-11.
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  9. Saks M., R. Fernández, A. Gili, A. Quiroga. 2012. Efecto de la fertilización nitrogenada en distintos genotipos de maíz en la región semiárida pampeana. XXIII Congreso AACS, Mar del Plata. Streda T., V. Dostal, M. Hajzler, O. Chloupek. 2011. Yield and quality of spring barley in relation to root system size. Pflanzen. Und Saatgutk., 61:167-170.
  10. Viglizzo, E.F.; Lértora, F.; Pordomingo, A.J.; Bernardos, J.N.; Roberto, Z.E.; Valle, H.D. 2001. Ecological lessons and applications from one century of low external-input farming in the pampas of Argentina. Agriculture, Ecosystems and Environment 83:65-81.
  11. Viglizzo, E.; Jobbágy, E.; Carreño, L.; Frank, F.; Aragón, R.; De Oro, L.; Salvador, V. 2009. The dynamics of cultivation and floods in arable lands of Central Argentina. Hydrology and Earth System Sciences 13: 1-12.
  12. Zheng B., J. Legouis, D. Daniel, M. Brancourt. 2009. Optimal numbers of environments to assess slopes of point regression for grain yield, grain protein concentration under nitrogen constraint in winter wheat. Field Crops Res. 113:187-196.
Fuente: ENGORMIX

30 de octubre de 2014

Respuesta a la Fertilización y Requerimientos de Micronutrientes en Cultivos

DeInstituto Nacional de Tecnología Agropecuaria - INTA






INTRODUCCION
El deterioro químico de los suelos reflejado en la reducción en los contenidos de materia orgánica (consecuencia de la erosión del suelo y la baja proporción de cultivos que hagan un alto aporte de residuos) sumado al desarrollo de una agricultura caracterizada por una alta exportación y baja reposición de nutrientes ha generado balances negativos de los mismos en el suelo. Estas han sido las causas de la aparición de situaciones de respuesta a la fertilización en los diferentes cultivos de la región pampeana (Garcia & Salvagiotti, 2010). El uso de fertilizantes en los principales cultivos del área pampeana se ha incrementado en los últimos 15 años, principalmente en lo que hace al uso de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y azufrados (Gonzalez San Juan & Garcia, 2013). Sin embargo el uso de micronutrientes no es una práctica generalizada ya que muchas veces no se conoce la magnitud de la respuesta al agregado de los mismos.

Algunos estudios exploratorios han mostrado incrementos en el rendimiento en respuesta a la aplicación de mezclas de micronutrientes (Ferraris & Couretot, 2011), pero en muchos de estos estudios es difícil despejar cual es el nutriente que mayor efecto tiene sobre la respuesta observada.
En el presenta trabajo se discutirán en base a las evidencias actuales en Argentina, aspectos relacionados con: i) la respuesta a la fertilización con micronutrientes en los principales cultivos (soja, maíz y trigo) en la región pampeana núcleo dominada por Argiudoles y Hapludoles, ii) los requerimiento de micronutrientes en los principales cultivos; iii) la disponibilidad de algunos micronutrientes en el suelo y iv) las herramientas de diagnostico para la recomendación de fertilización con micronutrientes
1. Respuesta a la fertilización con micronutrientes en región Pampeana.
Para analizar la magnitud de la respuesta a la fertilización con micronutrientes, se realizo un meta-análisis incluyendo datos propios no publicados e información proveniente de diferentes publicaciones periódicas. Se tuvo particular cuidado en incluir en este análisis solo la información en que fuera posible aislar los efectos netos de un micronutriente.
1.1 - Soja
En soja la mayor parte de los estudios en donde se pudo aislar los efectos puros de micronutrientes estuvieron relacionados con la aplicación de B, Co-Mo y Zn. En la Figura 1 se observa el rendimiento de tratamientos fertilizados con estos nutrientes en relación a los testigos sin aplicación de fertilizantes. La pendiente de la relación indica cuanto se desvía de la línea 1:1 (sin respuesta a la adición de fertilizantes).
Figura 1 – Relación entre los rendimiento observados en los tratamientos testigo (Sin aplicación de micronutrientes) y el rendimiento observado en tratamientos que recibieron fertilización con Boro (A), Zinc (B) y Cobalto –Molibdeno (Co-Mo) en soja. Recopilación de datos propios y otros experimentos realizados en la región pampeana.
Para este conjunto de datos las respuestas a B, Zn y Co-Mo son de un 4.5, 2.8 y 2.5 %, respectivamente.
Con respecto a la fertilización con otros micronutrientes, en la Figura 2 se observan los resultados de experiencias en fertilización con Mn. En 2 de 4 experimentos se encontró respuesta a la fertilización significativa del orden del 7%. Es importante remarcar que las respuestas observadas en otros experimentos en USA (Loecker et al, 2010) estuvieron más relacionados con la bio-disponibilidad de este nutriente en la rizósfera de sojas resistentes a glifosato, que con la disponibilidad de este nutriente en el suelo. 
Figura 2 – Rendimiento de soja en respuesta a la aplicación de Mn en el estadio de V5. Datos inéditos de Salvagiotti (2012) y Gudelj (2011).

