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20 de enero de 2022

El destete comienza antes de la época de servicio

 Publicado el: 17/1/2022 por ENGORMIX.

Autor/es: Oscar L. Ferrari11. Ingeniero Agrónomo. Consultor y productor ganadero. Especialista en bovinos para carne.
Resumen

La rentabilidad de una empresa de cría vacuna se fundamenta en que cada vaca para por año un ternero viable y que lo logre destetar exitosamente luego de un tiempo determinado.

En la Argentina hace muchos años que el promedio de destete apenas supera al 60%, mientras que otros países con condiciones agroecológicas similares superan ampliamente al 70%.

Entre las causas de esta situación se establecen la baja condición corporal previa y durante el servicio de los vientres y la elevada mortandad perinatal y posnatal de los terneros.

El destete es una herramienta de manejo con que cuenta el criador para lograr una alta eficiencia reproductiva en su rodeo de cría. Consiste en la separación del ternero de su madre.

Las distintas edades al momento del destete deben ser analizadas dentro del sistema de producción y dan lugar a distintas modalidades.

Introducción
La rentabilidad de una empresa de cría vacuna se fundamenta en que cada vaca para por año un ternero viable y que lo logre destetar exitosamente luego de un tiempo determinado.
Mientras países como los Estados Unidos de Norteamérica muestran un índice de destete del 89%, Canadá del 93%, Nueva Zelanda del 80% o Australia del 70%, la Argentina desde hace varias décadas está estancada con un promedio que ronda el 62 - 63% (siendo superior a esta media en la Región Pampeana y muy inferior en las regiones del NOA -noroeste argentino- y del NEA – noreste argentino-).
Como causales principales de esta situación, se consideran la baja condición corporal previa y durante el servicio de los vientres y la elevada mortandad perinatal y posnatal de los terneros.


La falta de capacitación del productor o de su personal (sumado a como me dijo una vez un ganadero: “Las vacas viven en el campo y los veterinarios en las ciudades”) hace que complicaciones relacionadas con el parto no puedan ser resueltas con la rapidez ni efectividad requerida, resultando, muchas veces, en la muerte del ternero y/o de su madre.
Es imprescindible que el productor y su personal sepan qué hacer, cuándo y cómo actuar y sobre todo que el personal comprenda la utilidad de su accionar y su contribución en beneficio de la supervivencia de la vaca, de su cría y, en consecuencia, de la rentabilidad de la empresa, de la cual depende económicamente.
El adiestramiento del personal rural, responsable de los rodeos de cría, tiene que ser tenido en cuenta por los responsables de las empresas ganaderas, porque, quienes están todos los días junto a las vacas, son los que, muchas veces, deben tomar decisiones y asumir acciones inmediatas que lleven a evitar pérdidas innecesarias.
Los recursos humanos capacitados representan una diferencia competitiva dentro de las empresas agropecuarias que demandan personas que se integren y compartan los objetivos fijados por las mismas.
Un parto exitoso comienza antes de la época de servicio
Existen una serie de aspectos y medidas a considerar. Entre otras, se detallan:
  • Falta de control sanitario en vientres y toros 
Las enfermedades reproductivas ocasionan graves pérdidas económicas en los rodeos de cría, debido a que producen: subfertilidad, infertilidad, interrupciones en la gestación (abortos), repetición de celos y muertes perinatales.
Las enfermedades reproductivas que se identifican con mayor frecuencia en la Argentina son, entre otras: tricomoniasis, campylobacteriosis (ex vibriosis), brucelosis, leptospirosis, Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR), Diarrea Viral Bovina (DVB), neosporosis causada por Neospora caninum e infertilidad causada por Haemophilus somnus.
Salvo la tricomoniasis y la neosporosis, responden al control vacunal preventivo propuesto en un adecuado plan sanitario al que deben afectarse las vaquillonas y los toritos de reposición, los vientres y los toros.
Es indispensable realizar el control sanitario anual a los toros que consiste en un sangrado para detectar brucelosis y tuberculosis y en raspajes prepuciales para detectar venéreas.
Si en estos últimos se identifica algún toro positivo a las enfermedades venéreas más importantes, debe ser eliminado del rodeo inmediatamente. Con el resto de la torada se deben continuar los raspajes hasta que la totalidad de los toros den negativo en tres raspajes sucesivos.
Por otro lado, el control anual a los toros permite observar si se produjeron lesiones u otras patologías en el pene (algunas vinculadas a la edad) mientras estuvieron en la época de servicio o cuando fueron retirados.
No se aconseja que el productor preste el toro a su vecino dado el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual. Si se han tomado las medidas correctas realizando los análisis y revisaciones correspondientes y se lo presta a algún vecino y se desconoce en qué condiciones sanitarias se encuentra su rodeo, puede contraer una enfermedad e ingresarla luego al establecimiento.
Los alambrados tienen que conservarse en perfecto estado para evitar que se produzcan “robos” que propaguen enfermedades. En el campo argentino se llama “robo” a la preñez no deseada, sea producida por toros propios o ajenos.
Es importante realizar todos los años previo a la temporada de entore la Prueba de Capacidad de Servicio a los toros.


La Capacidad de Servicio (CS) se define como “el número de servicios que un toro realiza durante un período de entore a campo de 21 días, y puede predecirse con más de un 90% de exactitud por el número de servicios que un toro realiza en una sencilla prueba a corral durante un lapso determinado”.
Por medio de esta prueba se evalúa a los toros y se establece la probabilidad de su agresividad sexual, que es la libido, y su habilidad de servicio.
Esta prueba de Capacidad de Servicio permite también observar patologías de pene, no detectadas en el examen clínico, como por ejemplo la desviación en espiral del pene, adherencias, desviaciones ventrales o “en arco iris”, pérdida del glande y persistencia del frenillo, entre otras.
Todos los años el toro tiene la posibilidad de sufrir alguna lesión y tiene que ser rechazado, por tal motivo es muy importante realizar este prueba de manera regular.
Pene en espiral


Fotografía con fines didácticos. Autores: Salvador Oliver Ferrando, David Pierre Savatier-Dupré Y Sergio Villanueva Saz, 2010.
De acuerdo con la cantidad de servicios que un toro realiza en la prueba a corral durante veinte minutos se los clasifica en cuatro categorías: Muy Alta, Alta, Media y Baja CS. Si bien la prueba dura diez minutos, el resultado se expresa en veinte minutos mediante la aplicación de una fórmula. La cantidad de servicios que realiza cada toro de acuerdo a su categoría se observa en el cuadro 1.
Cuadro 1. Clasificación de Capacidad de Servicio (Blockey).
Los toros de Muy Alta y de Alta CS son sumamente activos en la detección de celo y fundamentalmente sirven a las vacas en celo dos o más veces, mientras dure este. Muchas veces el toro es subestimado dentro de un rodeo de cría, sin embargo, su función es de una importancia fundamental. Si una vaca falla se perderá un ternero, mientras que, si el toro falla, los terneros perdidos serán 25 o 30 o hasta 50, dependiendo del porcentaje de toros en el rodeo.
Otro aspecto importante al momento de distribuir los toros en un rodeo es tener en cuenta la dominancia de los toros de acuerdo a su edad, a la presencia de cuernos o no y a su tamaño. Los toros vírgenes y los de mayor edad (7 a 8 años) son subordinados de los toros de 3 a 6 años. Se recomienda poner a los toros vírgenes siempre solos en un rodeo. Lo ideal es usarlos con las vaquillonas y los de último servicio también solos en un rodeo de vacas adultas y no muy exigidos, pudiendo usarse en un 1% más que lo que se usa en los otros rodeos.
  • Servicio inadecuado de vaquillonas
En la Pampa Húmeda, el primer servicio puede realizarse cuando las vaquillonas tienen quince meses de edad, el 65% del peso adulto del promedio de las vacas de las mismas razas del establecimiento, un desarrollo corporal acorde a la edad y haber alcanzado la madurez reproductiva.
Durante el servicio y con posterioridad a él, las vaquillonas deben seguir ganando peso porque a los dos años en el posparto, el peso vivo debe ser superior al 80% del peso adulto para que se preñen sin inconvenientes en el 2º servicio. La falla en el 2º servicio, lamentablemente, es un aspecto asumido en numerosos planteos de cría.
Para realizar un primer servicio exitoso, las vaquillonas tienen que haber alcanzado no sólo la madurez sexual sino también la madurez reproductiva, que es la condición de desarrollo de la vaquillona que permite que la preñez no afecte el desarrollo final del cuerpo de la hembra. La madurez reproductiva se alcanza alrededor de los 14 a 15 meses de edad. Si antes de la madurez reproductiva en las hembras se exige el funcionamiento de los órganos de la reproducción, quedando esta preñada, se provoca una depresión en el desarrollo final del cuerpo, atribuible en parte a una alteración que experimenta la funcionalidad de la pituitaria en su actividad reguladora del crecimiento. Así, la hembra sufre un retraso en su crecimiento. Es común observar en el campo que las vaquillonas preñadas por “robo”, no alcanzan el tamaño adulto de las hembras que fueron preñadas cuando ya habían logrado la madurez reproductiva.
Un tema importante es que esta categoría puede presentar problemas de parto (distocias). Para evitarlos, entre otras medidas de manejo, se deben elegir a las vaquillonas con un área pélvica superior a los 140 cm2 y emplear toros con facilidad de parto garantizada (que generen terneros con bajo peso al nacer). De esta manera parirán, sin ayuda, un ternero viable que no va a pesar más de 28 a 30 kg.
Los criterios más importantes de selección de vaquillonas previo al servicio son el análisis del:
  1. Peso corporal.
  2. Frame score (tamaño corporal adulto).
  3. Área pélvica (A.P.).
  4. Grado de desarrollo reproductivo (G.D.R.).
Sin embargo, la verdadera garantía de fertilidad para un grupo de vaquillonas es una alta tasa de concepción en el primer celo y una alta tasa de preñez al final del período de servicio.
Buenos objetivos serían lograr entre el 60 y el 70% de preñez “cabeza” y más del 95% de preñez total después de un servicio de no más de 60 días de duración.
Investigaciones realizadas en Nebraska, EE.UU., analizaron la relación entre el A.P. preservicio, el peso al nacer (P.N.) de los terneros y la incidencia de distocia. Observaron que aquellas hembras que tenían mayores A.P. tenían menores dificultades al parto, aun pariendo terneros más pesados. A partir de ello, relacionaron numéricamente el A.P. y el P.N. mediante la siguiente ecuación A.P./P.N. Cuando el resultado de este cociente era superior a 4,7, las vaquillonas parían normalmente, en tanto que en la medida que el número era menor, aumentaban los problemas al parto (ver cuadro 2).
Cuadro 2. Relación entre la ecuación A.P./P.N. y dificultad al parto.


