Durante 2017, el valor promedio de la hacienda en Liniers ajustado por inflación cayó 12%. La mayor oferta de proteínas animales en el mostrador y un canal exportador que aún necesita ganar dinamismo, son claves en este fenómeno.
En 2017, la curva de precios reales del novillo liviano fue similar a la de 2016, pero en un nivel más bajo.
En promedio, este año que está a punto de finalizar fue 12% más bajo que el anterior (ver gráfico).
Comenzó en enero con un bajo nivel, tras la caída de la primavera previa, y fue remontando hasta alcanzar los niveles más altos en abril y en agosto, para luego retomar un camino descendente.
Finalmente, el precio real de diciembre perforó los niveles mínimos anteriores marcados en septiembre de 2013 y en enero último, ubicándose 4% por debajo de estos. Hay que retrotraerse a enero de 2010, cuando recién se estaba saliendo de la liquidación de 2008-2009 para encontrar un precio promedio mensual inferior al del mes corriente.
La fuerte caída de este mes se debió, principalmente, al recrudecimiento de la inflación, que la mayoría de los analistas pronostican por encima de los tres puntos. No se espera que se repita en 2018 un mes de tan alta inflación como este diciembre, lo que ayudará a afectar menos al precio real de la hacienda y de muchos otros productos.
Toda la carne en el mostrador
También, el crecimiento de la faena, la mayor producción de carne y la alta oferta de proteínas animales que pesa sobre el consumidor argentino, y que constituye un récord histórico con casi 120 kilos per cápita cuando se suma el pollo y el cerdo, ha conspirado contra el precio de la carne vacuna.
El comprador argentino ha absorbido toda la mayor oferta, pero lo ha hecho a un nivel de precios inferior, como era de prever.
Si bien las exportaciones han mostrado un fuerte crecimiento, del orden del 30%, las 75.000 toneladas de aumento sólo representaron un tercio de la mayor producción, recayendo el resto sobre el mercado interno.
Sobre la base de todo esto, prevemos que en 2018 la oferta de hacienda para faena seguirá creciendo, quizás a una velocidad menor a la de este año. Y que si bien las exportaciones continuarán su ritmo ascendente, no empezarán a jugar, aún, el papel conductor de los precios que se estima para más adelante.
Por lo tanto, no es esperable que haya precios reales promedio superiores a los de este año. La única manera de neutralizar su efecto sobre los márgenes de las empresas, será con un aumento de la productividad, aunque se sabe que esto no se logra de la noche a la mañana.
Poniendo todo en la balanza, seguimos siendo considerablemente optimistas con respecto al futuro del sector.
Fuente: Miguel Gorelik. Valor Carne
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