1.2 – Maíz
Estudios exploratorios en donde se han podido aislar la respuesta a la fertilización con B y Zn son los que mayor frecuencia se han realizado en los últimos años en maíz. En la Figura 3 se puede observar la relación entre el rendimiento de tratamientos fertilizados con B y Zn en maíz en relación a los testigos sin aplicación de fertilizantes haciendo el mismo análisis de la Figura 1. Para la base de datos analizada se puede observar aumentos del orden del 5.5 y 4.9% por efecto de la adición de B y Zn, respectivamente.
Figura 3 – Relación entre los rendimiento observados en los tratamientos testigo (Sin aplicación de micronutrientes) y el rendimiento observado en tratamientos que recibieron fertilización con B (Panel izquierdo) o con Zn (Panel derecho) en maíz. Recopilación de datos propios y otros experimentos realizados en la región pampeana.
1.3- Trigo
En trigo los primeros estudios explorando la respuesta a Zn y Cu son los de Sainz Rozas et al (2003), quienes observaron respuesta en algunos sitios (5 de 19) a la adición de Zn y Cu. En la Figura 4 se puede observar los resultados de dos experimentos realizados en el sur de Santa Fe, en donde en dos años contrastantes en cuanto al potencial de rendimiento, se observaron efectos significativos por la adición de Zn chorreado durante el macollaje (Castellarín et al, 2014). Este trabajo también muestra una tendencia a incrementar el rendimiento en grano cuando se aplica además B en macollaje.
Figura 4 - Rendimiento del cultivo de trigo según tratamiento y campaña. 2011-12 (Año 1), 2013 – 14 (Año 2). Referencias: (HB): hoja bandera; (Mac): Macollaje+