La aplicación práctica de esta ecuación posibilita elegir los toros a utilizar según el A.P. de las vaquillonas. Si se divide el A.P. por el “factor de seguridad” (4,7) se obtiene el peso a nacer máximo que pueden transmitir los toros para que no haya problemas. Por ejemplo, una vaquillona con un A.P. de 140 cm2 debería parir sin dificultades un ternero de hasta 30 kg (140%4,7= 30). Se considera que los P.N. superiores a los 30 kg implican un mayor riesgo de presentación de distocias, independientemente del sexo de la cría (son más propensos los casos de distocia cuando la cría es macho, por su mayor tamaño).
Se completa la selección preservicio por medio del tacto rectal, descartando vaquillonas que presenten problemas para la reproducción.
La evaluación del tracto genital permite la determinación de la ciclicidad (estructuras ováricas) y del grado de desarrollo uterino. El objetivo es identificar a las vaquillonas que alcanzaron la pubertad tempranamente.
Cuando más temprano empiece a ciclar una vaquillona, mayores serán las posibilidades que conciba a una edad que le permita parir su primer ternero a los 24 meses de edad.
En la Universidad de Colorado, EE.UU., se desarrolló un sistema de evaluación por palpación rectal de los cuernos uterinos y de los ovarios en vaquillonas para la clasificación del tracto genital. Se tiene que realizar un mes antes del primer entore.
Las clasificaciones se situaron entre 1 y 5, siendo 1 infantil y 5 vaquillona ciclando con cuerpo lúteo palpable. Esta calificación mostró ser medianamente heredable por lo que las vaquillonas 1, y probablemente las 2, deben ser rechazadas.
Este carácter puede ser seleccionado positivamente usando toros de mayor circunferencia escrotal. Se ha observado que las hijas de estos ciclan más precozmente que las de los de menor perímetro.
Este sistema denominado Grado de Desarrollo Reproductivo (G.D.R.) se ha adaptado en el país para facilitar la medición y hacer más sencilla su interpretación (clasificación de 1 a 4).
Las escalas de desarrollo reproductivo son las siguientes:
  • Vaquillonas con G.D.R. 1: tienen los órganos reproductivos inmaduros. Están lejos de comenzar su ciclo estral. Se consideran con infantilismo y se eliminan.
  • Vaquillonas con G.D.R. 2: no están ciclando. Los órganos reproductivos tienen un mejor desarrollo que las de G.D.R. 1. Posiblemente la mayoría comience a ciclar en unos 45 días. De acuerdo a la decisión del profesional interviniente, en concordancia con el productor, pueden ser rechazadas.
  • Vaquillonas con G.D.R. 3: son aquellas que están cerca de la pubertad, pero que no han ciclado todavía.
  • Vaquillonas con G.D.R. 4: son aquellas que han ciclado por lo menos una vez. Está basado en la presencia de cuerpo lúteo, en el desarrollo del útero y de los cuernos uterinos.
 Lo ideal es guardar para reposición la mayor cantidad de animales con G.D.R. 4.
Por último, las investigaciones demuestran que el temperamento es una característica transmisible con un rango de mediana heredabilidad. Las hembras con mal temperamento son más difíciles de manejar y las extremadamente nerviosas muestran menores niveles de concepción por inseminación artificial. Por esta razón, es aconsejable descartar las vaquillonas con disposición inadecuada, dado que seguramente serán fuente de problemas de manejo.
  • Insuficiente condición corporal en vacas adultas para entrar en celo y quedar preñadas
 Al realizar el diagnóstico de preñez es normal que el veterinario detecte un porcentaje de vacas que no la presentan (vacías). Descartadas causas sanitarias o por haberse atrasado en el servicio anterior y ser “cola de parición”, la causa más común es una pobre condición corporal.
La condición corporal (C.C.) de la vaca de cría es un método que permite evaluar sus reservas corporales (grasa y músculos) mediante apreciación visual y por la palpación del lomo y de las caderas. Las apreciaciones surgidas de esa revisación se comparan con un patrón preestablecido al que se le ha dado valores numéricos.
Se aplican dos criterios de clasificación de la condición corporal: el inglés y el americano (ver cuadro 3).
El sistema inglés (se utiliza, por ejemplo, en Australia, Canadá y en la Argentina, sobre todo en la Región Pampeana), está formado por rangos de 1 a 5 con ajuste de un cuarto de punto, correspondiendo el 1 a una vaca extremadamente flaca, es decir con una condición corporal mala; el 2 a una condición corporal regular, el 3 a una condición corporal moderada; el 4 a una condición corporal buena y el 5 a una vaca extremadamente gorda.
La escala americana (se emplea en la Mesopotamia y en el NEA y NOA argentino) abarca del 1 al 9; correspondiendo el 1 a muy flaca, el 2 a pobre, esto equivale a una condición corporal mala; el grado 3 a regular o delgada, el 4 a vacas límite o condición corporal buena, los rangos 5 (baja), 6 (media) y 7 (alta) se clasifican como óptimas, el 8 (gorda) se clasifica como condición corporal obesa y corresponde a vacas gordas y el 9 (muy gorda o cuadrada) corresponde a una vaca engrasada en exceso.
Cuadro 3. Equivalencias en las dos escalas de condición corporal.


El estado o valor umbral o crítico es aquel por debajo del cual la reproducción es afectada. En la escala de 1 a 9, la vaca de cría debe parir con una condición corporal 5 para que su intervalo parto – primer celo no se prolongue más allá de los 60 a 70 días. Este intervalo se llama anestro posparto.
La duración del mismo depende del tiempo entre el parto y la aparición del primer celo y de la fertilidad de los celos. Ambos factores están afectados por la condición corporal.  La condición corporal al parto es el factor determinante en el restablecimiento de la actividad ovárica cíclica en el posparto de las vacas para producción de carne.
La relación es bien definida: a mejor estado corporal, el período de anestro es más corto. Cuanto antes se reinicie la actividad sexual posparto, mayores serán las probabilidades que tendrá el vientre de volver a quedar preñado y también serán mayores las probabilidades de parir temprano.
Si se quiere que los intervalos entre partos no excedan los 365 días (es decir que el vientre para un ternero por año), el anestro posparto debería ser menor de 80 días, de forma tal que la vaca pueda recibir uno o más servicios y quedar preñada antes de los 80 días posteriores al parto, lo que, sumado a una duración de la preñez de alrededor de 285 días, permitiría lograr la meta enunciada de un ternero por año.
Cuanto más baja sea la C.C. al parto, más tarde se alzará la vaca y, por lo tanto, mayor será el intervalo parto – primer celo. En un servicio estacionado puede significar que las vacas de preñez “cabeza” pasen a preñez “cola” o que queden vacías porque cuando logran entrar en celo, los toros ya fueron retirados del servicio.
Observaciones durante el servicio
La correcta asignación del número de toros de acuerdo a su edad, capacidad de servicio, carácter (dominancia), presencia de cuernos o tamaño con respecto al número de hembras resulta muy importante.
En las recorridas del personal por los potreros dónde se realiza el servicio es fundamental. Tienen que observar la cantidad de hembras en celo (la ocurrencia o no de repeticiones de los mismos), el comportamiento de los toros (peleas, retiro de animales rinconeros – es decir, que se apartan del rodeo por carácter o dolencias-), detectar dificultades en los desplazamientos o en el momento de la cópula (esta debe ser efectiva con una correcta penetración), el estado de los alambrados y de las aguadas.
Utilizando toros de Alta Capacidad de Servicio se obtiene aproximadamente un 70% de preñez en el primer celo, lo que es lo mismo que tener un 70% de Índice de Concepción (I.C.). Esto significa que si se lesiona un toro es posible retirarlo y no hay necesidad de reemplazarlo, pues a partir del día 21, ese 2 a 3% de toros que comenzaron el servicio se ha transformado en un 7,5% sobre las vacas vacías que quedan en el rodeo (gráfico 1).
Gráfico 1. Relación: vacas/toros durante el servicio. Fuente: Marcantonio, S., 2007.


Acuña, C. (2020), cree razonable que todo toro que sea retirado dentro de los primeros 15 a 20 días de servicio debe ser remplazado. Por tal motivo es conveniente tener un mínimo de toros suplentes.
Si al final del servicio se observa una vaca en celo, no es conveniente agregar un toro más, ya que muy posiblemente se rompa la dominancia o aumente mucho el porcentaje de toros dentro del rodeo y surjan lesiones debido a las peleas.
El porcentaje habitual de toros en un rodeo va del 2 al 4% (en este último caso se recomienda cuando se realiza un servicio de vaquillonas sincronizado) dependiendo de su capacidad de servicio. Luego de finalizado el entore, por lo general en la Argentina es de tres meses, los toros deben ser retirados y conducidos a un potrero con alambrados “seguros” para evitar preñeces por robo con animales propios.
En los potreros no debe faltar sombra, agua y el forraje suficiente.
Las vacas no pueden reducir su condición corporal durante el servicio, más teniendo en cuenta que se encuentran en su mayoría con la cría al pie.
Las vacas adultas o de rodeo general no deben compartir el potrero con las vaquillonas de 1º servicio y si es posible tampoco con las vacas de 2º servicio, si estas recibieron su primer entore a los quince meses de edad. El fundamento se basa en que tanto las vaquillonas que van a parir por primera vez como las que ya lo hicieron una, son categorías jóvenes que deben seguir desarrollándose y a la vez amamantar a su cría, por lo que sus requerimientos nutricionales son muy importantes. No es la situación en que se encuentran las vacas del rodeo general cuyos requerimientos hasta el parto son menores, pudiendo pastorear forrajes de menor calidad.
Hasta ahora se consideraba solamente el estado de las vacas y su futuro desempeño reproductivo, asumiendo que el feto no sufría las pérdidas de peso de la madre.
Estudios recientes han demostrado que las vacas con un cambio severo en su condición corporal (más de un punto de pérdida, en una escala del 1 a 5) durante las primeras cinco semanas después del parto sufrieron un intervalo más amplio al primer servicio y una tasa de concepción más baja, en comparación con las hembras con solo un moderado o menor cambio de la condición corporal. Se demostró que esto se debe a una disminución en la producción hormonal (gonadotropinas, progesterona, insulina, etc.) y a la producción de un ovocito defectuoso durante la ovulación. Diversos informes mostraron que la alimentación excesiva de proteína cruda, el exceso de proteína de ingesta degradable o bajos niveles de carbohidratos fermentables y las diversas combinaciones de estos nutrientes pueden causar bajas tasas de concepción. Tales situaciones producen niveles excesivos de amoníaco en la sangre y en el útero de las vacas.
Nuevas investigaciones demostraron que el manejo nutricional de la vaca durante el período de gestación tiene un gran impacto sobre el crecimiento posnatal de la cría, así como también, en la calidad de la canal producida (ver gráfico 2).
Gráfico 2. Momentos de definición de las características del vacuno. Fuente: Quiroga, E., 2016.


