Productividad de la Alfalfa y elección de cultivares
Desde hace algunos años, la siembra de
alfalfa en los
sistemas lecheros de la zona se viene reduciendo, pasando
desde el 70 % de la superficie hasta en algunos casos hasta
un 40 %, este cambio se da por varias razones. A
continuación se confeccionó una lista con comentarios de los
propios productores:
La alfalfa me produce cada vez menos...
Ya no duran como antes...
Es imposible lograr una buena implantación...
No hay forma de controlar las malezas, en primavera se tapan de yuyos (principalmente gramíneas)...
Existen otras alternativas forrajeras que tienen mayor producción...
Además si quiero intensificar debo reducir la superficie de alfalfa...
Si bien esto se comprueba en muchos
campos de la zona, lo
cierto es que en los sistemas de producción
se están dando
una serie de cambios que explican la argumentación
anterior.
Por un lado la carga animal de los sistemas se ha
incrementado y por lo que la intensidad de uso de las
alfalfas es mayor que años atrás, por otro lado este
incremento de carga está produciendo que las secuencias
de cultivo se intensifiquen, entrando más cultivos por unidad
de tiempo, provocando que lotes destinados a la siembra de
alfalfa no se encuentren en las condiciones adecuadas
para realizar la siembra en tiempo y forma. Además, el uso
de herbicidas durante el primer año de la alfalfa, en otoño
invierno (implantación) y en primavera verano para el control
de malezas es todavía poco común.
Otro factor que atenta contra la productividad de
las alfalfas es la elección de cultivares, recibimos
consultas sobre que híbrido de maíz, que
variedad de soja y hasta que material de sorgo
es la mejor opción para sembrar, pero consultas
sobre que cultivar de alfalfa elegir son poco
frecuentes.
Además todavía se siembran “alfalfas hijas de”
con la esperanza que sean realmente lo que nos
dicen que son y esperando que no aparezca
algún manchón con cuscuta en el lote. Lo cierto,
es que se ahorran algunos pesos en la compra
de semilla sin identificar, pero lo que no se ve, es
lo que se deja de ganar en producción ya que
existen nuevos cultivares de alfalfa con altos
potenciales de rendimiento y excelentes perfiles
sanitarios con lo que logramos una mayor
producción de alimento por hectárea por más
persistencia y si somos buenos en la cosecha de
ese pasto vamos a lograr importantes
incrementos en la producción de leche con
menores costos de alimentación, dándonos como
resultado una ecuación más favorable.
INTA viene realizando ensayos
territoriales de cultivares de
alfalfa desde hace
unos 20 años, en diferentes regiones del país.
Hay información sobre el comportamiento
de los diferentes cultivares que integran la red,
desde el sur de Buenos Aires hasta Santiago del
Estero y desde Paraná hasta Catamarca, este
trabajo es posible realizar gracias al aporte de las
empresas que han confiado en INTA y en su
gente para la evaluación y monitoreo de sus
materiales.
Desgraciadamente observando los resultados
obtenidos en esta red de evaluación se ve que
las brechas productivas entre lo obtenido como
resultado de la red y lo observado a campo son
importantes.
En la tabla 1, se presentan los resultados de los
rendimiento obtenidos en campo de productores
de nuestra zona y los resultados obtenidos en
los ensayos realizados en las Estaciones
Experimentales Agropecuarias de INTA en dos
localidades: Manfredi (Córdoba) y Rafaela (Santa Fe).
Tabla 1.
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* Información elaborada a partir de la información publicada en Avances en Alfalfa Año19, Nº 19. EEA INTA Manfredi.
Como vemos en la tabla 1, las diferencias
obtenidas como rendimientos potenciales en
ambas experimentales distan mucho de lo que
ocurre a campo. En Manfredi se logra una
producción un 40 % superior a lo obtenido a
campo, mientras que en Rafaela este incremento
es el 163 % mayor.
Sin dudas, que la mayor calidad de ambiente va
producir mayores rendimientos de alfalfa
acrecentando la diferencia entre lo que ocurre a
campo y condiciones de ensayo. Siempre ocurre
lo mismo en condiciones controladas de ensayo,
los cultivos rinden más, pero en los cultivos
agrícolas estas diferencias entre potenciales y
reales se acortan, posiblemente porque cuando
hablamos de cultivos forrajeros entra otro factor
que altera los resultados y es el factor animal y el
efecto de este sobre la pastura, condicionado a
su vez por el manejo del pastoreo (intensidad y
frecuencia de principalmente).
Hasta aquí no quedan dudas respecto a la
brecha productiva entre ambas situaciones
(experimental y a campo), pero para continuar
con el análisis de la información generada por la
red, observamos que existe una gran diferencia
entre los cultivares evaluados y es aquí donde
cobra verdadera importancia realizar una buena
elección de la variedad a elegir. En la tabla 2, se
observan los valores máximos y mínimos
obtenidos de la evaluación de los diferentes
cultivares (expresados en kg de MS/ha) para
cada localidad, cabe aclarar que dichos valores
son acumulados para el tiempo que duraron los
ensayos en cada una.
Tabla 2.
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* Información elaborada a partir de la información publicada en Avances en Alfalfa Año19, Nº 19. EEA INTA Manfredi.
En la tabla 2 se ve
claramente la diferencia
que
existe entre los
materiales más productivos con
respecto a los de menor producción. La
diferencia entre el material que más produjo con
el que menos produjo para la zona de Manfredi
fue de 16.000 kg de MS/ha mientras que para la
zona de Rafaela dicha diferencia fue de 48.000
kg de MS/ha.
Toda decisión que se toma en el ámbito de la
empresa, tiene una correlación económica que
muchas veces no es tenida en cuenta y la
elección de la variedad de alfalfa no escapa a
esta afirmación. Con un simple cálculo podemos
evaluar el impacto económico de elegir una
variedad de mayor producción. Para el análisis
asumimos:
- el promedio de las diferencias de producción
- entre las dos localidades:
(16.000+48.000)/2 = 32.000 kg de MS/ha
- por cada kg de MS de alfalfa produce
- aproximadamente 0,8 L de leche
- valor del litro de leche que vendemos 1,4 $/L
Con estos supuestos arribamos al siguiente
resultado:
32.000 x 0,8 L leche = 25.600 L de leche
25.600 L x 1,4 $/L = $ 35.840 por hectárea por los
tres años de producción.
Como vemos, a pesar de las simplificaciones del
análisis, los números obtenidos son para tener
en cuenta y más aún, si pensamos en reducir la
superficie con alfalfa, la recomendación sería
elegir el cultivar de mayor potencial y asegurarle
las condiciones necesarias para lograr una
implantación adecuada.
Jefe INTA UEE San Francisco