2. Requerimiento de micronutrientes de los cultivos
Los requerimientos de nutrientes en los cultivos son variables. Analizando el consumo de macronutrientes en función del rendimiento, en la literatura se observa que se puede alcanzar distintos rendimientos con una misma cantidad de nutriente consumido (Witt et al, 1999; Salvagiotti, 2012; Xu et al, 2013). La variabilidad en la producción para la misma cantidad de nutriente consumido, i.e. eficiencia fisiológica de uso del nutrientes, está relacionado no solo con las condiciones ambientales en las que se desarrolla el cultivo, sino también con la variabilidad genotípica de esta eficiencia dentro de cada uno.
En la Tabla 1 se observan resultados preliminares de 11 experimentos en la región pampeana en donde se evaluó la eficiencia fisiológica en el uso de B, Zn, Mn y Mo y el índice de cosecha de los mismos en soja. Se puede observar un amplio rango de valores extremos alrededor de la media, indicando que no existe un valor fijo de concentración de nutrientes.
Tabla 1 – Requerimiento interno de B, Zn, Mn y Mo en el cultivo de soja. Datos inéditos PNCYO 1127033 – INTA
En la Tabla 2 se observa otro estudio en donde se evaluaron las mismas variables en dos genotipos de maíz con calidad diferente de grano (Flint vs. semidentado). En este caso, se observa diferentes consumos de nutrientes de acuerdo al genotipo utilizado.
Tabla 2 – Requerimiento interno de B, Zn, Mn y Fe en dos híbridos de maíz con diferente calidad de grano (Salvagiotti y Ferraguti, inédito). Los datos son promedio de dos años.
La variabilidad en el consumo de nutrientes es otro de los factores a tener en cuenta a la hora de estudiar la respuesta a la fertilización con micronutrientes. Además al momento de hacer balances regionales de nutrientes es importante tener en cuenta la desviación que tiene de valores de recomendación de Tablas.
3. Disponibilidad de micronutrientes en el suelo en región Pampeana
La disponibilidad de los distintos micronutrientes dependerá de la dinámica de los mismos en el sistema suelo-planta. Son pocos los estudios que han cuantificado los contenidos de micronutrientes en el suelo en la región pampeana. Buffa & Ratto (2005) en un relevamiento realizado en distintas áreas ecológicas de la provincia de Córdoba mostraron que los contenidos más bajos de Zn, Mn y Cu estaban en suelos con bajos contenidos de materia orgánica y suelos menos desarrollados con texturas más gruesas. Ratto & Diggs (1990) encontraron para el área pampeana norte y oeste valores de B en el suelo inferiores a 0.8 ppm.
Recientemente, el relevamiento realizado por Sainz Rozas et al (2013) en la región pampeana, muestra claramente que el descenso en los contenidos en el suelo es diferente según el micronutriente bajo estudio. Así, se observa grandes reducciones en los contenidos de Zn y B en relación a situaciones prístinas, mientras que estas reducciones son de menor magnitud para otros micronutrientes como Mn, Fe o Cu. Las reducciones observadas están relacionadas con las áreas en donde la agricultura ha tenido mayor desarrollo y en donde la reposición de estos nutrientes no ha sido contemplada en los planes de fertilización. En la región pampeana norte los niveles de B y Zn estarían por debajo de 1 ppm, mientras los contenidos de estos micronutrientes aumentan en suelos en regiones donde el nivel de materia orgánica aumenta. Es importante destacar que aun no existen niveles de estos nutrientes en el suelo que sirvan como umbrales para la recomendación de la fertilización en los cultivos de la región pampeana.

4. Herramientas de diagnostico para la fertilización con micronutrientes
El análisis foliar y el análisis de suelos han sido herramientas propuestas para la recomendación la fertilización con micronutrientes en cultivos extensivos (Sims & Johnson, 1991; Benton Jones Jr., 1991). Sin embargo en la actualidad no existen en nuestro país metodologías calibradas para determinar umbrales de nutriente en el suelo o concentraciones de nutrientes en los tejidos asociados a la respuesta del cultivo. En consecuencia muchas conclusiones no son precisas. Barbagelata & Melchiori (2008) mostraron en una red de ensayos que la concentración de micronutrientes en hoja (ultimo foliolo completamente desarrollado) no guardaba relación con la respuesta en rendimiento observada. Cordone et al (2011) analizando la concentración de micronutrientes en hojas en lotes de producción encontró una gran variabilidad en las concentraciones de micronutrientes, con coeficientes de variación superiores al 100%. Teniendo en cuenta el bajo contenido de micronutrientes en los tejidos, es probable que además para determinar concentraciones críticas, se deba ajustar el momento fenológico del muestreo, y la parte de la planta a muestrear. En relación a los umbrales de micronutrientes en el suelo, no existen calibraciones locales entre la disponibilidad del micronutriente y la respuesta. Por otra parte, algunas deficiencias de micronutrientes pueden estar relacionadas a otros factores (por ejemplo modificación de la disponibilidad de los mismo en la rizósfera, como es el caso del Mn).