El número de fibras musculares se define entre el sexto y el séptimo mes de gestación, mientras que la grasa visceral se define en el séptimo u octavo mes y la subcutánea poco antes del nacimiento. El veteado o marmoreado comienza a fijarse durante la gestación, pero tiene un período de definición más prolongado ya que llega hasta el octavo mes luego del nacimiento.
  • Pérdidas de terneros antes del tacto
La muerte de la cría posterior a la fecundación y hasta antes del día 42 de gestación es denominada muerte embrionaria. La mortalidad embrionaria puede ser sospechada en toda hembra sana que retorna al celo post servicio después de un plazo superior a la duración normal del ciclo estrual.
La muerte del feto después del día 43 hasta antes del nacimiento es denominado aborto.
Los causas que producen la muerte embrionaria o fetal se clasifican según su origen:
  • Deficiencias en la salud animal. La inmunosupresión es el factor más importante. Además, las deficiencias nutricionales (metionina, zinc, fósforo, selenio, cobre, vitaminas A, D, E, K y del complejo B) o un desafío ambiental pueden alterar la función inmune uterina.
  • Edad y estado de los gametos. El envejecimiento del óvulo es un factor de degeneración y una posible causa de mortalidad embrionaria. Los ovocitos "añosos" son fácilmente penetrables por varios espermatozoides dando lugar a la polispermia (entrada de más de un espermatozoide al interior del oocito) por defectos en las membranas de bloqueo polispérmico.
  • Edad de la madre. Las pérdidas embrionarias son más elevadas en vaquillonas que en vacas adultas. La reducción de la mortalidad embrionaria continúa hasta el cuarto o quinto parto, aumentando luego en los animales viejos. El hecho está relacionado con la atonía uterina y a modificaciones endometriales observadas a medida que los animales avanzan en edad.
  • Involución uterina. La involución uterina y el restablecimiento del endometrio constituye un importante factor de fecundidad. El bajo porcentaje de fertilidad observado en vacas servidas en su primer celo se debe generalmente a muerte embrionaria precoz. Por ello es vital que la recuperación uterina posparto se realice rápida y eficientemente, evitando la retención placentaria.
  • Disfunción endócrina. La insuficiencia de progesterona puede ser causa de muerte embrionaria o de retardo o anomalía del desarrollo.
  • Ambientales. El estrés calórico es el más común, debido a altas temperaturas ambientales asociadas con humedad relativa elevada.  
  • Manejo. La aplicación de vacunas, antibióticos, etc. u otras operaciones en corrales -identificación mediante señales, tatuajes, marcación a fuego o descorne, separación en lotes de manera brusca, etc.-, cuando estas prácticas se realizan sobre todo en horas con alta temperatura ambiental.
  • Alimenticias. La más importante de todos es la limitación en la disposición de agua suficiente, limpia y fresca para cubrir las necesidades de los vientres, la falta de forraje o alimentos que tengan aflatoxinas perjudiciales para la gestación.
  • Farmacológicos. La aplicación de fármacos que inducen el aborto o a la lisis del cuerpo lúteo a animales gestantes por ignorancia, descuido o de manera intencional.
  • Infecciosos. Los agentes virales, bacterianos o parasitarios. La sensibilidad a la perdida de la gestación dependerá del agente invasor de la madre, del producto en gestación o de ambos y de la etapa en que se encuentre el embrión o feto en desarrollo según sea el caso. Infecciones específicas del aparato genital, tales como brucelosis, tricomoniasis, vibriosis, tuberculosis, leptospirosis, micoplasmosis, Rinotraqueitis Bovina Infecciosa (I.B.R.), Vaginitis Pustular Infecciosa (I.P.V.), etc., pueden interferir sobre la gestación destruyendo el huevo fecundado y el embrión en desarrollo. Constituyen un factor preponderante en las causas de mortalidad embrionaria. En un rodeo con sintomatología de mortalidad embrionaria, lo primero que se debe realizar es un estudio de las enfermedades específicas, teniendo en cuenta que muchas endometritis crónicas son debidas a la combinación de agentes causales, como ser brucelosis - vibriosis, tricomoniasis - vibriosis, etc. Las infecciones latentes subclínicas a gérmenes específicos son perjudiciales para los gametos y para el mismo embrión. La endometritis crónica es acompañada con frecuencia de anomalías del ciclo.  
  • Genéticos. La presencia indeseable de genes recesivos presentes en las células germinales.
  • Fases de la luna y su influencia en la concepción, en el parto y en el sexo de las crías
La influencia de las fases lunares es un tema muy controvertido entre la comunidad científica y la gente de campo. Mientras unos le niegan evidencia científica, los otros le adjudican un papel esencial en la concepción, en el parto, sea por su influencia en la fuerza al momento de parir de las vacas o en el tamaño de la cría, y en el sexo de la misma.
Es común que el personal agropecuario no aconseje realizar en luna llena por el peligro de un mayor sangrado procesos quirúrgicos como castraciones, descoles o descornadas. De igual modo, prestan especial atención a la faz lunar en que pueden ocurrir las pariciones. Sostienen esta precaución en la observación que en determinadas fases los partos no presentan dificultades mientras que en otras sí.
La fase lunar con el mayor porcentaje de partos normales o sin dificultades es el cuarto menguante. Según Restrepo Rivera en 2005, los partos en luna menguante hacia luna nueva son partos fáciles y las crías paridas son más chicas con preponderancia de hembras, mientras que los partos en luna llena son partos más difíciles (distócicos) y los cuerpos de las crías tienen mayor volumen.
La fase lunar en que se producen menos hembras es la fase de cuarto creciente, mientras que la fase lunar en la que se conciben menos machos es en luna llena. 
Gallegos de la Hoya, M., et al. (2017), se encuentran dentro de los investigadores que no encontraron diferencias en la incidencia de la fase lunar. Concluyen que la influencia de la fase lunar sobre la incidencia del parto en bovinos no se sustenta en evidencias científicas.
Al no existir pruebas concluyentes, no está de más, extremar los recaudos cuando transcurren determinadas fases lunares.
Aproximadamente luego de 60 días de retirados los toros, se debe realizar el diagnóstico de preñez mediante tacto rectal o ecografía.
 
Diagnóstico de preñez por tacto rectal y por ecografía
Un buen manejo reproductivo trae como consecuencia no solamente el logro de óptimos resultados, sino la posibilidad de cuantificarlos. En este sentido, el productor tiene acceso a una herramienta de efectividad comprobada y de muy bajo costo, como es el servicio ginecológico post servicio de los vientres. Por medio de esta técnica, es posible saber cuáles vacas están preñadas y cuáles no, y a la vez, tomar importantes decisiones de manejo con suficiente anterioridad, evitando asignar recursos forrajeros escasos a vacas que no van a producir un ternero ese año.
Tacto rectal 