5. Comentarios Finales
En los suelos de la región pampeana dominada por Argiudoles o Hapludoles, la respuesta a la fertilización con micronutrientes es de baja intensidad.
Existe una buena caracterización de los niveles de los principales micronutrientes en el suelo, sin embargo aun no existen herramientas de diagnostico calibradas para poder realizar la recomendación de fertilización. Los umbrales de disponibilidad de micronutrientes en donde se espera mayor probabilidad de respuesta provienen de publicaciones extranjeras.
Otro factor importante a tener en cuenta en la presencia o ausencia de respuesta son las necesidades de nutrientes de los cultivos. Con diferentes eficiencias en el uso de los micronutrientes se pueden llegar distintos rendimientos cuando se consume la misma cantidad de nutriente. Dado que las necesidades de estos micronutrientes son bajas (en el orden de gramos por ha) pequeñas variaciones en la disponibilidad de nutrientes en el suelo o una mayor eficiencia en el uso de un nutriente pueden generar ausencia de respuesta a la fertilización.
En consecuencia, para predecir la respuesta del cultivo a la fertilización es necesario:
i) Construir modelos que estimen el consumo real en base a las relaciones entre los distintos micronutrientes y la producción de biomasa (curvas de acumulación y dilución de nutrientes);
ii) Conocer la bio-disponibilidad de los distintos micronutrientes en el suelo;
iii) Estimar el consumo de micronutrientes en condiciones de rendimiento cuando llegan a su potencial y
iv) Estudiar la interacción entre momento y fuente de fertilizantes.

6. Agradecimientos
A Gustavo Ferraris (INTA Pergamino), Vicente Gudelj (INTA Marcos Juárez), Pablo Barbieri (INTA Balcarce) y Gabriel Prieto (AER Arroyo Seco INTA) por facilitar datos de ensayos aun no publicado para la realización del meta-análisis.

7. Bibliografía
  1. Barbagelata,P & R Melchiori. 2008. Evaluación de la fertilización foliar con macro y micronutrientes en soja. Actas XXI Congreso Argentino Ciencia del Suelo - Potrero de los Funes – San Luis.
  2. Benton Jones Jr.,J. 1991. Plant Tissue Analysis in Micronutrients. En: Luxmoore, R. J. (Eds) Micronutrients in agriculture SSSA, pp 477-522
  3. Castellarín,JM; F Salvagiotti & F Ferraguti. 2014. Fertilización foliar con boro y zinc en trigo. Actas XXIV Congreso Argentino de Ciencia del Suelo –Bahía Blanca –Buenos Aires.
  4. Cordone,G; C Vidal; R Albrecht; F Martínez; H Pescetti; L Martins; G Almada; L Angeloni; E Casasola; G Cavallero; M DeEmilio; M Gatti; G Gerster; S Guerra; JM Méndez; R Pagani; J Pabon; G Prieto; L Quevedo; N Trentino; A Rausch; J Scarel; C Espíndola; M Parodi; A Malmantile & J Rossi. 2011. Estado nutricional del cultivo de soja en la provincia de Santa Fe. Para mejorar la producción - INTA Oliveros 46:67-70.
  5. Ferraris,G & L Couretot. 2011. Fertilización con micronutrientes en soja. Experiencias en la región centro - norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe. Actas Mercosoja 2011 (en CD)
  6. Garcia,F & F Salvagiotti. 2010. Fertilizer best management practices in Argentina with emphasis on cropping systems. En: Prochnow, L. (Eds) Boas Praticas para uso eficiente de fertilizantes IPNI Brazil, Pp 111-142
  7. Gudelj,V. 2011. Respuesta en el rendimiento del cultivo de soja por la fertilización con fertilizantes aplicados a la semilla y foliares. Convenio de asistencia tecnica ASP- INTA MARCOS JUAREZ
  8. Gonzalez San Juan,MF & F Garcia. 2013. Los fertilizantes en Argentina: Hacia el 2020. Actas Simposio Fertilidad 2013 – Rosario - Argentina.
  9. Loecker,JL; NO Nelson; WB Gordon; LD Maddux; KA Janssen & WT Schapaugh. 2010. Manganese Response in Conventional and Glyphosate Resistant Soybean. Agronomy Journal 102:606-611.
  10. Ratto,SE & CA Diggs. 1990. Niveles de boro en suelos de la pradera pampeana Aplicación al cultivo de girasol. Ciencia del Suelo 8:93-100.
  11. Sainz Rozas,H; H Echeverria; PA Calvino; PA Barbieri & M Redolatti. 2003. Wheat response to zinc and copper in soils of southeast Buenos Aires. Ciencia del Suelo 21:52-58.
  12. Sainz Rozas,H; M Eyherabide; HE Echeverria; P Barbieri; H Angelini; GE Larrea; G Ferraris & M Barraco. 2013. ¿Cuál es el estado de la fertilidad de los suelos argentinos? Actas Simposio Fertilidad 2013 – Rosario – Argentina
  13. Salvagiotti, F. 2012. Evaluación de la respuesta del cultivo de soja a la fertilización con micronutrientes. Convenio de asistencia técnica ASP- INTA Oliveros.
  14. Salvagiotti,F. 2012. Nutrient management and fertilization in soybean. A perspective from the crop. Actas 6th International Crop Science Congress- Bento Goncalvez – Brasil.
  15. Sims,JT & GV Johnson. 1991. Micronutrient soil tests. Pp 427-476 en: Luxmoore, R. J. (Eds) Micronutrients in agriculture SSSA
  16. Volmer Buffa,E & SE Ratto. 2005. Availability of DTPA extractable zinc, copper, iron and manganese In Córdoba (Argentina) soils and its relationship with other properties. Ciencia del Suelo 23:107-114.
  17. Witt,C; A Dobermann; S Abdulrachman; HC Gines; W Guanghuo; R Nagarajan; S Satawatananont; T Thuc Son; P Sy Tan & L Van Tiem. 1999. Internal nutrient efficiencies of irrigated lowland rice in tropical and subtropical Asia. Field Crops Research 63:113-138.
  18. Xu,X; P He; MF Pampolino; L Chuan; AM Johnston; S Qiu; S Zhao & W Zhou. 2013. Nutrient requirements for maize in China based on QUEFTS analysis. Field Crops Research 150:115-125.
Publicado por Engormix