El método más difundido para realizar el diagnóstico de gestación en el ganado bovino es la evaluación clínica del aparato genital mediante la palpación a través del recto. Esta técnica se llama “tacto rectal”.
El tacto rectal es una maniobra que permite realizar el examen clínico del aparato genital y la realiza el veterinario introduciendo el brazo a través del recto y palpando con la mano el aparato reproductivo de la vaca (ovarios, útero, arterias, etc.).
Es una herramienta de manejo de gran utilidad que aporta a la planificación y a la evaluación reproductiva del rodeo de cría.
Este examen, realizado a los 45 a 60 días de retirados los toros, permite poner en evidencia una serie de signos clínicos a nivel del útero que posibilitan definir con una muy alta exactitud si la hembra está vacía o preñada, y en ésta última situación el tiempo de gestación (“preñez grande o chica”). De esta forma un veterinario experimentado puede, en poco tiempo, realizar una integración de la información obtenida por medio de la palpación uterina con los datos procedentes de la evaluación clínica del aparato genital en su conjunto y de la condición corporal, logrando un diagnóstico preciso. Se trata de una técnica rápida, sencilla y económica que no compromete en absoluto la gestación de los vientres.
Beneficios del tacto rectal
Hacer el diagnóstico de gestación a los 45 a 60 días de terminado el servicio permite identificar a las hembras vacías sin necesidad de esperar la finalización del período de gestación. Esta información temprana posibilita tomar la decisión de vender los vientres improductivos antes del invierno y estimar precozmente la necesidad de reposición. Además, si bien como regla general toda vaca vacía debe descartarse, en algunos casos puntuales este diagnóstico posibilita decidir si se hace un servicio complementario, por ejemplo, en invierno, a los vientres que no quedaron preñados (vacas “falladas” y por lo tanto vacías). Por ejemplo, si se tiene la certeza que la “falla” se debe a falta de estado corporal por un déficit en la alimentación durante la época de servicio, o porque las vacas cuestionadas fueron “cola de parición” y no tuvieron tiempo de alzarse antes de retirar los toros. En estos casos, descartados motivos sanitarios, se puede resolver volver a darles “otra oportunidad” a los vientres cuestionados.
La información recabada en forma anticipada no solamente tiene la virtud de ser precoz, sino además es más específica. Con ella es posible evaluar concretamente las “pérdidas de terneros” ocurridas durante el servicio. Esta mayor calidad de la información es de importancia a la hora de evaluar las causas de pérdidas de terneros en todo el proceso productivo y poder aplicar en adelante medidas correctivas.
Este examen no tiene que limitarse a identificar a las hembras vacías, sino que debe ser aprovechado para clasificar a las preñadas según su tiempo de gestación. Así es posible formar dos lotes de vientres gestantes: un lote “cabeza o de preñez grande”, integrado por los animales preñados en la primera mitad del servicio y un lote “cola o de preñez chica”, formado por aquellas hembras preñadas en la segunda mitad. Esta clasificación permite realizar un manejo nutricional diferente de los dos grupos de vacas.
Una ventaja adicional del examen post servicio es el posible diagnóstico de determinadas anormalidades reproductivas, como es el caso de “piometras” (infecciones uterinas por acumulación o colecta de pus) o arrojamientos por vulva que pueden orientar a sospechar la presencia de determinadas enfermedades en el rodeo, por ejemplo tricomoniasis (enfermedad venérea o de transmisión sexual producida por un parásito, Trichomona foetus, que produce infertilidad en el rodeo).
En síntesis, el tacto rectal a los 45 a 60 días posteriores al fin del servicio es una herramienta de manejo muy útil, que aporta a la planificación y a la evaluación reproductiva del rodeo de cría. Su empleo brinda una relación costo – beneficio muy favorable, posibilitando una entrada de dinero por alguna categoría que no conviene conservar en un momento crítico y un mejor manejo de los vientres preñados.
En el cuadro 4 se resumen las ventajas y desventajas del tacto rectal.
Cuadro 4. Ventajas y desventajas del tacto rectal.
Ecografía
Fotografía solo con fines didácticos. Autor: Bellenda, O., 2002.
A partir de los ´80, surgió un nuevo método de diagnóstico de gestación que permite la visualización de los órganos internos. Se trata de la ecografía, técnica que se basa en la utilización de ondas de ultrasonido para producir imágenes de los órganos internos en un monitor. De esta forma es posible observar en la pantalla el útero y realizar un diagnóstico muy exacto de gestación.
El equipo comprende a un emisor y receptor de las ondas de ultrasonido llamado transductor. El transductor emite las ondas, que viajan a través de los distintos tejidos y de acuerdo a las características de los mismos pueden propagarse o reflejarse generando un eco (de ahí su nombre), que es captado por el mismo transductor. La información recibida de esta manera es la que origina la imagen. En el caso del vacuno se emplea un equipo portátil cuyo transductor es introducido en el recto, en una maniobra semejante a la efectuada para la palpación rectal.
La ecografía posibilita realizar un diagnóstico de preñez muy temprano. En la práctica puede emplearse a partir del día 28 de gestación, si bien en condiciones experimentales fue posible realizar un diagnóstico más precoz. La ecografía llevada a cabo entre los días 55 y 75 de gestación permite determinar el sexo de la cría con un 99% de exactitud.
Si bien la ecografía es una técnica no invasiva que permite realizar un diagnóstico muy precoz de gestación, requiere contar con un equipo que implica una alta inversión inicial. Esta es la razón por la cual actualmente esta importante herramienta está más destinada a otros usos en la práctica reproductiva (sexado fetal, fertilización in vitro, etc.) y es el tacto rectal, el método de uso habitual.
  • Pérdidas de terneros postacto o prenatales
Las pérdidas prenatales comprenden a las que ocurren entre el diagnóstico de preñez y la iniciación de los trabajos de parto. No incluyen, por lo tanto, las pérdidas embrionarias, que son anteriores al diagnóstico de preñez, y a los terneros que se encuentran muertos al momento del parto o que mueren durante el mismo.
Normalmente son de pequeña magnitud, salvo casos muy extremos de subnutrición o a la presencia de enfermedades que puedan provocar abortos. Se considera aceptable un 2%, que puede discriminarse aproximadamente en un 1,5% por abortos (hasta los 240 días de gestación) y 0,5% de terneros prematuros muertos (de 240 a 280 días de gestación). Esta clasificación se basa en que terneros con menos de 240 días no pueden sobrevivir, mientras que los de más de 240 días de gestación si lo pueden hacer, siendo los mal llamados sietemesinos (tienen como mínimo 8 meses). A los abortos y a los prematuros muertos se los conoce en el campo argentino como "malparidos" y se dice que las vacas "malparieron".
Los abortos en el campo son muy difíciles de observar, pues son pequeños y rápidamente son devorados por chimangos, caranchos, pumas y zorros. A lo sumo el recorredor avezado verá hembras con secreciones vulvares y sucias en la cola y en los cuartos posteriores.
Las causas de las pérdidas prenatales pueden ser:
  • Traumatismos internos. Los movimientos bruscos, los trabajos en la manga, las pechadas con caballo, el paso por tranqueras de mucho ganado al mismo tiempo, y toda otra maniobra que pueda producir traumatismos internos. Si bien estas son causas poco frecuentes de pérdidas prenatales, debe ponerse especial cuidado cuando se trabaja con hembras preñadas, especialmente en los últimos meses de gestación.
  • Palpación rectal mal realizada. La maniobra de la palpación rectal cuando se hace en forma inexperta puede producir pérdidas prenatales.
  • Anticuerpos antitrofoblásticos. En ciertas vacas inmunizadas, aparecen anticuerpos antitrofoblásticos a partir de los 15 a los 20 días de la gestación, que tienen su máxima expresividad entre los días 30 a 38. Hay casos de abortos precoces relacionados a una alta tasa de anticuerpos en sangre entre los días 50 a 80 de gestación. En casos de abortos tardíos, la tasa máxima de anticuerpos se encuentra entre los meses 5º a 8º de gestación, teniendo su pico máximo al 6º mes.
  • Gérmenes inespecíficos. En forma esporádica se pueden producir abortos por gérmenes inespecíficos, como ser Estreptococos, Estafilococos, Corinebacterium, Escherichia coli, Salmonelas, Pseudomonas, hongos, clamidias, virus desconocidos, enfermedades infecciosas que elevan fuertemente la temperatura (aftosa), etc.
  • Intoxicaciones. En la Argentina, principalmente por plantas tóxicas (nitratos, nitritos, etc.).
  • Desórdenes hormonales y metabólicos.
  • Problemas genéticos. Producidos por genes letales en el genotipo del feto.
  • Gérmenes específicos. A pesar de la gran variación de causas existentes, cuando hay elevadas tasas de pérdidas prenatales hay que pensar primero en agentes específicos, como ser vibriosis, tricomoniasis, brucelosis, IBR, DVB, leptospirosis, etc., y descartados estos, recién investigar otras causas.
  • Preñadas muertas. Son las que no han parido aún y mueren por distintas causas (rayos, inundaciones, empantanadas, epidemia, picaduras de víboras, etc.).
Atención durante la época de parición
La madurez y el tamaño alcanzado al término de la gestación, le quitan espacio al ternero dentro de la matriz, lo que desencadena un estado de estrés, a partir del cual se generan cambios hormonales, físicos y circulatorios entre el vientre y su cría. Estos cambios, tanto en vaquillonas como en vacas, se inician unas tres semanas antes del alumbramiento, en donde se aprecia el agrandamiento de la ubre preparándose para la lactancia, los labios vulvares pierden sus arrugas y por la comisura vulvar aparece un flujo mucoso filante.
El vientre camina arrastrando los miembros posteriores, como consecuencia del relajamiento de los huesos de la cadera. El cuello del útero, que se mantuvo cerrado durante toda la gestación, comienza a relajarse y la vulva se edematiza, disponiéndose para la posterior dilatación durante el parto.
No es conveniente que las vaquillonas de primer servicio que al parir se convertirán automáticamente en vacas de primera parición lo hagan gordas en exceso.
La sobrealimentación conduce al engrosamiento del conducto obstétrico blando, a la hipotonía y atonía uterina y a fetos demasiado grandes. A esto se agrega un aumento de los trastornos puerperales en animales demasiado gordos. La sobrealimentación durante el último trimestre puede dar lugar al depósito adiposo en exceso en el canal de parto en las vaquillonas disminuyendo su diámetro con la consecuente distocia y muerte de la cría (Grunert, E. y Ebert, J., 1990).
Ante la inminencia del parto con movimientos inquietos, la vaca adulta se aparta del rodeo y busca un lugar aislado para echarse y comenzar el trabajo de parto. Esto muchas veces no ocurre con las vaquillonas que permanecen junto al grupo.
En las vacas, generalmente, entre 30 a 60 minutos después que se observa la presencia del feto y sus envolturas por la vulva, el ternero nace impulsado por las contracciones uterinas y abdominales de la madre.
En las vaquillonas, este período se demora algo más, entre una hora y media y dos horas porque el área pélvica no está bien dilatada y al ser una hembra primípara carece de experiencia. Muchas veces se asusta y no puja consistentemente.
En base a ello, se tendrán que implementar recorridas y observaciones en los lotes donde predominan las vaquillonas en parición varias veces en el día, mucho más frecuentes que en los lotes de vacas adultas. Lo ideal es tres veces por día y si se observa alguna con signos de preparto o trabajo de parto, prestarle especial atención.
Es ideal que los lotes de parición se encuentren en potreros relativamente chicos, altos, secos, sin presencia de montes tupidos ni malezas complicadas (tipo chilca) para que los vientres puedan ser vistos fácilmente durante las recorridas y prestarles ayuda si hiciera falta.


Otro aspecto importante es que se asignen potreros lo más cerca posible de la casa del responsable de controlar los partos, especialmente en el caso que las que estén próximas a parir, sean vaquillonas.
Es fundamental instruir adecuadamente al personal acerca de cuándo y cómo actuar y en qué momento es necesario llamar al veterinario.
La acción del hombre debe quedar estrictamente limitada a los casos en que es realmente imprescindible. No hay que olvidar que el parto en la especie bovina es relativamente lento, por lo tanto, una de las principales características de los recorredores debe ser la paciencia. El personal debe estar protegido de posibles contagios usando guantes largos de látex y desinfectar todos los elementos que usará para “partear” a la vaquillona, así como también lavar con abundante agua y jabón y desinfectar los tejidos expuestos.
Si no hay un progreso evidente del parto luego de dos horas después de la aparición de la bolsa amniótica, la parturienta debería ser revisada para determinar la causa del retraso. También debe asistirse si muestra signos de intensa fatiga o de estrés o si se estima que hay alteraciones en la estática fetal, por ejemplo, que la suela de las pezuñas esté dirigida hacia arriba. Los síntomas descriptos se visualizan en el cuadro 5.
Cuadro 5. ¿Cuándo ayudar?
Figura con fines didácticos: presentación posterior. Se observa la suela de los miembros hacia arriba. Fuente: Rhades, L.; Rutter, B. y Schreyer, H. 2018.


Ante la necesidad de ayuda, dos cosas son imprescindibles: higiene y lubricación. La higiene minuciosa es de suma importancia para la productividad futura de la madre. Por lo tanto, antes de revisar a la vaca, debe atarse la cola y lavar toda la zona perineal con abundante agua y jabón. También los brazos del operador deben lavarse.
Con respecto a la lubricación, no hay que usar agua con jabón o detergente porque remueven la lubricación natural del canal de parto, sino lubricantes comerciales como la carboximentilcelulosa.
Los elementos necesarios para asistir un parto son abundante agua limpia, baldes, jabón, cepillo, lubricante, 2 cadenas o sogas obstétricas y tintura de iodo.
Como primera medida debe constatarse si la estática fetal es la normal, determinar si el feto está vivo o muerto y si es posible que salga por la vía vaginal. La pregunta clave es si el ternero es capaz de salir mediante la “tracción forzada”. Es decir, aplicando una fuerza controlada para que salga por la vía natural sin dañarlo a él ni al vientre.
Para realizar la tracción forzada en el potrero es fundamental que la parturienta esté acostada y sobre su lado izquierdo. Esta posición mejora la aplicación de las fuerzas de tracción, la efectividad de los pujos y permite que la pelvis bascule en cada contracción abdominal (mejora el avance del ternero). El lado izquierdo hace que el rumen quede abajo y de esta manera se faciliten las manipulaciones.
Debe aplicarse una fuerza adecuada y controlada, por lo que conviene desterrar prácticas, lamentablemente, muy arraigadas como atar la soga a la cincha del caballo, al tractor o la camioneta y tirar. La fuerza a aplicar no debe ser mayor a la de dos hombres y la tracción no sólo debe ser adecuada en intensidad, sino también “controlada”.
En cuanto a su dirección, primero debe ser hacia atrás, paralelo a la columna de la parturienta y luego hacia los garrones. Con respecto al momento, siempre se debe tirar cuando puja y hacer una pausa cuando descansa.
Cuando es indispensable, hay que llevar muy lentamente a la hembra próxima a parir a la manga, haciendo la aclaración que no es el lugar más adecuado por la higiene y que si se cae dentro, muchas veces es complicado pararla. Si el vientre se encuentra parado dentro de la manga, la dirección de tracción es la misma.
Cabe repetir que “los veterinarios viven en las ciudades y las vacas en el campo”. Muchas veces hay que corregir la estática fetal antes de la tracción. Una aplicación de 10 CC. de clembuterol vía intramuscular o endovenosa lenta posterga el parto, permitiendo realizar las maniobras correctoras para acomodar el feto dentro del útero o de posibilitar la llegada del veterinario.
Es necesario que el responsable de la intervención dirija la tracción, o lo que es lo mismo, establezca cuándo y cómo tirar. Debe ubicarse al lado de la hembra, dando la espalda a su cabeza y entrelazar sus manos por encima de la vulva, presionando en sentido inverso a la tracción para reducir la probabilidad de un desgarro perineal.
Para realizar la tracción forzada hay que colocar una cadena o soga (limpia y desinfectada), de aproximadamente un metro de largo, por encima de cada articulación del nudo del feto. Las fuerzas deben ser aplicadas individualmente en cada miembro y en forma alternada (cada miembro por vez) para facilitar el avance por el canal del parto.
Fuente: Marcantonio, S., 2001.


La evaluación del ternero recién nacido es importante, sobre todo después de un parto asistido (distócico).
Los puntos críticos a considerar son la constatación de la permeabilidad de la vía aérea, para que se inicie y mantenga la respiración; y que se establezca la circulación sanguínea. En un ternero, la resucitación post distocia debe focalizarse en establecer una respiración adecuada.
Es muy importante intentar de escurrir el líquido amniótico en faringe, laringe y tráquea desde la cara del feto, los ollares (narices u hocico), reiteradas veces.
La práctica de colgar el feto por los miembros posteriores sin que la cabeza toque el piso es inconveniente, debido que el líquido que es eliminado por boca y nariz. Es líquido de origen estomacal. Además, si se mantiene el ternero durante mucho tiempo en esta posición, las vísceras presionan sobre el diafragma y dificultan los movimientos respiratorios normales.
El ternero mojado es susceptible a enfriarse, dependiendo de la temperatura ambiente y sobre todo de la velocidad del viento, siempre, aún en verano, el hecho de estar mojado hace que pierda energía. Se puede secarlo usando bolsas, pasto seco y frotar el tórax. La mejor ayuda son los lamidos de la madre (esta acción está enfocada en generar el estímulo, más que en limpiar al animal).
Con el lamido, el vientre estimula la circulación periférica de sangre y la oxigenación profunda. El lamido es el equivalente a la palmada en la nalga que da el médico a un bebé recién nacido. Mediante esta acción, el ternero abre sus pulmones, expulsa el exceso de flemas que le quedan en la tráquea y tiene una respiración profunda para continuar con el proceso respiratorio de manera natural. Por otra parte, el lamido tiene un efecto benéfico para reducir el dolor posparto y la bajada de la leche. Después del nacimiento de la cría se produce un reconocimiento materno por diferentes factores entre ellos, el olor de la placenta y de la sangre.
La madre también hace una estimulación auditiva ya que en ese momento empieza a mugir.
De acuerdo con algunos expertos, las vacas tienden a mugir en la medida en que se encuentren cerca o lejos de sus crías. Cuando la madre tiene al ternero junto a ella, es posible que emita sonidos de baja intensidad. En el momento en que la separan de su cría, lo más probable es que empiece a mugir de manera muy fuerte. 
El vientre incita al ternero a ponerse de pie para que mame pues lo ideal es que la cría tome el calostro durante las primeras 8 horas de vida.
  • Pérdidas de terneros perinatales
Las pérdidas perinatales incluyen los terneros que están muertos antes de nacer (y que son paridos a término), los muertos durante el parto y los que mueren en las 48 horas siguientes a su nacimiento.
Una mortalidad perinatal de un 2 a un 4% se puede considerar corriente o por lo menos, no muy alta. Por lo general, un 80% de los terneros muertos al nacer son normales desde el punto de vista anatómico, y no considerando la edad de la madre, las causas más importantes de las pérdidas perinatales son los partos distócicos y/o lentos. El 20% restante presentan anormalidades esqueléticas u orgánicas.
De las pérdidas perinatales, alrededor del 45% nacen muertos, un 50% mueren dentro de las 24 horas posteriores al parto y el resto entre las 24 y 48 horas posparto.
Las principales causas de las pérdidas perinatales son:
  • Manejo del rodeo en parición. Un 50% de las pérdidas perinatales pueden ser evitadas con adecuadas prácticas de manejo. Con una mejor atención del rodeo durante la parición, aunque se eleve el porcentaje de partos asistidos, se reduce el porcentaje de pérdidas perinatales.
  • Peso al nacer y tamaño del ternero. La condición corporal en que llega la hembra a la parición influye sobre el del ternero, especialmente cuando los niveles nutritivos son bajos y se comparan con niveles normales. Hay una correlación positiva entre la condición corporal de la vaca y el peso del ternero al nacer. Por otra parte, a medida que avanza el período de parición, va aumentando el peso al nacer de los terneros, lo que se debe al efecto del nivel nutritivo que tiene la vaca, que va mejorando a medida que progresa la primavera. Es muy peligroso que las vacas y las vaquillonas estén excedidas de peso hacia el final de la gestación, pues hace crecer más al ternero y aumenta las incidencias de distocias. La influencia del toro sobre el peso al nacer queda determinada genéticamente. Esto hace que la elección del toro deba ser muy cuidadosa, especialmente para servir vaquillonas. Los toros de bajo peso al nacer tenderán a producir terneros también con bajo peso al nacimiento. En general, los terneros machos provocan mayores dificultades al parto que las hembras debido a su mayor tamaño, aunque también puede existir un problema de conformación y/o de tipo hormonal.
  • Área pélvica. El tamaño del área pélvica está relacionado positivamente con el peso preparto, es decir, que a mayor tamaño corporal mayor abertura pélvica. La correlación entre área pélvica y las dificultades al parto es negativa, lo que significa que a mayor área pélvica menores dificultades al parto. Rovira, en 1974, encontró en Angus y en Hereford un promedio de área pélvica de 251 cm² y 274 cm² respectivamente. El 74% de las vaquillonas con área pélvica menor de 190 cm² presentaron partos dificultosos. En cambio, de las que tenían un área pélvica mayor de 190 cm² solo tuvieron dificultades en un 25%.
  • Edad de la madre. La edad de la madre, o mejor aún, su número de orden de parto, afecta el porcentaje de pérdidas perinatales, sobre todo cuando se comparan vacas de primera parición con vacas que ya han parido más de una vez. En la primera parición las dificultades al parto se producen en mayor proporción que en vacas que ya han parido por lo menos una vez. Los vientres primerizos siempre exigen una mayor atención al parto, y más aún cuando la edad en que se produce la primera parición es a los 2 años. Rovira, J, en1974, encontró en ganado Hereford un 9,5% de terneros muertos al nacer en vaquillonas de 3 años al parto, un 4,3% en vacas de 4 años y un 2,4% en vacas de 5 a 10 años. El 57,3% de las muertes tuvo como causa las dificultades al parto y/o partos prolongados. En distintos trabajos se encuentran cifras muy variables, lo que demuestra la importancia del manejo de las primerizas. Hay cifras altas que oscilan entre 28 y 50% de vaquillonas con dificultades al parto y que necesitaron alguna clase de ayuda, con cifras de mortalidad de terneros al nacer entre el 8 y el 16%, con más del 2% de vaquillonas muertas al parto o como consecuencia del mismo.
  • Nivel nutritivo. Una disminución del peso de la madre de unos 50 kg en los últimos 90 días de gestación hace que los terneros al nacer pesen un 20% menos que los de vacas bien alimentadas. Al mismo tiempo, la mortandad de los terneros se incrementa al nacer, debido a la menor vitalidad y a un estímulo para amamantar poco desarrollado. El exceso de gordura de la madre también puede incidir negativamente sobre la supervivencia del ternero. Vacas excesivamente gordas requieren ayuda al parto en un gran porcentaje de casos. En consecuencia, la mortandad de terneros es muy grande.
Luego del parto y una vez que el ternero pueda desplazarse normalmente acompañando a su progenitora, las vacas de 1ªparición, las de 2ª y las pertenecientes al rodeo general tienen que ser llevadas a potreros con forraje de alta calidad nutricional, sombra y agua en abundancia.
  • Pérdidas de terneros posnatales o predestete
Las pérdidas posnatales, predestete o hasta destete o marcación son las producidas entre las 48 horas posteriores al parto y el momento del destete. En rodeos bien manejados puede ser común el 3%.
Las causas más habituales:
  • Vigilancias defectuosas. No se controla de manera correcta que los terneros hayan mamado o hayan sido abandonados por sus madres (más común en vaquillonas), la presencia de depredadores carnívoros o mordeduras por víboras.
  • Enfermedades. Las principales son onfalitis o poliartritis de los recién nacidos, mancha, tétano, diarrea neonatal bovina, neumoenteritis, IBR, etc. La diarrea neonatal es una enfermedad multifactorial compleja de los terneros recién nacidos. Clínicamente suele presentarse desde las 12 horas posparto hasta los primeros 35 días de vida y se caracteriza por excreción de heces acuosas y profusas, deshidratación progresiva, acidosis y, en casos severos, muerte en pocos días fundamentalmente cuando existen infecciones bacterianas primarias o secundarias por endotoxemias. Para su manifestación deben concurrir distintos factores epidemiológicos que dependen, además del agente etiológico (virus, bacterias y protozoos), del huésped, de la transferencia de inmunidad pasiva y de las condiciones ecológicas. En el inicio, la única manifestación de la diarrea neonatal es la suciedad de los cuartos posteriores, de la cola, de los garrones y el aumento del número de deposiciones con alteración de la consistencia. Con el progreso de la enfermedad, los signos se pueden tornar evidentes, como las heces acuosas y delgadas, muestras de signos de deshidratación, extremidades frías, pérdida gradual del apetito y dificultad para incorporarse o mantenerse en pie. Las heces tienen olor fétido, están descoloridas (amarillas o blancas) y pueden contener mucosidad o sangre.
La otra enfermedad, que lamentablemente se manifiesta en animales jóvenes, es IBR. Una enfermedad fatal en terneros nonatos no protegidos, interesando una o más superficies de mucosas del tracto respiratorio y gastrointestinal, y de manera menos frecuente en hígado, bazo, timo y suprarrenales.
 