20 de octubre de 2014

Nada Vale... Todo hay que Tener...

Mi actividad de Ingeniero Agrónomo me ha permitido tratar gente espectacular y de las otras también...
Uno de los productores agropecuarios más interesantes que he podido conocer fue don José Mirkin. 
José era de esas personas con las que hubiera sido necesario llevar un anotador de mano para copiar cada frase, cada pensamiento... ninguna palabra era soltada al azar...
Cuando lo conocí, tenía él 76 años, pero su cabeza era la de un joven. Ordenado, Educado, Previsor, Buen Amigo, Innovador, llevaba registro diario de todo lo que pasaba en el campo en una agenda anual. Trabajos, lluvias, heladas, movimientos de hacienda... todo era minuciosamente detallado.
Envejeció junto a su esposa (Dora) y su empleado y habían dejado de hacer algunos trabajos (alambre eléctrico por ejemplo) porque "ya no les daba el cuerpo".
Tenía 200 hectáreas propias y otras 200 alquiladas en una zona dura, difícil... entre Rivera y Huergo, provincia de Buenos Aires.
Les había dado estudio universitario a sus hijas, viajaba una vez por año a visitar amigos... uno de los primeros teléfonos celulares que vi... fue el suyo y poco antes de su muerte anduvo por la agronomía en que yo trabajaba, porque quería operar en el Mercado de Futuros y Opciones...
Son muchas las anécdotas y frases que me dejó; pero la que más recuerdo había sido acuñada por su mamá y tiene una actualidad tremenda en países con economías inestables como el nuestro:

"NADA VALE... TODO HAY QUE TENER"

Y José cumplía cada año con el legado de su madre. Vacas, Novillos, Trigo, Girasol, Cebada, Centeno, Avena, Sorgos, Mijo, Moha... en su campo vi todos los cultivos posibles en una rotación cuidada, pensada...
Se manejaba de contado para casi todo y reservaba sus cosechas por años.
No contaba un cultivo hasta que no estaba en los silos y el seguro de ese cultivo era la hacienda terminada que tenía en ese momento. El no se endeudaba más de lo que valían sus novillos.
José era una persona agradable, buen conversador y gran amigo. Me hubiera gustado compartir más tiempo y aprender mucho más, pero se nos fue hace ya muchos años... 

Aunque su recuerdo, sus anécdotas y frases me acompañarán toda la vida.

Ing. Agr. Sergio La Corte