Castración
Existen diferentes métodos de castración.
El ternero macho puede ser castrado mediante procedimientos cruentos o incruentos. Los métodos cruentos son aquellos que producen pérdida de sangre debido al uso de instrumentos cortantes, por ejemplo, el cuchillo. Mientras que los procedimientos incruentos son aquellos que no producen sangrado. Uno de los más comunes es la aplicación de bandas de goma sobre la base del escroto mediante el uso instrumentos especiales. Es de destacar que, en la práctica, la castración a cuchillo es la de mayor uso.
El ganado puede ser castrado en cualquier momento de su vida. Por lo general es conveniente realizar la operación al pie de la madre a los 3 a 4 meses de edad antes que se eleven en demasía las temperaturas para evitar la aparición de bicheras. Ha sido indicado que la pérdida de peso asociada a la castración es función de la edad a la cual el ganado es castrado (gráfico 3).
Gráfico 3. Efecto de la edad de castración sobre la pérdida de peso del ganado (kg/día) durante los primeros días posteriores a la castración. Fuente: Bretschneider, G. 2005.
Los resultados indican que la pérdida de peso se incrementa a medida que aumenta la edad de la castración y que la misma es mínima cuando los terneros son castrados al nacimiento o a muy temprana edad. A modo de ejemplo y mediante la aplicación de la ecuación de regresión presentada en el gráfico 3, se estimó la pérdida de peso para un ternero castrado a los 7 meses de edad. En este caso, la ecuación predice una pérdida de peso de aproximadamente 0,3 kg/día durante el primer mes posterior a la castración, lo cual representa una pérdida de peso total de 9 kg.
Para validar en las condiciones locales una investigación realizada en EE.UU., Bretschneider, G. evaluó el efecto del momento y del método de castración sobre la ganancia diaria de peso (GDP) y la susceptibilidad a infecciones de las vías respiratorias de los terneros, y su impacto sobre el costo económico del tratamiento.
Se analizaron dos momentos de castración. La castración temprana, referida a los terneros comprados castrados y que, se asume, fueron castrados en algún momento de la cría, al pie de la madre y la castración tardía, referida a los terneros comprados enteros y que fueron castrados posteriormente, al comienzo de la recría mediante alguno de los siguientes métodos, quirúrgico y banda de goma. Los terneros castrados y no castrados - con un peso promedio de 210 kg - se adquirieron en un remate y transportaron a la estación experimental. A los machos enteros se los castró mediante la técnica quirúrgica o mediante la banda de goma. Se pesó a los terneros cada 14 días hasta el final del ensayo (día 50). Además, durante este periodo, los terneros se examinaron diariamente para identificar signos asociados a enfermedades respiratorias y, si era necesario, se los trató con antibióticos. En promedio, los terneros castrados una vez comenzada la recría ganaron diariamente 44% (0,56 kg/día) menos que los terneros castrados al pie de la madre, durante los primeros 14 días de evaluación (gráfico 4). Para el mismo periodo de medición, la GDP no fue afectada por la técnica de castración: quirúrgica (0,78 kg/día) y banda elástica (0,63 kg/día). Sin embargo, del día 14 al 28 posterior a la castración, la GDP de los castrados - mediante banda elástica - fue un 29% (0,58 kg/día) menor que la GDP de los terneros castrados quirúrgicamente (0,82 kg/día). En comparación a la GDP de los terneros castrados previo al ingreso a la recría (0,88 kg/día). La GDP de los castrados tarde fue 34% menor para los castrados mediante banda elástica y solo 7% inferior para los castrados quirúrgicamente. Del día 28 al 50 post castración, no se registraron diferencias significativas en la GDP debidas al momento ni al método de castración. En total, los terneros castrados tarde ganaron 11 kg menos que la contraparte castrada temprano, durante la cría. La castración al inicio de la recría resultó en terneros más susceptibles a sufrir infecciones respiratorias. En este sentido, se demostró que el porcentaje de terneros tratados con antibiótico, al menos una vez, fue superior para los terneros castrados tarde (78%) que, para la contraparte castrada temprano, durante la cría (51%). Además, el porcentaje de terneros que recibió terapia antibiótica, al menos dos veces, fue también significativamente superior en los terneros castrados tarde (24%) respecto a los castrados temprano (9%). A diferencia del momento de castración, la morbilidad no fue afectada por el método. Dicho resultado refleja la magnitud de la inmunosupresión - asociada al estrés - de los terneros castrados a mayor edad.
Asociado a la mayor incidencia y gravedad de las infecciones respiratorias, el costo de la terapia antibiótica fue significativamente superior para los terneros castrados tarde que para los castrados temprano.
Gráfico 4. Efecto del momento y método de castración sobre la ganancia diaria de peso durante los primeros 14 días después de la castración tardía, al comienzo de la recría. Fuente: Bretschneider, G. 2019.

Destete
El destete es una herramienta de manejo con que cuenta el criador para lograr una alta eficiencia reproductiva en su rodeo de cría. Consiste en la separación del ternero de su madre.
Los factores determinantes del momento del destete son:
  • Estado de las vacas.
  • Cantidad de forraje.
  • Calidad de forraje.
Tal como se hace con la época de parición, la fecha del destete debe seleccionarse basándose en la disponibilidad de forraje. Cuando los recursos forrajeros del campo ya no pueden satisfacer los requerimientos nutricionales de la vaca lactante, es necesario destetar a los terneros, debido a que los terneros tendrán muy bajas ganancias y las vacas comenzarán a perder peso y condición corporal.
La fecha de destete puede variar año tras año, destetando a los terneros de manera temprana en un año seco y cuando hay escasez de forraje, y de manera más tardía, en un año bueno, cuando hay un excedente de forraje. El destete es una herramienta de manejo muy efectiva en las épocas de sequía, pues si el productor se ve forzado a suministrar heno u otro suplemento, es mucho más efectivo invertir ese dinero directamente en el ternero, en lugar de utilizar a la madre como intermediaria, suplementándola.
Es necesario que las vacas comiencen el invierno con una buena condición corporal. Una vez que se ha destetado el ternero, los requerimientos nutricionales de la vaca, por lo general, se pueden satisfacer con el pasto existente.
Por ello, el destete no es una operación con fecha determinada, sino que se adelantará o atrasará según los factores anunciados. Considerando esos factores podrían presentarse las siguientes situaciones:
  • Que los animales tengan buen estado y que exista una alta calidad y cantidad de forraje; en estas circunstancias resulta indiferente destetar.
  • Si, por el contrario, hubiera alta disponibilidad y baja calidad (pastos muy duros) y el estado de las vacas es bueno, no es conveniente el destete ya que la vaca aprovechará mejor estos pastos y los transformará en leche para su ternero.
  • Cuando la situación es de baja oferta y alta calidad conviene destetar, dar el forraje de mejor calidad al ternero y restringir a las vacas.
  • Si la situación es pobre en calidad y cantidad hay que priorizar el futuro de las vacas y destetar. Naturalmente, esta circunstancia trae aparejada la decisión de retener o no los terneros.
  • Cuando el estado de las vacas es de regular a malo hay que efectuar el destete independientemente de la calidad o cantidad del forraje, para permitir la recuperación del vientre. En esta situación se suele encontrar la mayoría de las vaquillonas de primera parición.
Las distintas edades al momento del destete deben ser analizadas dentro del sistema de producción y dan lugar a distintas modalidades.

Destete tradicional
Es la finalización del proceso de cría. Se separan a los terneros de la madre para venderlos o para pasarlos al sistema de invernada dentro de la misma empresa. Normalmente se realiza en otoño, debido a que la cantidad de forraje en los campos de cría comienza a declinar.
Si bien la cabeza del destete puede tener entre 8 y 9 meses de edad, es común establecer que el promedio de edad de los terneros destetados ronda los 6 a 7 meses.  Los pesos al destete varían mucho en función de las razas de los padres (los continentales y los cruza índicos son más pesados), del sexo (los machos son más pesados), de la edad al destete, del toro usado, de la edad de la madre (los hijos de vaquillonas son más livianos), del mes de nacimiento, de las características climáticas del año y de la alimentación recibida. Sin embargo, podría afirmarse que en general, el peso más común para destetar oscila entre los 140 a 210 kg. En razas británicas de tamaño medio, se ha fijado este peso en 150 kg para los Angus y en 160 – 170 kg para los Hereford.
Las modalidades de destete más comunes son aquellas que tienen lugar dentro del mismo establecimiento (a otro potrero o a corral) y el desmadre.
Cuando se realiza dentro de un mismo establecimiento y a otro potrero, ambos, madre e hijo, son separados bruscamente y son llevados a diferentes potreros. Como consecuencia ambos se buscan, dejando de comer, saltando alambrados o rompiéndolos, secando el pasto cercano por las caminatas paralelas a los mismos, etc. Por eso, en los casos en que los terneros no son trasladados a otro predio se los aparta lo más lejos posible de sus madres. Para lo cual se aconseja tener buenos alambrados y muy bien mantenidos. En lo posible, no deberían escucharse los mugidos de las vacas ni ellos balidos de los terneros.
El destete a corral, consiste en colocar a los terneros en el mismo por algunos días y posteriormente se retiran a un potrero alejado a los vientres. El primer día solamente con agua y al día siguiente se les ofrece heno aumentándolo progresivamente. Luego de unos días, si hay un potrero cercano con buena pastura, se puede remplazar el heno por un pastoreo por horas de la misma. Una vez al día se sueltan los terneros en la pastura; como están con hambre, se dedican únicamente a comer. Cuando se observa que algunos terneros se han llenado y dejan de comer comenzando a buscar a sus madres, se los encierra nuevamente hasta el día siguiente. Cuando se comprueba que ningún ternero busca más a su madre, se termina el encierre a corral y se dejan permanentemente en el potrero destinado a ellos.
Antes de trasladarlos, ya tranquilos, se aprovecha que están en el corral y en la manga para realizar todos los trabajos necesarios (desparasitaciones, vacunaciones, etc.).
El desmadre es un proceso muy comentado, pero poco practicado. Se lleva todo el rodeo de vacas con cría a un lote bien empastado. Luego de una semana, cuando los terneros ya se han acostumbrado al potrero, conocen la ubicación de la aguada y del saladero y han comenzado a adaptar su flora ruminal al nuevo pasto, se retiran poco a poco las madres del potrero (diariamente de un 10 a un 15% de las madres, hasta que se las ha sacado a todas), llevándolas a un lote lo más alejado posible de donde están los terneros. El mayor inconveniente es que se desconoce que madre se retira y la edad del ternero que deja atrás. Por eso es muy conveniente que los terneros sean parejos en edad. Una variante es retirar todas las vacas al mismo tiempo a los 10 a 15 días. El método de desmadre o desmame presenta otro inconveniente de orden práctico, ya que los terneros pastorean con sus madres en el potrero en que luego permanecerán. Esto acarrea un consumo de forraje de buena calidad por parte de las vacas, que, por sus requerimientos fisiológicos, podrían pastorear forrajes de menor calidad. Como ventaja, aparentemente, los terneros extrañarían menos por encontrarse en el mismo potrero y ante la presencia de algunos animales adultos. Por el menor estrés perderían menos kilogramos.
Sin embargo, Cairnie, A. en 1983, comparó durante tres años consecutivos, los métodos de destete (a campo, a corral y desmadre) y llegó a la conclusión de que no existen diferencias significativas a favor de ninguno de ellos. En cambio, determinó que, en un primer período de aproximadamente un mes, el desmadre presentó resultados más favorables, pero luego se equilibraron los pesos de los terneros de los distintos tratamientos.
Una opción es el destete con dispositivos antimamarios.
Son adminículos en plástico con dos puntas redondeadas y enfrentadas que se colocan en los dos orificios nasales y que cuelgan cubriendo la boca cuando el ternero sube la cabeza para mamar, pero permitiéndole comer pasto o suplementaciones cuando baja la cabeza. Es una versión moderna de la clásica chapa con un alambre que atravesaba el tabique nasal. Se pueden emplear los dispositivos antimamarios cuando en el lote donde se encuentran las vacas con cría hay muy buen pasto o hay carencia de otros lotes aptos para los terneros destetados. La colocación de estos dispositivos en los ollares del ternero se efectúa en los bretes en forma fácil y rápida. Los hay lisos y con púas hacia el lado de afuera, de manera que cuando el ternero quiere mamar, dichas púas molestan a la ubre de la vaca, que no permite que el ternero mame. Si la pastura del potrero es adecuada, este sistema disminuye el estrés del ternero ante el destete por permanecer con sus madres y en un potrero conocido.


Otra alternativa es “a culata de camión”. El destete a culata de camión es habitual en las zonas exportadoras de terneros.
Cuando los terneros destetados van a ser vendidos, para que el criador no cargue con la pérdida de peso causada por el estrés del destete, se trae el lote de vacas con cría a los corrales en el momento que llega el camión al campo, se separan, pesan con el desbaste convenido y directamente se cargan los terneros destetados a vender. Como es necesario que estén marcados y caravaneados para su venta, conviene hacerlo 15 a 30 días antes de la misma. Caso contrario, habrá que marcarlos y caravanearlos al pasar por la manga para cargarlos. Si bien el comprador se hará cargo de la disminución de peso por el destete, la recuperará rápidamente por el crecimiento compensatorio.
Sanidad del destete
Quince días antes y quince días después del destete deben eliminarse todas aquellas operaciones que contribuyan a aumentar los efectos negativos del destete. La castración, la marcación, la señalada y el descorne son operaciones rutinarias que no deben ejecutarse al mismo tiempo que el destete. Tampoco las vacunaciones, dado que, al estresarse por el destete, los terneros levantan menor inmunidad, por lo tanto, la vacuna disminuye su eficacia. Menos aún deben aplicarse al momento del destete vacunas que pueden producir un estado febril, ya que además de levantar menos inmunidad aumentan el estrés y la pérdida de estado. Los baños con garrapaticidas, comunes en la Provincia de Corrientes (Rep. Argentina), también deben ser eliminados al momento del destete por su efecto estresante.
La clásica yerra con sus corridas, pialadas, enlazadas, volteo de terneros y doma de los mismos debe ser erradicada de todo establecimiento de cría moderno. Todos los trabajos en los bretes se deben efectuar con un manejo suave, con las mínimas corridas y gritos, y mucho menos con perros no adiestrados, para reducir lo más posible el estrés tanto en los terneros como en las vacas. Por lo tanto, planificada la fecha del destete, quince días antes y/o quince días después de la misma, según la edad a que se realice el mismo y el destino de los terneros, se efectúan los trabajos que sean necesarios. Siempre que la edad lo aconseje, la vacuna de mancha y gangrena conviene aplicarla quince días antes del destete. Es importante aclarar que se deben administrar dos dosis para lograr una mejor inmunidad. La primera dosis (que es la que recibe el ternero por primera vez) sirve para desencadenar el primer estímulo a la producción de anticuerpos. Pero da una protección muy corta. La segunda dosis o “Booster” a los 30 días (15 después del destete) produce una mayor cantidad de anticuerpos que permanecen por más tiempo. Otras enfermedades que afectan a los terneros destetados son IBR en sus formas nerviosa y respiratoria, PI3 y aftosa.
El único trabajo aconsejado hacer en el mismo momento del destete es la aplicación de antiparasitarios internos o endectocidas inyectables que actúan tanto sobre parásitos internos como externos. El estrés del destete, con su baja de defensas, produce un alza de postura de huevos de los parásitos (alza de HPG).  Como ventaja adicional es que el tratamiento es económico es económico por la reducida dosis a aplicar.
Alternativas al destete tradicional
a) Destete “alambre por medio”
La edad del ternero tiene que ser de cinco meses o más para realizar este sistema de destete. Lo importante es que ya este rumiando.
El método implica un cambio importante. En vez de llevarlos muy alejados de su potrero de origen o a un corral o destetarlos “a culata de camión”, se los deja en un potrero lindante al de las madres. Puede utilizarse un potrero central para los terneros.  En cada uno de los potreros que lindan con el central se destinan los rodeos de los vientres (cuando son más de un rodeo). Los terneros se juntan en cada alambrado con las vacas, hacen el reconocimiento visual y después se van a pastorear. En una semana se independizan totalmente y no hay estrés ni para los terneros ni para los vientres. Las vacas se echan a rumiar de un lado del alambre y los terneros del otro.  Con el paso de los días, el ternero comienza a desplazarse yendo más asiduamente a las aguadas junto con sus compañeros y en unos pocos días se produce un destete total sin estrés. Si bien es un método que es pregonado como una práctica de bienestar animal, su resultado favorable no es concluyente.
b) Destete racional I
La aplicación práctica depende de encontrar un sitio donde apartar los animales en el propio potrero donde se encuentran las vacas. Puede ser una calle, como en el ejemplo, en corrales de trabajo que se dispongan en el campo, en corrales móviles desarmables, en encierres en algún bosque de sombra o en un corral hecho con alambrado eléctrico para este fin. Se puede planificar la actividad y destinar uno o varios potreros que presenten esa condición y llevar el ganado unos días antes para realizar el trabajo cómodamente. De este modo, al retornar unos días después las vacas ya están tranquilas.
Paso 1. Las vacas y los terneros están en su potrero original y se utiliza un sitio para apartarlas. En este ejemplo se trata de una calle.

Paso 2. Se echan las vacas y terneros dentro de la calle.


Paso 3. Se apartan las vacas y estas vuelven al potrero original. Se retiran las vacas lo más lejos posible antes de retirar a los terneros tratando de que no vean adónde van (puede ser al otro extremo del mismo potrero con un corral eléctrico, o se las puede pasar a un potrero contiguo por unas horas). Se llevan los terneros hasta el corral de destete, donde se les enseñará a comer la ración durante unos días.
Paso 4. Una vez que se fueron los terneros y no se los ve más, se largan las vacas.  Estas vuelven a buscar los terneros al sitio donde los “perdieron”. Es decir, a la tranquera dentro de su potrero. No costean hacia donde realmente están los terneros (los corrales, o el embarcadero si se cargaron en un camión). En caso de que los terneros vayan a un corral relativamente cercano, las vacas oyen a sus terneros, pero van a buscarlos a la tranquera de todas maneras. El hecho de oírlos, si están cerca, demora el proceso, pero no producen un pisoteo como el tradicional a lo largo de toda la línea del alambrado.
Las vacas comprueban durante algunos minutos que los terneros no están y se retiran a comer. Este proceso se repite muchas veces, pero el ganado se mantiene en buen estado, ya que camina poco y alterna períodos de “duelo” en la tranquera con períodos de pastoreo e ingesta de agua. A los pocos días disminuye la frecuencia con que las vacas vienen a la tranquera y permanecen más tiempo pastoreando, hasta que finalmente “olvidan” al ternero.

Distintas modalidades de destete
Destete temporario
Consiste en la separación transitoria del ternero a efectos de desencadenar en la madre el proceso de celo. El destete temporario o interrupción de la lactancia por 48 horas, como mínimo, es una técnica de manejo que, al igual que el destete precoz, buscará la performance reproductiva de los vientres provocando el menor de los inconvenientes a los terneros al pie de sus madres.
El efecto del destete temporario sobre la performance reproductiva depende de varios factores, tales como el momento de la lactancia en que se aplica, de la duración en días y del estado corporal de la vaca.
El efecto primario del destete temporario es el acortamiento del período de anestro (falta de celo), que se traduce en un acortamiento del período de parición y, por ende, incrementa la chance de lograr mayores índices de preñez.
En cuanto a la instrumentación de este tipo de destete, es fundamental realizarlo quince días antes de la iniciación del servicio y en un rodeo que presente una ganancia diaria de peso interesante.
Se separan los terneros de las madres por cuarenta y ocho horas exactas. Durante ese lapso, los terneros deberán estar encerrados en un corral donde dispongan de abundante agua limpia y sombra. No se los alimenta.
Entretanto, las madres permanecerán en el potrero, donde se les dará servicio. Una vez observada la aparición del celo y el cubrimiento por los toros, se vuelven a reunir las madres con los hijos. No hay peligro que los terneros se “aguachen”.
En realidad es un tipo de “destete” circunstancial y no definitivo que busca desencadenar el celo en los vientres.
Otra alternativa es colocarles tablillas nasales en los ollares para impedirles mamar. Primitivamente, estas tablitas ahora de plástico, eran construidas de lata, viniendo de ahí el término “enlatar o enlatado”.
Fotografía con fines didácticos

De esta manera al permanecer juntos madre e hijo, se eliminaría el estrés al destete. Lamentablemente no es un método seguro, ya sea porque los destetadores se pierden cuando los terneros se amontonan entre sí, ya sea porque la vaca o el ternero se ingenian para no interrumpir el amamantamiento.
Como resumen muy breve, se puede decir que el destete temporario de 14 días aplicando destetadores para imposibilitar que el ternero mame, provoca un acortamiento de los intervalos parto – primer celo y parto – concepción y además mejora el porcentaje de preñez. Si los terneros tienen más de tres meses de edad y un buen desarrollo (alrededor de 100 kg de peso vivo para las razas británicas puras o sus cruzas entre sí), no afecta el futuro desarrollo del ternero. Tampoco existe el riesgo de ocurrencia de casos de mastitis, siempre considerando las razas británicas para carne, dado que el volumen de su producción diaria de leche es relativamente bajo.
Destete anticipado
Entre el destete tradicional y el destete precoz, está la opción del destete anticipado, entre los 3 y 5 meses, con un peso vivo que ronda los 100/120 kg.
Este destete no permite, como en el caso del destete precoz, que la vaca reciba parte de su servicio sin cría, pero ayuda a darle más tiempo de recuperación antes del invierno, redundando en una mejor condición corporal que dará sus frutos en el servicio siguiente.
Cuando nace, el ternero es totalmente dependiente de la leche materna para alimentarse. En las primeras semanas comienza a desarrollarse el rumen. A medida que crece se incrementan sus requerimientos nutricionales y a los cien días son superiores a lo que le brinda la leche materna, debiendo completar con forraje el saldo. Ya a partir de los cinco meses es más lo que obtiene del pasto (en condiciones normales) que de la leche materna. A los seis meses, la producción diaria de leche de una vaca de cría promedio no excede los dos litros. En este momento se puede destetar sin problemas para el ternero, siempre que haya tenido un buen desarrollo y no le haya faltado alimentación mientras dependió de la vaca (gráfico 5)
Gráfico 5. Requerimientos del ternero vs. producción de leche. Fuente: Salado, E. y Fumagalli, A. 2002.
Prolongar la lactancia en este momento agota al vientre, limitando sus posibilidades de recuperación de estado, sin beneficio notorio para el ternero. Cabe acotar que es factible destetar más precozmente, 120 días de edad con 120 kg de peso vivo, pues a partir de este peso el ternero ya completó su transición a rumiante, pero se necesitan pasturas de calidad nutricional superior para los terneros tan chicos.
Es conveniente encerrar los primeros 15 días a corral y luego pasar los terneros a pasturas con alta digestibilidad, de alfalfa especialmente.
Destete precoz


Este tipo de destete se realiza con terneros de al menos 60 días de vida y 70 kg de peso vivo.
Tanto en el destete precoz como del hiperprecoz es imprescindible que se realicen a corral. La superficie asignada por ternero tiene que ser de 8 a 10 m2 aproximadamente. Deben calcularse 30 cm lineales de comedero por cabeza.
Técnica de destete precoz para terneros de 60 días de edad y 70 kg de peso vivo como mínimo
  • El lote de terneros a destetar tiene que ser lo más parejo posible en tamaño, para evitar dominancias en el comedero. Además, deben tener como mínimo 60 días de edad y 70 kg de peso vivo (pesados en forma individual y no promedio ya que puede haber terneros en el grupo, con un peso individual por debajo del mínimo).
  • No es excluyente, pero de ser posible 15 días antes de separarlos de las madres, deben ser vacunados contra IBR y queratoconjuntivitis y es conveniente desparasitarlos con un ecto/endo antiparasitario inyectable.
  • 7 días* antes del destete, conviene vacunarlos con vacuna triple (mancha, gangrena y enterotoxemia). * Debido a su corta edad no se dispone de tiempo para cumplimentar antes las vacunas.
  • El destete debe ser brusco y total. Simultáneamente, se puede aplicar un complejo multivitamínico (A – D - E). Los terneros deben situarse en un corral con agua a voluntad, con comederos que permitan el acceso simultáneo de todos los animales y, de ser posible, tienen que disponer de sombra. La instalación de medias sombras es recomendable.
  • Los terneros permanecerán en el corral durante 15 días aproximadamente, consumiendo alimento balanceado pelleteado (18% PB), agua a voluntad y heno de alfalfa o de pastura mixta de buena calidad.
  • El primer día no hay que dar alimento, sólo agua, salvo que estén tranquilos y, entonces, se puede suministrar 0,5 kg/cab de heno.
  • A partir del segundo día se los alimentará dos veces por día con 0,5 kg de heno y 100 gramos de balanceado por cada entrega. Es decir, los animales deben comer 1 kg de heno y 200 gramos de balanceado/día/animal. Conviene mezclar en el comedero el rollo con el balanceado para que lo levanten más rápido. Por ejemplo, poner el rollo en el fondo de la batea y el balanceado arriba.
  • En los días posteriores se mantendrá la cantidad de heno, pero se aumentará la de balanceado a razón de 200 g por día y por cabeza hasta alcanzar 1,2 kg/animal/día, según se indica en cuadro 6.
Cuadro 6. Suministro de comida para destete precoz.

  • Si el consumo del alimento es total, a partir del día 8, incrementar a 1,5 kg/día de balanceado hasta la salida del corral. Si se observan bostas diarreicas (claras y con burbujas de gas), hay que aumentar la fibra (rollo) porque hay acidosis o empacho. Si se observan bostas con sangre puede haber coccidiosis. En ese caso si se individualiza al animal, es necesario aplicarle una sulfa inyectable. Si no se lo puede individualizar se tiene que agregar un coccidiostato en la ración.
  • Es conveniente que tengan una batea con sales minerales a voluntad durante todo el encierre.
  • Luego de esta etapa se sueltan a los terneros en una pradera de buena calidad y se los sigue suplementando con el alimento balanceado a razón de 1,5 kg/an/d hasta alcanzar los 120 kg de peso vivo (pesados individualmente). A partir de ahí se puede cambiar la ración por maíz entero hasta los 140 a 160 kg. El cambio debe ser gradual (disminuir el balanceado y aumentar el maíz). A partir de ese peso es una decisión empresarial seguir suplementando o no.
  • Repetir las vacunaciones de IBR-queratoconjuntivitis y triple (ya que en primovacunación para conseguir una buena inmunidad es conveniente vacunar 2 veces con un intervalo de 21 a 30 días).
Enfermedades que afectan al destete precoz
El destete precoz es una cría intensiva donde diferentes factores influyen sobre los terneros, los hacen susceptibles a numerosas enfermedades, las que pueden expresarse con alta morbilidad, pérdidas económicas por muerte, disminución de la tasa de crecimiento y producción, gastos de tratamiento, etc.
Entre los factores diversos que afectan a la salud y a la productividad, pueden citarse entre los más importantes:
  • Estrés del destete.
  • Mayor hacinamiento.
  • Heterogeneidad inmunológica poblacional. El desarrollo inmunológico de los terneros, los cuales provienen de madres con restricciones dietéticas previas al parto cuya calidad del calostro es pobre en inmunoglobulinas, es variado y pueden comprometer la supervivencia de los mismos.
  • Comportamiento social.
  • Mayor circulación de agentes infecciosos, los que pueden incrementar su virulencia.
  • Microorganismos oportunistas que pueden expresarse.
Los animales destetados precozmente, pueden sufrir afecciones de tipo digestivo, respiratorio, oculares, etc., que pueden ser prevenidas, mediante el control de:
  • Parásitos gastrointestinales. Varias especies de parásitos pueden provocar alteraciones en el tracto digestivo, debiéndose desparasitar a los terneros con drogas de amplio espectro y poder residual, antes de ser trasladados a las pasturas reservadas y limpias de parásitos. Además, se tiene que realizar el control de los parásitos pulmonares.
  • Coccidiosis (protozoarios) que colonizan el intestino. Especialmente los animales jóvenes son susceptibles, cuando son sometidos a estrés, a cambios de dieta, a hacinamiento. El cuadro clínico se caracteriza por diarrea, deshidratación, anemia y muerte. La fuente de contaminación es a través de la materia fecal de los animales enfermos o portadores, que contaminan el agua de bebida y el alimento. La prevención es mediante la adición a la ración de sulfas e ionósforos cuya dosis es variable para cada droga.
  • Clostridium. Mancha y gangrena gaseosa, que son enfermedades típicas de animales jóvenes, en cuyas etiologías se ven involucrados diversos Clostridium.
  • Rinotraqueitis Infecciosa Bovina (IBR). Enfermedad de origen viral de amplia difusión en los rodeos del país, siendo los animales jóvenes muy susceptibles, pudiendo presentar diversos cuadros clínicos: respiratorios, digestivos, nerviosos, oculares, etc.
  • Diarrea Viral Bovina (BVD). De origen vírico con una amplia gama de manifestaciones traducidas en los terneros como trastornos digestivos, respiratorios e inmunodepresión. Los animales con infecciones persistentes eliminan el virus de por vida y son el reservorio de la enfermedad en la población.
  • Enfermedad del Complejo Respiratorio. En este complejo respiratorio pueden estar involucrados los virus anteriormente mencionados (IBR y BVD), como otros, entre los más difundidos se conoce el virus denominado Parainfluenza 3 (PI3), que bajo circunstancias de estrés abren la vía para asociarse a otros microorganismos, entre los cuales los de mayor incidencia lo constituyen las Pasteurellas sp. La prevención de estas enfermedades vírales es mediante el uso de vacunas polivalentes, las que están compuestas por dichos virus más la asociación de una bacteria.
  • Queratoconjuntivitis Infecciosa Bovina (QIB). Es responsable de daños oculares y afecta negativamente la productividad. El agente causal es una bacteria denominada Moraxellabovis y frecuentemente se aísla el virus IBR en las lesiones oculares, el cual tiene un rol importante en la patogénesis. También factores no infecciosos están involucrados en la predisposición de la QIB, tales como: rayos solares, polvo, moscas, etc. La prevención es mediante la aplicación de vacunas en cuya composición interviene Moraxella bovis y el virus IBR.
Destete hiperprecoz (Se describe sucintamente el sistema Ruter® de ACA por haber sido el primero en desarrollarse).
La edad mínima de estos terneros rondará el mes de vida y los 40 kg de peso vivo.
  • El lote de terneros debe ser parejo para evitar las dominancias en el comedero. La evaluación del peso y de la edad debe ser individual (30 a 45 días de vida y 40 kg/an como mínimo).
  • El destete debe ser total y brusco. El primer día en el corral sólo deben recibir agua. Si están tranquilos, se les puede poner un poco de rollo en las bateas.
  • Se les puede inyectar un multivitamínico.
  • Rutina de alimentación (ver tabla y gráfico 6)). Es muy importante no apartarse de las recomendaciones. La ración al 22% de proteína se puede hacer mezclando 80% de maíz y 20% de núcleo proteico al 40%.
  • A partir del día 16 deben pastorear en una pradera de muy buena calidad y ser suplementados con un balanceado similar al de destete precoz (1,5 kg/an/día), hasta alcanzar los 120 kg de peso vivo. A partir de ahí se puede cambiar la ración por maíz entero hasta los 140/160 kg. El cambio debe ser gradual (disminuir el balanceado y aumentar el maíz). A partir de ese peso es una decisión empresarial seguir suplementando o no.
  • Es conveniente que tengan una batea con sales minerales a voluntad durante todo el encierre.
  • Al principio puede suceder que el consumo del Ruter®, sea irregular (con algún grado de rechazo). Pueden demorar 2 o 3 días en aceptarlo totalmente. No hay que desesperar. Si se observan bostas diarreicas (claras y con burbujas de gas, aumentar la fibra –rollo-, porque hay acidosis, empacho). Si se observan bostas con sangre puede haber coccidios (los antiparasitarios usuales no los controlan), en ese caso si se individualiza al animal, es importante aplicarle sulfa inyectable, de lo contrario, agregar un coccidiostato en la ración.
  • Si por lluvia se moja la ración, ésta debe ser cambiada por una seca. De lo contrario, pueden desarrollarse hongos tóxicos.
  • Es muy importante, respetar siempre los mismos horarios.
Gráfico 6. Técnica de alimentación. Fuente: ACA div. Nutrición Animal.
Destete hiperprecoz para terneros de 30 a 45 días de vida y de alrededor de 40 kg/an de peso vivo. Sistema RUTER® de ACA.


Plan sanitario del destete hiperprecoz
  • Suministro de un complejo vitamínico ADE. Es conveniente que el día de entrada al corral se les administre.
  • Antiparasitarios. Para el control de ecto y endo parásitos.
  • Las demás medidas son similares a las de un manejo de destete precoz. 
En el cuadro 7 se resumen las distintas modalidades de destete.
Cuadro 7. Relación entre la edad, el peso vivo y el desarrollo del rumen para el destete y posterior inicio de la recría.
 
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